El Barcelona ha cerrado su participación en la Champions hasta 2020 con el gran colofón de la histórica victoria en la pista del París Saint Germain, un equipo que llevaba más de 50 partidos sin perder en casa y que es el otro gran candidato a la Champions League, junto al cuadro de Xavi Pascual. La victoria acerca mucho al Barça al primer puesto y al acceso directo a cuartos de final.

El partidazo del Barça en la capital gala se coronó con un gran final, en el que Aitor Ariño marcó la diferencia con el gol que abría la lata con el 32-33. Es una de las grandes virtudes de este Barcelona, en el que jugadores que no son considerados estrellas mundiales tienen papeles providenciales en ataque y en defensa, todo sazonado por un trabajo táctico muy específico que convierte al Barça en un equipo muy atlético y divertido de ver.

No es casualidad que sea Ariño uno de esos secundarios notables; ya que el juego vigoroso de los de Xavi Pascual fomenta las transiciones rápidas y contraataques y ahí el papel de los extremos resulta esencial, y no es descabellado pensar que la explosión de Aleix Gómez y Álex Pascual ha sido propulsada en parte por ese juego rápido. Otro indicio de ello son los registros de Casper Mortensen hasta su lesión hace casi un año.

Me atrevería a decir que el Barcelona ganará esta Champions League. Quizá sea categórico afirmarlo ahora, pero, si no hay lesiones, el equipo azulgrana ha mostrado una capacidad competitiva superior a la del año pasado. En el anterior curso, los azulgranas quizá despachaban a los rivales con mayor soltura y diferencia goleadora, quizá el ritmo alto era más frecuente y determinante, pero el Barcelona de este año, tras su derrota inicial en Hungría, ha demostrado saber cuándo pisar el acelerador y cómo hacerlo ante rivales potentes. Los partidos en Alemania ante el Flensburg y en Francia ante el PSG son buena prueba de ello.

Este Barcelona tiene el colmillo más afilado que en años anteriores y sabe sufrir mucho más y mejor, si se logra mantener en esa competitividad en los momentos clave, el equipo será muy difícil de batir. Además, la llegada de Cindric potencia sus recursos una auténtica barbaridad.