El Barça ganó este domingo en el Coliseum Alfonso Pérez por un resultado ajustado (1-2). Sin mostrar su versión más brillante, la primera mitad de los azulgrana fue notable gracias a la buena lectura de Valverde, que disfrazó el 1-4-3-3 habitual por un 1-3-4-2-1 que dejaba al mediocentro – en esta ocasión, Ivan Rakitić – entre centrales.

La salida lavolpiana es un movimiento táctico muy conocido en el que el teórico mediocentro se situa entre centrales para ejercer una salida de tres, normalmente para contrarrestar una presión al hombre de la pareja de delanteros rival. Inventada por el técnico argentino Ricardo La Volpe durante su etapa como seleccionador de México en el Mundial de Alemania, Guardiola la replicó con resultado irregular en el Camp Nou.

Desde entonces, muchos equipos trataron de replicar este módulo de salida de balón pero no siempre con buenos resultados, dado que implica ocupar los espacios de una manera distinta por prácticamente todos los jugadores que están en el campo, exceptuando el portero y el delantero centro.

Un movimiento ganador

En el Coliseum Alfonso Pérez, sin embargo, este movimiento decantó la balanza en favor del Barcelona. Mientras que Rakitić retrasaba su posición para comandar la salida desde atrás, Piqué y Lenglet se abrían y Sergi Roberto y Jordi Alba avanzaban unos metros para ejercer de teóricos carrileros.

Por consiguiente, Vidal y Arthur se situaban como una pareja de mediocentros, justo a la espalda de la primera línea de presión rival; y Messi y Dembélé esperaban en zonas intermedias, entre líneas. Mientras que el rosarino pocas veces aguantaba su posición y jugaba con libertad total de movimientos, el francés martirizó con asiduidad la espalda del doble pivote formado por Arambarri y Maksimović.

El Getafe, que fue fiel a su 1-4-4-2 de siempre, trataba de presionar arriba con inferioridad numérica, el Barça salía con relativa facilidad y solamente la falta de precisión en el último tercio de campo le privó de asegurarse una renta mayor en el descanso.