Planificación Barça 2020-2021; Messi y sus amigos

En condiciones normales, hoy estaríamos hablando del Barça-Atleti del pasado domingo. Felices por haber encarrilado un nuevo título de liga o cortando cabezas ante una temporada aciaga. Quién sabe. Hace tiempo que eso de las condiciones normales no existen.

Por ello, en Rondo Blaugrana hemos decidido comenzar una serie de textos sobre lo que puede ser el Fútbol Club Barcelona post-COVID19, comenzando por la transición a la 2020-2021. Mientras las altas estancias del fútbol nacional e internacional luchan por ver quién escupe más lejos, la actualidad futbolística se centra en el “mercato”. Entradas, salidas y un sinfín de nombres ajenos a la nueva realidad que, parece, debe afrontar el mundo del balón. Las pérdidas por la -de momento- interrupción de las competiciones obligarán a los clubes a reajustar sus presupuestos, dejando atrás los desembolsos millonarios establecidos, sobre todo, a raíz del “caso Neymar”.

Es por eso que la premisa fundamental que nos hemos puesto antes de arrancar nuestra planificación es la de ser realistas. Intentar paliar las carencias del equipo o potenciar las virtudes opacadas pero siempre desde una perspectiva viable económicamente y que encaje con los movimientos actuales del mercado.

Iniciamos esta serie de artículos, curiosamente, por el tejado; ¿Cómo debe rodear el Barça a Messi?

Partiendo de la base de que tratar de planificar los movimientos de esta junta es tarea del mejor mago que Hollywood haya creado, creo que debemos, primero, recordar las piezas que conforman la delantera del Barça.

-Luis Suárez: A sus 33 años y tras dos operaciones en años consecutivos, el Uruguayo continúa siendo el mejor socio de Leo dentro de la plantilla. Su trabajo por delante del “10” y su cuota goleadora en liga le siguen dando el estatus de intocable.

-Leo Messi: El jefe de la banda, al que hay que rodear. Veremos cómo vuelve de la inactividad, ya que, aunque duelan, los años también pasan por el mejor jugador de la historia.

-Ousmane Dembelé: Arropado por detractores y defensores con el mismo nivel de fervor, el francés afrontaría su cuarta temporada como culé sin que nos hayamos dado apenas cuenta de su llegada.  Las lesiones y sus particularidades sobre el terreno hacen que siempre conviva con un asterisco sobre sus hombros.

-Antoine Griezmann: Llegó como lo que es, uno de los mejores del mundo, pero su adaptación al club no ha sido la deseada por todos. Con más voluntad que acierto, el francés ha tratado de cumplir en cualquiera de las posiciones de ataque, pese a su llamativa falta de feeling con Messi (sobre el campo).

-Martin Braithwaite: Las ovaciones que recibió del Camp Nou en sus primeros partidos dicen más del Barça actual que del propio Martin. Cargado de moral y autoconfianza, quién sabe lo que le deparará el futuro al danés.

-Ansu Fati: La gran aparición de la temporada parece haber llegado para quedarse. A falta de ver cuál es el plan de trabajo para el juvenil, todo indica que tendrá minutos de calidad el próximo año.

-Trincao: El ruido entorno a su fichaje y su peculiar apellido no hacen justicia al fútbol del chico. Partiendo desde la derecha, con gusto por mover su zurda por el carril central y con buena lectura de juego, es difícil elucubrar sobre los planes del Barça con el portugués.

 

Toda vez repasados los elementos de la actual ofensiva culé, toca buscar sus complementos en el mercado. Durante estos últimos años se ha echado en falta una amenaza al espacio que hiciera a los rivales recular, que permitiera a Leo ese metro necesario en la frontal o que ayudase a Suárez a enfocarse, únicamente, al último toque, donde el charrúa será élite hasta el día de su retiro.

El primer gran nombre, el que más portadas ha ocupado, es el de Neymar. Pero ¿es viable una MSN versión 2021?

