Sergio Busquets, moneda y peaje

En una semana en la que el Barcelona de Ernesto Valverde va a encarar el tramo decisivo de la temporada en óptimas condiciones (Liga encarrilada, finalista de la Copa y favorito en la eliminatoria de cuartos de final de la Champions vs Manchester United) es interesante ponderar cuanto de importante está siendo la figura de Sergio Busquets a lo largo del curso.

Mediocentro posicional de élite, técnica exquisita y perfecto en juego de posesión y presión adelantada tras pérdida organizada serían las tres virtudes esenciales que definirían al bueno de Busi durante toda su trayectoria en la élite. También se debería ponderar qué sucede en el caso en el que el equipo no consigue organizarse con balón ni conseguir ataques cuyas pérdidas del esférico (son inevitables) no cogen al equipo lo suficientemente bien escalonado. Qué sucede si el rival consigue superar una primera mala presión y se encuentran en zona mediocentro. ¿Cómo ha respondido en ese escenario el de Badia a lo largo de la temporada y cómo va a hacerlo ante rivales cuyo ritmo atlético es superior al que da Sergio?

La temporada del Barcelona ha dado mejores resultados que juego en muchas fases del año, siendo un ejemplo el mediocre encuentro ante el Espanyol el último fin de semana. La verdad, también hay que decirlo, es que el equipo ha jugado mejor cuando más importante ha sido el encuentro.

En algunos tramos del año el nivel de Busquets ha sido menor al exigible a un mediocentro titular indiscutible de un Barcelona. Y menor al talento, enorme, que atesora Sergio. Lento en el gesto y débil en las disputas en zona de robo o peligro, Busi ha sido un jugador que necesitaba de una sobre protección colectiva para tapar sus carencias. Un peaje a pagar para conseguir un nivel de juego óptimo y conseguir las monedas suficientes para pasarse el juego, ganar la Champions otra vez.

Ante este escenario veremos realmente cómo llega Busquets ante equipos de exigencia máxima (Atlético, Manchester y probablemente Liverpool), cómo se prepara Valverde para que esa debilidad quede disminuida y pueda seguir siendo la moneda para calibrar el juego y superar los últimos obstáculos para decidir la temporada.