Muchas esperanzas y ninguna realidad

Dicen que ‘Quien mucho abarca, poco aprieta’. Una expresión que puede definir muy bien la evolución actual del Barça de Ronald Koeman. El entrenador está queriendo meter muchas variantes en muy poco tiempo y, sobretodo, cambiar constantemente jugadores tanto de posición como de rol en el equipo que hace que ninguno de ellos se asiente en un rol definido y que permite ganarles confianza y que el conjunto acabe sin ser reconocible.

Empezaremos por el sistema que tenía pensado Koeman para su equipo y acorde a la plantilla con la que disponía. El entrenador holandés, se ha caracterizado siempre por jugar con dos mediocentros por lo que parecía claro que usaría un 4-2-3-1 con los citados dos mediocentros, dos extremos abiertos(roles que necesita el club y la plantilla), mediapunta y un delantero. Cuando todos teníamos claro eso(y entiendo que los jugadores también), en los últimos partidos esta modificando en ciertos momentos a un 4-3-3, donde la idea es totalmente diferentes. No puedes construir un equipo usando dos planteamientos tan diferentes.

Analizando línea por línea, empezaremos por la defensa. Su pareja de centrales parecía clara con Piqué-Lenglet. En cuanto al central español, se ha ganado totalmente el sitio por el nivel que ha mostrado Gerard y porqué no tiene una competencia clara(Araujo es una muy buena opción de futuro pero le falta recorrido) ya que debido a la maltrecha economía del club, no pudo llegar Eric García en el reciente mercado de fichajes. Pero en el otro central, Lenglet no está teniendo confianza plena de Koeman, ya sea por su poca contundencia en defensa como también que en la salida de balón, no tiene la finura en corta que si demuestra cuando el desplazamiento es en largo. Para paliar esa salida, en los últimos partidos esta teniendo muchos minutos Frenkie De Jong, que te permite juego más fino y conducción más explosiva pero que provoca el primer problema de continuidad de la confianza en el equipo y los jugadores. Primer punto porque Lenglet ve como pierde esa continuidad que necesita un central y segundo porque Frenkie De Jong estaba ante su año de confirmarse en el centro del campo, que le iban a poner con otro compañero en esa zona del campo pero que ese plan no tiene crecimiento y que ve como Koeman le retrasa la posición. Una posición que le perjudica muchísimo en una defensa de 4 porque no tiene conceptos defensivos claros y los delanteros le generan muchos problemas(y eso que todavía no ha tenido un transatlántico como Lewandowski, Lautaro o Haaland). De la posición de central, podemos pasar a la posición de lateral. El único que ha tenido continuidad ha sido Junior Firpo pero para tener claro que no va a tener minutos con Koeman. Jordi Alba se lesionó y el entrenador holandés prefirió cambiar de banda a un recién llegado como Dest que poner al lateral fichado desde el Betis. Esa poca confianza, también está haciendo que la aclimatación de Serginho Dest esté siendo más lenta porque tiene que jugar en la banda contraria de la que se siente más a gusto y de la que tiene que ser su hábitat constante en el Barça porque el lateral ‘yankee’ es un proyectazo para la próxima década. Y, por último, Sergi Roberto que ha basado su status en el club como lateral derecho porque en el centro del campo nunca había tenido sitio pero que en el último partido ante el Dinamo de Kiev ya partió en el centro del campo, con un rol más recuperador que generador pero sin espacio para sorprender.

Todo ese cambio en defensa, provoca más incertidumbre en el centro del campo que es la zona que define al Barça y su estilo. El 4-2-3-1 cambia totalmente ese estilo y el primer perjudicado es Busquets. Sergio sufre con este sistema y llega tarde en todas las ayudas que sus compañeros necesitan para poder desplegar su juego. Todo el mundo ha visto ese sufrimiento pero Koeman ha seguido contando con él mientras Pjanic(uno de los grandes fichajes del año) tenía que esperar en el banquillo, perjudicando su adaptación. El jugador bosnio es un mediocentro de base para crear tanto en corto como en largo y sería ideal juntarlo con De Jong para complementar los diferentes estilos que marcan entre ellos. Pero cuando Pjanic ha empezado a tener minutos y titularidades, De Jong ha retrasado su posición. Otro crecimiento truncado y más dudas en el grupo.

