La Supercopa de España que se presentaba como una oportunidad para reforzar la moral de un conjunto que parecía haber recuperado la buena dinámica y haber dado con la tecla táctica se ha convertido en una pesadilla. El balance del Barcelona en tierras andaluzas no puede ser más demoledor; dos prórrogas en un momento del calendario muy cargado, recesión en la línea positiva de juego y la pérdida de un nuevo título que estuvo amarrado hasta el minuto 90. Además, el capitán acabó expulsado y frustrado ante una nueva decepción deportiva. Con la decepción del resultado de la Supercopa aún en el ambiente, el Barça afronta mañana su andadura en la Copa del Rey frente al UE Cornellà. Los Reyes de Copas inician de este modo su asalto al que podría ser su título trigésimo primero en el torneo del KO. Título que ante la casuística actual gana especial relevancia, al ser probablemente la competición en la que el plantel blaugrana tenga más chances de poder alzarse con la Copa. Tras la fatídica noche de Anfield, el Barça ha caído con más o menos estrépito en todas las competiciones que ha disputado. El verdugo del Atlético de Madrid espera a los hombres de Koeman quién no se puede permitir otra decepción. La competición no espera y la Copa 2021 seguramente dictará sentencia al futuro de Ronald en el banquillo culé.

EL LATERAL DERECHO. UN MAL RECURRENTE

Volviendo al partido del domingo, uno de los no pocos problemas del Barça en el choque fue el recurrente lateral derecho. Antes, en semifinales frente a la amenaza de Oyarzabal y los problemas físicos de Dest, el técnico holandés apostó por el voluntarioso Mingueza ante los realistas. Sin embargo, el domingo Sergiño Dest volvió a ser de la partida ante el Athletic. El lateral de origen americano viene atravesando una mala racha de juego. Sus principales características ofensivas como el regate y la asociación en corto se están viendo muy limitadas ante el excesivo peso que el sistema de Koeman proyecta en su lateral.

Encargado de dar amplitud cuando Dembélé recibe hacia dentro o de sumar juego interior cuando el extremo francés espera pacientemente en banda, las posiciones de Sergiño le exigen un despliegue descomunal. Con Busquets recibiendo abajo entre centrales y Frenkie de Jong cargando el área, la parcela de interior derecho y la de lateral quedan para el jugador ex- ajacied. Esta nueva disposición táctica ha terminado por ofrecerle al Barça muchas ventajas ofensivas, pero ofrece un punto débil en la transición defensiva por la que Marcelino García Toral, el hábil entrenador asturiano, terminó girando el choque. Con Busquets hundido entre centrales, y Frenkie cargando el área, cada vez que el conjunto culé pierde el esférico, el de Badía tiene que recorrer demasiados metros para acudir a la presión, llegando tarde (a menudo), aprovechando de este modo el rival el hueco en el sector derecho del medio campo culé. Con este panorama, tanto en ataque como en defensa, ha tenido que lidiar Dest en los últimos choques. Un jugador no olvidemos, de 19 años, que apenas suma una quincena de partidos en un club gigante como es el Barcelona. Durante estos días, las críticas han sido feroces, pero en mi opinión, se puede decir que el jugador ha sobrevivido. Igual no ha podido pesar en ataque como esperaban algunos, la sombra de Daniel Alves es muy alargada, pero las circunstancias no ayudaban a ello. Sin embargo, su aptitud defensiva ha sido positiva y sorprendente, al menos, si atendemos a las circunstancias que ha enfrentado y lo visto en la liga holandesa. Sergiño sabe sufrir ante extremos habilidosos y es capaz de rectificar por velocidad ante los huecos generados por el sistema. De hecho, ya fue destacable su Clásico frente al Real Madrid. Contra un Vinicius que venía entonado, el lateral culé cuajó un notorio partido defensivo, sufriendo menos que sus predecesores en el puesto frente al carioca. No obstante, el buen hacer de Muniain (sino mediaron problemas físicos) llevaron a Koeman a mover ficha al descanso. Mingueza por Dest. Con la entrada del canterano el técnico holandés buscaba un recurso más defensivo, con buen pase interior que mantuviese la línea cuando Busquets saltase a la presión y fuese un obstáculo en la marca para un inspirado Íker Muniain, pero el plan no salió. Muniain destrozó a Mingueza con sus apoyos, recibió a placer y desde sus toques giró el encuentro para el Athletic. El peligro llegó a balón parado principalmente, pero en las recepciones de Munian llegaron tanto las faltas que propiciaron el tanto anulado, como la vía de escape del Athletic cuando el Barça trataba de inclinar el choque. Una vez más, los cambios de Koeman no funcionaron. El gris Dest frente a un escenario nada positivo a sus virtudes y sobre el que han caído no pocas críticas se mantuvo a flote, mientras que con su ausencia los defectos del sistema se agravaron. El canterano estuvo muy superado desde su entrada. Seguramente no se le pueda pedir nada más a un Óscar Mingueza que ha afrontado cada minuto y partido de forma ejemplar. Con la vuelta de un jugador del agrado de Ronald como Sergi Roberto en el horizonte, el Barça ganará otra pieza para este rol de lateral-interior en salida, si se sigue apostando por este sistema, y le permitirá al lateral estadounidense tener un respiro para desarrollarse con menos focos y críticas. Le vendrá bien, pues el entorno culé no perdona ni a un jugador tan prometedor como Sergiño Dest.