La delantera que trituró Europa gozaba de un Suárez asesino con metros por delante, el Messi más entonado de su carrera y un Ney, del que pasamos a ocuparnos, más “sirviente” que nunca.

Pero el brasileño ha cambiado. Su paso por París, ciñéndonos a lo meramente futbolístico, ha transformado su juego. Ahora él es quien lleva las riendas. Acapara balón en zonas mucho más interiores y son otros (Mbappé) los que sacan el colmillo. Al desborde y magia que traía consigo desde niño ha sido capaz de sumarle una madurez e inteligencia en el juego que le permite dominar varios carriles y desde más atrás. Incluso su físico parecía estar cambiando justo antes del parón.

Traer de vuelta al tercer sudamericano del grupo, el mejor del mundo fuera del Barça, obligaría al equipo a pagar unos peajes que, a estas alturas, no parece dispuesto a pagar. La falta de profundidad por las bandas y la composición defensiva no casan con la llegada del, individualmente, mejor nombre de la lista.

Centrémonos, pues, en los que parecen los objetivos más probables del mercado culé, en cuanto a delanteros se refiere. Muchos han sido los debates sobre si uno u otro debería ser el elegido, basándose en los debes del equipo y las necesidades de Messi. Entonces, ¿Lautaro o Werner?

Este no será un teto más sobre el perfil de los futbolistas, pues por todos son conocidas ya las virtudes del argentino y el alemán. La duda se cierne entonces sobre otra pregunta: ¿Debemos seguir creándole equipos a Messi? Y de ser así: ¿qué necesita Leo?

Como mi respuesta a la primera es un tajante sí, me permito pasar directamente a la segunda. Por bueno que sea, Leo requiere cada vez de más ayudas para llevar a cabo sus cositas. Gente que le presente el balón en su zona (de la que se ocuparán mis compañeros próximamente), una referencia por delante y un atacante en el lado débil para amenazar con su alley oop. Tan cierto es que Suárez y Alba realizaron las dos últimas con gran acierto como que cada vez están más lejos de su cénit.

Aquí es donde, por primera vez, me permito no coincidir con la opinión de la pulga. Estoy seguro que, pudiendo escoger, Messi le quitaría diez años a su amigo Luis. Esa referencia que le devuelva la pared, con la que consiga vivir de cara en la frontal y celebrar otro centenar de goles juntos. Ese sería Lautaro, aún más relacionado con el juego que con el gol, pero con unas cualidades tremendas para triunfar en cualquier faceta.

Werner, en cambio, amenazaría constantemente al espacio, generalmente partiendo desde la izquierda, regalándole metros al equipo con su olfato para el desmarque. Sería un recurso para solventar los constantes problemas que plantean las presiones altas al Barça, conscientes de que su envejecida delantera no aprovechará esa mitad de campo libre hasta su portería.

Si alguien, fuera de su sano juicio, me preguntara a quién escogería, este sería mi fichaje.

La presencia de un atacante con colmillo, capaz de abrir el campo para después amenazar las espaldas rivales y devolviendo a Messi la posibilidad de atacar el lado débil con su pase más natural.

Sea cual sea la decisión a tomar, no tardarán en llegar preguntas para las que aún no tenemos respuesta. El rol de Suárez, el lugar en el que queda Griezmann, el papel que tendría Ansu en todo esto o la posible salida de Braithwaite. Y Dembelé, claro.

Mis respuesta contaría con Werner, Ansu. Suárez, Leo y Griezmann. Perfiles marcados, con posibilidad de permutar posiciones en la mayoría de los casos y acorde al reparto de minutos que se ha venido adoptando los últimos años.

P.D. Esta respuesta incluye un lateral derecho específico, autosuficiente con balón y capaz de rellenar la banda.

Más allá del nombre y perfil, si es que se elige alguno en este periodo de incertidumbre, y de las salidas, la delantera blaugrana necesita un revulsivo. Las últimas instantáneas dejan demasiado marcada a una línea que, actualmente, pese a contar con el mejor del mundo, plantea más problemas que soluciones.