En 14 jornadas de la Liga Adelante Adama Traoré se ha convertido en uno de los jugadores más desequilibrantes de la categoría si no el que más. Acostado en la banda derecha, Eusebio ha ido modificado el sistema del filial con el objetivo de potenciar al máximo las cualidades del extremo: un lateral a su espalda muy retenido, un interior que le deje espacio y la tendencia en el juego a volcar el balón a su banda. Luego, ya son las condiciones -físicas y técnicas- de la fletxa de L’Hospitalet las que marcan la diferencia. Es tal la superioridad demostrada ante laterales de experiencia contrastada que más de uno en Can Barça se pregunta si Adama sería útil ahora mismo para el primer equipo del F.C. Barcelona.

Como un elemento más dentro del sistema utilizado por Lucho en los últimos partidos, el catalán no acabaría de encajar. Si bien Pedro en el último encuentro o Neymar en anteriores partían desde banda -la izquierda- acababan buscando zonas centrales cuando el ataque posicional evolucionaba. En el lado derecho, tanto Leo como Suárez también utilizaban esa zona como punto de arranque, siendo Alves quien más pisaba los últimos metros de la banda. Así que el rol de extremo puro no es algo que actualmente Luis Enrique contemple como plan inicial pero podría ser una solución puntual desde el banquillo, para partidos atascados donde a los azulgranas les regalan las bandas y existe necesidad imperiosa de atacar.

Porque Adama es eso, un extremo puro, capaz de desbordar a cualquiera, de conseguir ventajas en las peores condiciones pero con puntos de mejora a nivel individual y colectivo. En enero cumplirá 19 años y, aunque a veces se nos olvide, está en proceso de formación, y ahí Eusebio tiene mucho trabajo: dotar de juego interior a su repertorio, mezcla de salidas de 1 vs 1 por fuera y por dentro, mejora en los centros laterales y mayor comprensión del juego. Por eso es preferible jugar 90 minutos cada fin de semana con el B que no 15 cada tres partidos, por mucho que el primer equipo pueda echar en falta su desequilibrio en momentos puntuales.

No quisiera acabar este texto sin comentar una opción que hace unas semanas tuvo cierta repercusión dentro del mundillo “tuiteril”: la utilización de Adama como lateral derecho. Jugando con los extremos cerrados y dejando toda la banda para el lateral de turno -inicio de temporada-, Adama aseguraba ciertas características perfectas para el rol de lateral: físico imponente, largo recorrido, desequilibrio y capacidad de retorno. Pero al de L’Hospitalet le gusta estar, esperar el balón, no llegar desde atrás ni recibir al espacio porque es extremo, de los de antes, y su futuro pasa por ahí por ser un especialista al que hay que dotar de versatilidad y juego coral.