Pasemos a la zona de ataque donde hablaremos de los tres mediapuntas más el delantero. Empezaremos con la realidad más potente tanto del presente como en el futuro. El inicio de temporada de Ansu Fati es antológico, tanto por la calidad que tiene, su facilidad para rematar y marcar goles y su entendimiento del juego que le hace estar siempre bien colocado tanto para aprovecharse él como para potenciar a sus compañeros. Ha empezado la temporada jugando como extremo izquierdo, donde formó una gran banda izquierda con Jordi Alba hasta la lesión del lateral. Cuando ha vuelto, no ha sido tan prolífica esa pareja y, además, ha llegado un gran partido como el Clásico y Koeman ha situado a Ansu como delantero junto a Messi. Ese cambio ha propiciado otra inseguridad y, además, ha afectado al segundo jugador más determinante que ha sido Pedri. El jugón canario ha destacado en la posición de mediapunta central, donde tiene el último pase y llegada al área impresionante y además entiende de maravilla a Leo Messi. Pues ante el Madrid le desplazó a la derecha, haciendo desaparecer a Pedri en todo el partido y parando su progresión.

Si en el centro del campo hemos comentado que Busquets estaba sufriendo mucho, en la zona atacante es Griezmann el jugador que su presencia y falta de confianza está lastrando el crecimiento del equipo y de jugadores con mejor rendimiento. El atacante francés está teniendo muchos minutos pero en posiciones diferentes. Empezó como extremo derecho, con libertad para moverse pero sin tener a un lateral que le entendiera y le aporta profundidad a los movimientos por dentro de Griezmann. Ese jugador podría ser perfectamente Serginho Dest pero como hemos comentado empezó jugando por la izquierda y cuando está teniendo minutos en la derecha, Griezmann ya lo ha situado por el centro por lo que esa conexión no se ha podido explorar y seguimos teniendo dudas y el equipo no crece.

Por último, está Leo Messi. El astro argentino ya sabemos que se quiso ir antes de empezar esta temporada y Koeman está gestionando su estado de ánimo y motivación ante la situación institucional que está sufriendo el club. Al principio se intuya que con el 4-2-3-1 y jugadores como De Jong, Pedri, Ansu o Trincao le podrían hacer llegar balones con mucha más ventaja en el área para que Messi definiera y fuera la guinda del equipo. Pero así como Koeman va haciendo cambios en el sistema y en los jugadores, vemos a Messi cada vez más alejado del área, bajando a generar y sin llegar a posiciones de ataque con peligro. Sus cifras goleadoras son muy pobres para una figura como él y eso es generado por los bandazos que está haciendo Koeman y porqué el jugador argentino sigue sin entender que no puede ser todo el generador del juego sino el finalizador.

El equipo y Koeman necesitan volver al punto de partida, definir que rol va a jugar cada jugador y que lo tengan claro porque cada uno ha podido demostrar sus virtudes(salvo Riqui Puig y Aleñá que es totalmente injustificable su ostracismo cuando ha probado tantas variantes y cambios de posiciones) y el entrenador holandés debería ser capaz de juntarlas todas(no dudo que lo sea) y sacar el rendimiento a un equipo que con el sistema 4-2-3-1 si que se vio que se podía sentar algunas bases. Entiendo que a Koeman se le exige todo porque está en el Barça y no hay años de transiciones(aunque también sería bueno que la afición entendiera que con el desastre institucional que existe, es dificil luchar por títulos y toca reconstruirse primero) pero las prisas son malas consejeras y que acumular tantos cambios en tan poco tiempo no le va a permitir formar a su equipo y, sobretodo, ganar a corto, medio y largo plazo. Estan en juego los títulos pero sobretodo su continuidad con la nueva junta que entre tras las elecciones.