Apuntes del Villarreal-Barcelona (4-4)

Excesiva fragilidad defensiva

El Barcelona se dejó remontar un 0-2 a favor y encajó cuatro goles en contra ante el Villarreal, decimoséptimo clasificado de LaLiga. Tras unos primeros 20 minutos en los que todo se había puesto de cara, con un once mixto de titulares y suplentes, el equipo se dejó ir de forma incomprensible y exhibió una fragilidad defensiva impropia de un conjunto de primer nivel que encara el tramo final de curso compitiendo por el triplete.

La pareja de centrales formada por Umtiti y Lenglet mostraron un nivel extremadamente bajo. El ex del Lyon tuvo una dificultad añadida, ya que jugó como central diestro siendo zurdo cerrado y, aunque ya lo había hecho en otras ocasiones y a buen nivel, ayer se le vio perdido. Su compañero de la zaga mostró su peor cara de la temporada, falto de contundencia y sin imponerse en área propia.

A su peor nivel les siguieron Busquets y Jordi Alba, así como Arthur, que desde que ha regresado de la lesión no parece haber alcanzado su mejor nivel. Cuando el partido necesitaba dormir el ritmo del mismo, el de Badía y el brasileño no hicieron acto de presencia, y el Villarreal no tuvo grandes dificultades a la hora de atacar el 4-5-1 azulgrana en defensa, descoordinado en posicional y fácil de cogerle la espalda.

Los primeros 30 minutos

Y es que el partido empezó de otra forma: aunque el Villarreal tuvo un par de ocasiones claras en los primeros compases del partido, cuando tenía el balón el Barça agredía una y otra vez la espalda de los centrales locales. Estuvo muy bien Sergi Roberto, jugando por como lateral-interior gracias a Malcom, que partía por fuera y estuvo sensacional en ataque, tanto con balón como sin él.

El brasileño, que ha tenido muy poco protagonismo este curso, exhibió una vez más su alta capacidad productiva. Un desmarque al espacio le permitió llegar al área con ventaja y darle el pase de la muerte a Coutinho, que no perdonó. Pocos minutos después, atacó el área tras un centro de Vidal y puso el 0-2 en el marcador.

El Barça tuvo hasta dos ocasiones más para marcar el tercero de la noche y cerrar el encuentro ante un Villarreal moribundo, pero la fragilidad defensiva lo evitó y el 1-2 dio alas a los ‘groguets’, que acabaron remontando en la segunda mitad.

Messi, al rescate

El rosarino empezó en el banquillo, para que descansara en previsión de los partidos frente al Atlético de Madrid en LaLiga y el Manchester United en Champions League. Messi acabó jugando la última media hora y le tocó remontar un partido que se puso cuesta arriba.

Con un lanzamiento de falta sensacional, muy parecido al de hace tres temporadas en el mismo escenario, recortó distancias y permitió soñar con un empate que acabaría llegando de la mano de Luis Suárez, en la última jugada del partido.