Ya pasó. La cacareada cómoda serie ante Zenit se convirtió en una auténtica tortura de la que el Barça salió vivo por los pelos. Vimos a un equipo irreconocible, lleno de dudas e incapaz de resolver las trampas que Xavi Pascual colocó a conciencia para colapsar el ataque azulgrana. Desmoralizó a Calathes casi toda la serie, no regaló apenas lanzamientos cómodos a los tiradores y aisló durante cinco partidos a Nikola Mirotic.

Uno podía esperar que el bueno de Xavi planteara un escenario hostil para Mirotic y consiguiera reducirlo, pero no durante toda la serie. Sabemos que el montenegrino con corriente a favor es incontenible, pero cuando las cosas no le salen tiende a desesperarse y a tomar malas decisiones. Xavi Pascual sabía que para tener opciones de F4 tenía que sacar a Mirotic de la ecuación y lo logró. Tampoco Rolands Smits desde el banquillo fue capaz de darle relevo como otras veces ha sucedido, lo que habla de maravilla del trabajo de los rusos en la pintura, con un Will Thomas extraordinario, capaz además de castigarle en defensa.

Tampoco es que Mirotic haya estado gafado, superado o especialmente desacertado. Es que no ha jugado la serie. Zenit cortocircuitó su conexión con Calathes y también el fuera-dentro con Davies. Le invitó a ser autosuficiente para luego enterrarle en laberintos sin salida. Xavi Pascual desnudó no pocas carencias del Barça y de paso mostró el camino a rivales.

Lo bueno es que el Barça ha sido capaz de sobrevivir a una pesadilla de serie que se puso cuesta arriba, que ha forzado malas versiones de varios jugadores y que puso sobre el equipo una presión a la que se va a tener que sobreponer si quiere que este proyecto que ha iniciado Saras sea recordado. Suerte de Higgins, que es sin duda el emblema del sistema del lituano. Suerte de Kuric, puntual para sacar la muñeca a pasear. Suerte de Hanga y su final de Game 2. Y suerte de un Brandon Davies inmenso, echándose el equipo a su espalda cuando peor estaban las cosas. Rambo tiene sus cosas, pero siempre en pista cuando llegan los minutos comprometidos.

Lo cierto es que no es la 1ª vez que Nikola Mirotic no acaba de estar a la altura en momentos importantes. Estuvo mal en la final ACB 2020 y en esta serie de 1/4, los dos momentos más importantes del Club desde su llegada. Seguramente no sea algo alarmante y habría que asumir que la estrella del equipo es un jugador neutralizable y no indefendible. En cualquier caso y pese a la enorme defensa que propuso Xavi Pascual es evidente que él se metió en una espiral de la que no fue capaz de salir en toda la serie y ahora deberá resetear y volver a recuperar sensaciones.

«Pero ahora que el mal ya está hecho, lo bueno va a encontrar su oportunidad. Ahora tú, no dejes que hable. Te debo un baile y no una explicación», cantan «The New Raemon” y refleja de maravilla lo que se le pasa al culé por la cabeza tras estas semanas de Mirotic. El Barça ha sobrevivido a la «espantada» del 33, pero tiene por delante una oportunidad extraordinaria para resarcirse. Nos debes un baile, Niko. Que sea el finde del 28-30 de mayo.