LA IMPORTANCIA DE SER LATERAL

En el fútbol del S.XXI el balón no es lo más caro, sobre todo si los comparamos con el espacio y el tiempo. Eso, y no otra cosa, es lo que quieren todos los equipos del mundo para despedazar a su rival: espacio donde jugar, cuanto más cerca del área rival mejor. Y tiempo para aprovechar dicho espacio, a veces con unos segundos es suficiente.

Históricamente a la posición del lateral siempre se le ha otorgado una importancia relativa; probablemente eran los jugadores con menor capacidad técnica del equipo. Se les exigía correr, tanto para adelante, como sobre todo para atrás. Y poco más, pero los tiempos han cambiado, no tenemos más que echar un vistazo a los equipos top de Europa para saber que es una de las piezas clave y diferencial en el más alto nivel. Alves, Marcelo, Alba, Danilo, Lahm, Alaba… jugadores superlativos todos ellos, con una alta capacidad técnica y de comprensión del juego. Necesarios para que sus equipos sigan marcando diferencias tanto en sus ligas locales, como en competición europea.

Para enfrentarse a estos equipos el rival suele ceder el balón y busca recuperarlo a veces en zonas próximas al área rival, con una presión alta. Otras, las más, con un repliegue bajo intensivo que pretende cerrar los caminos, sobre todo interiores, hacia su portería. Y ahí está la clave, pasillos interiores cerrados lo que suele implicar líneas laterales entregadas.

Para dar continuidad al juego desde la base, con la enorme excepción del Barça de Xavi, normalmente se utiliza la opción menos arriesgada ante presión rival, que es el uso de mecanismos de liberación del lateral para que este pueda, literalmente, trasladar la pelota hacia la zona de interiores en el medio del campo o incluso combinar con el mediocentro. Para esto es evidente que se requiere de cierta capacidad técnica, a veces incluso de desborde desde la base. Casi siempre partiendo de un zona de seguridad que proporciona la propia línea de fuera de banda del lateral en cuestión. Seguro que a todos nos viene a la cabeza la salida de Marcelo en el Madrid.

Otro valor añadido de este tipo de lateral, suele ser la de sumar un efectivo útil al medio campo, que implique superioridad en número respecto al rival y un jugador “interior” más desde el que conseguir superar las posibles presiones en dicho centro del campo. Un ejemplo para este término sería el conocido triángulo formado por Alves , el interior de ese lado, normalmente Rakitic y Leo. Lado fuerte del ataque del Barça, desde el que se carga el juego para liberar el lado débil y acabar definiendo por ese lado izquierdo.

Y el último ejemplo sería precisamente la carga sorpresiva que se hace precisamente de ese lado débil por parte de Alba . Ya sea llegando en segunda línea a la famosa comba o alley-oop de Leo, tantas veces revisada y no por ello menos sorpresiva. O bien doblando al propio Neymar cuando el brasileño interioriza.

Varios ejemplos que tan solo intentar mostrar como la capacidad de estos equipos, entre los que se encuentra evidentemente el Barça, está directamente relacionada con la calidad del lateral, tanto para interpretar el juego, no es lo mismo llegar que estar, en esta famosa comba por ejemplo. Así como su capacidad técnica para combinar o desbordar según corresponda. El lateral se convierte, en cada línea del campo, en ese jugador extra que otorga el espacio y el tiempo necesario para generar situaciones de superioridad sobre el rival.

En el Barça de los primeros meses de temporada hemos podido observar la importancia de los laterales titulares, sobre todo durante la baja de cualquiera de los dos. No es casualidad que precisamente un interior de formación haya sido quien mejor ha sustituido a un lateral tan interiorizado como Alves. Pero lo que debemos comprender, es que si un equipo quiere continuar marcando diferencias en cada competición que participa, no puede permitirse que sus dorsales “2” y “3” sean los eslabones débiles, porque eso bajaría automáticamente el nivel de exigencia del grupo.