31 de enero. Todavía todo por disputar de la temporada 18-19, pero época ya de pensar cada vez más concretamente en la idea que se busca para la 19-20. La Copa, la ACB y la Euroliga dictarán sentencia, pero en el camino de vuelta a la élite tenía que haber un tramo reservado para una temporada como esta, de transición y aprendizaje para todos, el primer paso adelante en unos cuantos años.

Estabilidad

Antes de entrar en detalles de nombres hay que subrayar la importancia de la continuidad de una idea después de dos años en los que se cambiaba absolutamente todo, empezando por el entrenador. La apuesta por Pesic podía pecar de cierto conservadurismo, pero a la vista de los resultados la mejor decisión posible una vez que la posibilidad de Saras se esfumara.

No es que los fichajes hayan dado el salto de calidad que se presumía al ficharlos, es que el equipo ha dado un paso adelante a pesar de que Singleton o Pangos ni de lejos están ofreciendo su mejor nivel. Eso pone el foco en el colectivo y en Pesic, capaz de haber construido un bloque compacto y reconocible a pesar de los problemas de la plantilla, así que la idea de cara al año que viene ha de ser seguir fortaleciendo el bloque mientras se añaden piezas de nivel que completen, maticen y concreten una plantilla ya para ganar, no sólo competir. A diferencia de las últimas temporadas lo ideal sería hacer dos o tres movimientos, no más.

Renovaciones

Cinco jugadores acabarán contrato en 2019, así que el club ha de tomar decisiones respecto a ellos en función de lo que pase a partir de abril, sobre todo.

Thomas Heurtel: Pocas dudas tendría que haber de que es el base titular del equipo, pero la sospecha siempre le sobrevuela y más que ningún otro jugador será examinado cuando se disputen los títulos. Cómo se comporte en la serie de cuartos de Euroliga (si se llega) y en los Playoffs ACB marcará su futuro, los pretendientes que pueda tener y también la cuantía de su nuevo contrato. Nunca antes había tenido tan cerca la posibilidad de convertirse en lo que muchos esperaban de él, pero es Thomas Heurtel, y mientras no se vea no se creerá.

Jaka Blazic: Llegó para dar empaque al equipo por un módico precio mientras Ribas y Hanga se recuperaban y ha cumplido con creces, pero es la pieza prescindible del juego exterior blaugrana para que llegue un hombre que realmente sí aporte el santo de calidad que el backcourt reclama desde hace mucho.

Víctor Claver: Coincidiendo con la mejor versión colectiva del equipo él está realizando su mejor temporada con la blaugrana, algo que evidentemente no es casualidad. Pesic le ha dado galones y herramientas para que viéramos a un jugador más agresivo y con iniciativa. Su rendimiento de este año sí justificaría una renovación, no sólo su nacionalidad, pero está por ver cuánto pedirá para renovar.

Chris Singleton: Tras unos meses donde la prudencia debía mediar en cualquier análisis del norteamericano ahora sí se puede decir sin dudar que está siendo una enorme decepción. No hay motivo ninguno para creer que esta situación vaya a cambiar cuando se jueguen los títulos, pues la sensación que transmite es francamente mala. Un jugador en ocasiones pasota al principio, pero hoy en día lo que se aprecia es una falta de confianza terrible, cosa más preocupante que la anterior. Siendo además uno de los salarios más altos del equipo parece claro que o mucho cambia la situación o pasará al club de los americanos que fracasaron estrepitosamente en el Palau.

Kevin Seraphin: El asunto de su renovación tiene un asterisco enorme que condicionará cualquier decisión al respecto: su físico. Si hay dudas al respecto por muy bien que esté rindiendo ahora el Barça no correrá riesgos y saldrá, pero si los médicos garantizan esas rodillas la dirección deportiva ha de tomar la decisión pensando en lo estrictamente deportivo, y ahí el debate es complejísimo. Porque estando bien es un valor en ataque muy a tener en cuenta, pero su defensa sigue siendo muy mala y su lectura del juego mejorable. El Barça sabe que si le dan al francés el balón en situación ventajosa en la pintura rival son dos puntos casi garantizados, pero mientras no mejore atrás quizá no compense, sobre todo teniendo a Tomic al lado. Este año es el croata quien tiene contrato en vigor y el galo el que no, así que se la juega en estos meses o vendrá un pívot de otro corte.

No acaba contrato y eso le salva de la quema, pero Kevin Pangos ha de incrementar sus prestaciones si no quiere correr peligro de corte, una posibilidad que el Barça sólo contemplaría en caso de catástrofe.

Suponiendo que de esos cinco jugadores que acaban vínculo en 2019 dos o tres renovarán, o al menos debería ser la intención del club, la cifra de altas no pasaría de tres, una buenísima noticia para una dirección deportiva que podrá ser mucho más concreta.

A priori un «2» y un «4» parecen los movimientos más probables para completar el roster. La posibilidad de prescindir de Singleton es una opción que cada día cobra más sentido, pero el mercado tampoco ofrece soluciones de garantías. Quizá ni siquiera es necesario aspirar a un jugador con un status como el de Singleton, sino buscar un jugador de oficio que se adapte a lo que demande el entrenador. Difícilmente el Barça va a tener la posibilidad de hacer dos grandes inversiones, así que es preferible ir a por una opción más modesta en el «4» (un Moerman) y priorizar el refuerzo del escolta.

Todavía es muy pronto para hablar de nombres propios, pero hay fichajes que hay que trabajarlos desde muy temprano para llevarlos a buen puerto. Nando De Colo es esa clase de fichajes. El francés ha estado varias veces en la órbita culé, pero las mareantes cifras que le ha puesto sobre la mesa CSKA ha impedido cualquier opción. Es ahora o nunca, como en su día Spanoulis. Acaba contrato, los rusos apestan a otra decepción en F4, eso puede hacer que el equipo moscovita se replantee el proyecto y además De Colo siempre se ha dejado querer un poquito. Es un jugador que ya ha jugado su mejor baloncesto (como Bodiroga en su día), pero encajaría como un guante en el equipo. El Barça tiene al «2» tirador, al «2» intenso y con defensa y le falta el desequilibrante. Necesita el Barça colocar su juego exterior otra vez a la altura de los mejores.

No hemos hablado de entrenador, pero a estas alturas Svetislav Pesic ya debería tener medio claro qué quiere hacer, por lo que el Barça debería ponerse manos a la obra si decidiera no seguir. No puede haber otra primera opción que Saras, al que habría que convencer como sea. Su proyecto en Kaunas pinta a demolición y su salida muy factible, por lo que antes de que CSKA o NBA vayan a por él el Barça debería llamar a su puerta. Si sigue sin querer unir su destino al de esta directiva (cosa nada reprochable) lo más normal sería ver a Pedro Martínez en el banquillo culé.

Llega la Copa y el final de la Euroliga, por lo que los equipos empiezan a moverse y el Barcelona ha de preparar el terreno para otro paso más. Tendrá que acertar, claro, pero irá al mercado con las ideas más claras que los últimos años.