Una pregunta que muchos nos hacemos cuando hemos conseguido o queremos conseguir algo, una pregunta que a veces suscita otra posterior como: “¿y si hubiera hecho esto?”

El que escribe esto, lo hace a las 23:53 del 7 de Mayo de 2019, un día pelín trágico para el culé, pero intentaré no sacar demasiada sangre caliente, porque hasta yo mismo voy a sufrir escribiendo esto. Gente, ¿y ahora qué?

El partido

El partido se presentaba de manera inmejorable, con una renta más que suficiente (3-0) y con unas bajas en el otro equipo que no hacían más que presagiar una eliminatoria no tan fatídica. El equipo se presentaría en Anfield como en Barcelona, y claro, casi con los mismos defectos de base, al menos pre-partido.

Por el contrario, un Liverpool sin Firmino ni Salah siquiera en el banquillo, se enfrentaría a una gesta histórica, a una noche mágica ante su público, algo que a posteriori conseguiría.

Sin entrar demasiado en detalles, el Pool plantearía algo similar a la ida. Shaqiri desde fuera buscaría la diagonal, Mané empezó desde la izquierda como en el anterior partido buscando la zona central y Origi actuaría más de punta que su anterior compañero de ida, Wijnaldum. Robertson sería de nuevo la amplitud por izquierda, Arnold ejercería más de lateral ligeramente más retrasado y con peso interior. Una presión altísima los primeros minutos acabaría en 1-0 tras fallo de Alba, algo muy poco común este año.

Tras unos 15 minutos de dominio absoluto red, el FCB empiea a encontrar el camino, y a diferencia de la ida, no busca llegar rápido, la pausa es más importante en este partido. Se busca salir de atrás y buscar las bandas, abrir el campo y la presión red. Importante aquí Roberto, que fue piedra importante no solo fijando fuera, sino encontrando dentro tanto a Busquets como a hombres adelantados. Sus pases diagonales le estaban dando vida al equipo

Además, tanto Vidal como Lenglet, realizan algún cambio de orientación que es el arma número uno de esta presión. El FCB goza de oportunidades que incomprensiblemente desperdicia.

Tras el descanso, la nada. Un nuevo error de Alba y 2-0, el fantasma de Roma sobrevuela. Con 3-0, tu cambio no puede ser Semedo por Coutinho, por mucho que el brasileño esté inoperante. El cambio era en el descanso, cosa que tras los precedentes de EV, me extrañó mucho, un cambio nada coherente con una de sus mayores virtudes… La salida de Vidal terminó por aplastar al equipo, por mucho que Arthur pudiera mejorar algo al equipo. El FCB se quedaba sin movilidad, sin amenaza al espacio, sin una espada con lo que es imposible enfrentarte al caballero de enfrente.

Acabado el partido, ¿y ahora qué?

Tranquilos, no todo está perdido. La liga está ganada… ¿y no importa? Con la Liga nos va a pasar como aquella novia que el tiempo le quitó el embrujo, tanto añorar a otra, cuando ya no la tengamos, que posiblemente irá unido a no tener nada, la echaremos de menos, muuucho. Por otro lado, está la final de la Copa del Rey, que no es más que tomar un café a las 4 de la tarde un 6 de agosto en Sevilla, un trago amargo e incomprensible… Se nos ha ido la cabeza, incluyendo al que escribe esto.

El grave problema del FCB, el gravísimo problema es la deriva de este equipo, una decadencia que ya lleva fraguándose unos años. No solo la lejanía de un estilo que un día nos hace grande la miramos como aquel pastel en una vitrina que ¿para qué entrar a comprarlo verdad? Vayamos a otra tienda, esa no interesa.

Además del estilo, mirar hacia la plantilla se antoja imprescindible. El Real Madrid sin un estilo demasiado definido y con Modric haciendo lo mismo que Busquets (“no podemos volver a cometer estos errores”), se arma con una plantilla absolutamente legendaria y repleta de talento diferencial. Si comparamos con el FCB, esto se antoja un ejercicio duro de ejecutar. Jugadores donde su prime ya ha pasado, donde el talento no es muy superior y especialmente, una plantilla bastante incoherente para ejecutar con maestría un plan A.

La plantilla tiene dos déficits que se arrastran desde hace dos años… bueno quizás un pelín más. Dejando a un lado el estilo, que cada entrenador tiene el suyo, Ernesto ha conseguido un equipo sólido en base a sus creencias y plantilla. Sin un jugador dominante para generar volumen de juego, un crío como Arthur llegó como el salvador. El brasileño no es más que el sueño que llevábamos anhelando años, pero Arthur aún no es lo que probablemente va a ser. De Jong, que también es un crío, está en el Ajax, no cuenta. El resto de piezas ninguna tiene tiene un talento especial para jugar entre líneas, para ser el interior que el FCB necesita. Aleñà es “nuevo” y los “Riquis-Collados” aún no han llegado.

El otro gran déficit es la amenaza al espacio, que es algo que clama al cielo. EL FCB ha encontrado en Alba el manantial del que beber en el desierto. Pero es eso, un manantial que te ata a no salir en otra dirección donde el agua te va a faltar. En cada transición se hacía palpable, el equipo “no podía” llegar rápido, incluso a veces ni podía. Ante presiones altas, esto se hace un infierno, ya que el rival no teme nada, no hay peajes. Ayer fue Roma, hoy Liverpool, y ambos déficits como denominador común, y especialmente el primero de ellos, necesitarán dinero para remediar

Para finalizar, el entrenador. Ernesto Valverde ha sido coherente tanto con su plantilla como con su forma de jugar. Ha convencido a los jugadores y ha llegado a ellos. ¿Su mensaje es erróneo? Posiblemente, pero ya la temporada estaba ”terminada” con sus ideas, cambiar de parecer en base a este partido, quizás sería algo oportunista, salvo el enorme componente psicológico que posiblemente termine por decantar la guillotina. El tiempo nos dirá, si con esta ansiada Champions y con lo que se nos viene (De Jong, Arthur año II, Aleñà, envejecimiento de Rakitic y Vidal…) Ernesno no hubiera apostado por algo que algún día nos hizo grande.

Ya termino, ya

Gente, tras un 4-0, quizás este tochazo a nadie le interesará, pero creo que es algo necesario, para hacernos preguntas y exponer a la luz las cosas que han brillado por su ausencia. ¿Y ahora qué? Ahora tocará pasar página, tocará volver a encomendarse a Messi, tocará volver a creer que el FCB recuperará su brillo y volveremos a disfrutar con sus victorias.

¿Y ahora qué? Ahora volveremos a empezar una nueva temporada donde seguiremos siendo aspirantes a todo pero un año mayor en algunas piezas angulars.

¿Y ahora qué? Ahora quizás me duerma, mañana me levantaré destrozado, pero posiblemente sea de los pocos días en el que me ponga mi camiseta del FCB, porque somos eso, el Fútbol Club Barcelona.