Clément Lenglet se ha erigido como uno de los fichajes de mayor rendimiento en relación al coste de la inversión y a la importancia que ha adquirido a lo largo de la temporada. Procedente del Sevilla, de un Sevilla mediocre y alicaído sin rumbo ni energía, Clément brilló por su salida de balón y la limpieza a la hora de anticipar y robar.

Virtudes que, por otra parte, está asumiendo con naturalidad en una zaga de un equipo más exigente como es el Barcelona. Lenglet, realmente, está cuajando una temporada a la altura de lo que se exigiría a un central recién llegado a la Ciudad Condal. La paradoja, pero, es que el colectivo defensivamente ha estado en un nivel bastante más bajo en comparación con la temporada pasada. El Barça de Valverde hoy defiende peor que el pretérito de hace un año.

Obviamente, un análisis acerca de por qué este descenso en el rendimiento colectivo en materia defensiva no puede incidir únicamente en el rendimiento de los defensas, aunque algo de culpa y de influencia tienen: Sergi Roberto está haciendo una mala campaña, a Piqué le cuesta cada vez más arrancar, Jordi Alba mantiene su regularidad y Busquets probablemente esté amenazando con un descenso abrupto de rendimiento en comparación a su cénit futbolístico.

Lenglet es titular indiscutible a fecha de hoy por dos motivos: el principal es la lesión prolongada de Samuel Umtiti; y el segundo, su regularidad y serenidad complementan bien y se adaptan bien a las necesidades del equipo. En un tercer punto se podría indicar que la competencia, hasta la llegada de Murillo, ha sido escasa dado la debilidad y fragilidad física del bueno de Thomas Vermaelen.

Entrando más en un posible análisis entraríamos también en el cambio que ha propiciado la recuperación de Ousmane Dembélé y la influencia que está teniendo en el colectivo. Es la energía y la ilusión del joven que quiere reinar y el desorden de aquel que desconoce parte de los engranajes que esconde el fútbol por su inexperiencia.

¿Podrá Lenglet rendir al mismo nivel que alcanzó Umtiti?

Una de las cuestiones que cabe plantearse con el rendimiento y potencial del exjugador del Sevilla radica en si podrá alcanzar al a veces olvidado rendimiento excelso en su cúspide de Samuel Umtiti. La exigencia en este caso es muy alta, hablamos de uno de los mejores centrales del mundo, pero no se debe olvidar que esto es el Barça, y probablemente cuando lleguen ciertas cotas altas de la temporada el sistema defensivo, débil en comparación con el del año pasado, exigirá a Lenglet (o a Umtiti si vuelve bien de su lesión) un nivel que, a pesar de su solidez hasta ahora, no ha alcanzado todavía. El fútbol dictará su sentencia.