¿Por qué el Barcelona defiende tan mal?

En estos últimos años se ha repetido un mismo patrón en clave FC Barcelona, la sensación de una fragilidad defensiva sempiterna que provoca una desconfianza de los aficionados que acaban volcando su ira sobre los propios jugadores. Está misma temporada las críticas al nivel de Umtiti, Lenglet, Alba, Dest, Sergi Roberto, Júnior e incluso Gerard Piqué y Ter Stegen, que solían ser los únicos salvados de la quema, han sido constantes.

¿Pero qué provoca que el Barça defienda tan mal? ¿Como es posible que un equipo de tan alto nivel reciba 4 o más goles todas las temporadas en algún partido todas las ediciones de un torneo a priori tan parejo como la Champions League? ¿Por qué jugadores como Vinicius Jr. Kyllian Mbappe realizan su mejor partido de la temporada precisamente contra los azulgranas?

Sin ir más lejos y analizando de manera simplista esta temporada jugándose la liga las últimas jornadas recibió de manera consecutiva 2 goles del Getafe, 1 del Villarreal, 2 del Granada, 2 del Valencia, 3 del Levante y 2 del Celta, quedando sólo por el medio el empate a 0 contra el Atlético de Madrid. Resulta evidente que para cualquier equipo se antoja imposible recibiendo tal cantidad de goles en contra, así que vamos a analizar qué puede provocar esta fragilidad defensiva.

Lo primero que hay que poner encima de la mesa es que el fútbol como deporte es un todo, no se puede distinguir, como si se hace en otros deportes, ataque de defensa de manera muy clara. En el fútbol tu manera de atacar influye de manera determinante en tu manera de defender y viceversa. 

En el caso del FC Barcelona podemos tener un primer análisis en que en los últimos años ha necesitado de muchos jugadores por delante del balón para poder ser profundo y amplio en ataque. Ha necesitado de su lateral izquierdo siendo profundo, al lateral derecho compensando las huidas de Messi al centro, y muchas veces han puesto a sus dos interiores cargando el área dejando prácticamente siempre por detrás del balón a Busquets y a los dos centrales. Atacando con tantos jugadores por delante del balón se ha vuelto imposible presionar hacia delante porque casi todas las pérdidas de balón (que suelen ser de Messi por la necesidad que tiene el equipo de que arriesgue el balón constantemente) pilla a la mayoría del equipo por delante del mismo y es bastante fácil para el equipo rival jugar hacia adelante y correr. Así pues, centrales y pivote se han visto defendiendo situaciones con rivales en carrera y con un espacio enorme que defender, y pese a que el paso a 3 centrales ha paliado esto con un jugador más por detrás del balón ha obligado al equipo a jugar con 5 defensas con todo lo que ello supone a nivel ofensivo.

Pero este problema ya lo hubo antes y la sangría no fue tal, y hay otros ejemplos del equipo siendo aplastado contra su propia portería con total incapacidad para defender en campo propio con un éxito mínimo (Bayern de Múnich, Liverpool, Roma, etc..) y ya no sólo contra los grandes de Europa, sino que contra equipos de nivel medio de la liga la sensación se mantiene (Levante, Villarreal…).

Y es que el fútbol es también un juego de contextos, cada individuo esta influenciado de manera determinante por sus compañeros, rivales y espacios de juego. Esta es la explicación de porqué tantos y tantos jugadores rinden mucho en un equipo y son incapaces de hacer lo mismo en otros, el contexto es determinante. Mucho se ha hablado en el Barcelona del perfil de jugadores que deben tener sus atacantes, que deben ser complementarios con Messi, otorgar profundidad y amplitud al ataque, etc. Pues en defensa ocurre lo mismo, y si la complementariedad del Messi-Suárez estas últimas temporadas estaba puesta en duda qué decir de un grupo defensivo formado por Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba y Sergio Busquets. Probablemente todos y cada uno de ellos, o casi todos, son mucho mejores futbolistas que lo que han demostrado en los últimos años, sin embargo, la incapacidad de todos y cada uno de los integrantes de este grupo de ganar un duelo individual (a excepción de un Gerard Piqué que cada vez sufre más y más en espacios abiertos), una carrera, o una anticipación les hace parecer a todos peores de lo que son, entendiendo siempre que hablamos de cualidades defensivas, no de físico. Es por eso por lo que jugadores como Ronald Araújo, Mingueza, a pesar de ser a priori un jugador limitado para el primer equipo, o incluso los momentos de Frenkie de Jong de líbero han revitalizado por momentos el grupo defensivo azulgrana hasta el punto de parecer totalmente imprescindibles.

En las pasadas temporadas, el club intentó paliar esto teniendo en el centro del campo jugadores como Arturo Vidal, Paulinho o Ivan Rakitic, lo denominado “músculo para el centro del campo”. Dándose así una paradoja bastante curiosa, creandoonces dónde los jugadores más técnicos del equipo se encontraban atrás y adelante y los más capaces físicamente en el centro del campo, justo al contrario de aquello que defendía Pep Guardiola (El País, 2006) “las piernas se usen detrás y delante para ser más rápidos y en el medio se use la pelota, para ser más veloces”. Porque la realidad es que varios de los técnicos más reputados y exitosos a la hora de aplicar modelos de juego parecidos a lo que se quiere jugar en can Barça han contado siempre con jugadores capaces de defender grandes espacios y ganar duelos individuales en sus grupos defensivos, desde Pep Guardiola (Alves, Puyol, Abidal, Touré, Alaba, Boateng, Walker, Fernandinho, Rodri, Rubén Días…) pasando por Louis van Gaalen su Ajax (Reiziguer, Bogarde) hasta el gran Johan Cruyff (Ferrer, Sergi, Nadal, Abelardo, Goiko).

A estos dos factores se pueden añadir múltiples errores como fallos de concentración, fallos en las vigilancias defensivas o errores graves en los comportamientos de línea, errores todos ellos subsanables por el trabajo diario del entrenador y en los que la solución tiene un análisis más complejo.

En definitiva, es posible que dos de los pasos que podría el FC Barcelona paliar la sangría defensiva que sufre pase por conseguir ser igualmente peligroso en ataque sin la necesidad de poner a tantos jugadores por delante de la línea de balón, lo cual supondría una reforma bastante importante en la forma de atacar del equipo y en un segundo punto por reforzar la línea defensiva con jugadores capaces de imponerse más a menudo en duelos defensivos para compensar así a los jugadores ya presentes en la plantilla.