Los apuntes del Dortmund-Barça (0-0)

Por Marc Hernández

Una segunda mitad inaceptable

Aguantó el Barça la embestida del Dortmund en la segunda mitad y sumó un triste punto tras mostrar, una vez más, su peor cara en Europa. Los de Valverde completaron unos segundos 45 minutos en los que ni se agruparon alrededor de la pelota, ni fueron sólidos en defensa ni tampoco salieron con peligro en el contragolpe. La nada más absoluta, como fueron en Liverpool y en Roma, con la salvedad de que los alemanes no colaron las que tuvieron.

Una actuación, pues, para reflexionar, porque a pesar de la titularidad de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann, dos futbolistas llamados a dar otra dimensión al tercer Barcelona de Ernesto Valverde, el equipo volvió a mostrar la versión apática y funcionarial de siempre, y que le ha costado más de un disgusto (de hecho, cuatro) en la Champions League.

Ter Stegen, imperial

El portero alemán, por el contrario, salvó al Barça parando un penalti decisivo a su compañero en la Selección (y en el Mönchengladbach, años ha), Marco Reus, permitiendo a su equipo mantener el 0-0 en el marcador. En la primera parte ya tuvo su primera intervención con acierto rondando la media hora de juego, y en la segunda se le necesitó en tres ocasiones más.

A diferencia de Roma y Liverpool, Ter Stegen mostró su mejor versión individual y el Barça lo notó, ya que pudo salvar un punto a pesar de que no lo mereció.

Arthur bajo presión y el desparpajo de Ansu, lo mejor de la primera parte

Si la segunda mitad fue un desastre, en la primera al Barça lo salvaron los detalles. Mejor con balón que sin él, aun sin remate, el equipo estuvo dirigido por un Arthur cada vez con más galones. El brasileño se ofreció abajo para superar la presión de los locales y dominó la posesión en campo rival, asociándose con acierto con el resto de sus compañeros.

Otro que dejó buena impresión fue Ansu Fati, que fue de menos a más. Impreciso en los primeros toques, estuvo mejor cuando cambió a la banda izquierda, tras la reestructuración táctica que hizo Valverde tras la lesión de Jordi Alba. Abierto sobre la línea de cal, el Barça lo encontró en varias ocasiones y Achraf tuvo que sudar para neutralizarle.