Vuelta de la Supercopa de España, desenlace final del primer título del año a caballo entre una pretemporada extraña de viajes y fichajes y una liga prematura, pero ante todo, con un favorito indiscutible: el anfitrión, el F.C. Barcelona. Quizás tan favorito como el Real Madrid en la final de Copa, el Inter de Milán en aquella primera Supercopa Europea o el Chelsea en la segunda. Avisados quedan.

Claro que el Barça es el Barça pero quítense de la cabeza aquello del pupas, el Atléti no es aquel Atléti de hace unos años, triste y meditabundo que podía ganar o perder con estrépito con cualquier rival. Este remozado Atlético del Cholo es un equipo que sabe competir con una intensidad abrumadora y unas ideas tan claras como su entrenador. Gustará más o menos, será más o menos técnico, más o menos vistoso o más o menos lo que quieran; pero si de algo pueden presumir es de tener claro el cómo.

En lo deportivo, el equipo rojiblanco se presenta en Barcelona como si no se hubiese ido de vacaciones: mismo equipo, mismos jugadores salvo el cambio de Villa por Falcao y mismas ideas. En la ida ya le metió el susto en el cuerpo a los del Tata Martino bajándoles de un plumazo de las nubes de la goleada levantina. “Si quieren el título que lo ganen, que compitan sin condiciones” gritaron los hombres del Cholo durante más de 60 minutos ahogando a los culés en esa maraña rojiblanca.

Justo lo mismo que hicieron con el otro grande de la Liga en la final de copa. Idéntico planteamiento: líneas juntas, presión asfixiante, no dejar pensar en la creación, cero espacios, robos en la medular y jauría de lobos saliendo al contragolpe. Gabi, la reencarnación del Cholo en el campo como voz cantante con Mario Suarez de lugar teniente, ambos peinando y barriendo el campo, volcados en defensa y ataque, apoyando a su par en la banda. Realizando el muchas veces poco valorado trabajo de Busquets, pero en versión doble y colchonera.

Por banda izquierda el artista del equipo, Arda Turán. Genio y figura. Arriba el crack, no se engañen, no hablamos ni de Falcao, ni del recién aterrizado Villa, sino del alma guerrera del manzanares. Si Arda pone la chispa, Diego Costa pone la pólvora, que se lo digan sino a Jordi Alba que todavía anda loco buscándole de la ida. En la otra banda Koke Resurrección: el canterano y la revelación o como bien saben en Barcelona, la diferencia de jugar con alguien de la casa que siente los colores.

Todos ellos con las consignas claras: Gabi/Mario presionan y roban, balón a Arda a la banda o a Diego Costa que la baje y espere, centro al 9 de turno y a la cazuela. Si no lo tienen claro, vean el gol de Villa en la ida o como frente al Rayo Vallecano se hincharon a hacer la misma jugada. Quizás esta sea la principal diferencia respecto al ejercicio pasado. Antes había una obsesión, Falcao. Ahora se duplican las posibilidades, Villa y Costa. En este aspecto se ha ganado, los defensas ya no vigilan un 9 fijo, hay dos 9 móviles.

Atrás, los hombres que deben sobrevivir a las embestidas blaugranas. Godín por el que seguro el Camp Nou tomará debida cuenta por los gestos sobre Messi (no se equivoquen es uruguayo, para él será una fiesta dicha presión) y Miranda, por el que particularmente si fuese Zubizarreta me hubiese fijado para el dichoso central a fichar. Claro que en estas labores queda mucho mejor si la contratación es millonaria y recomendada por los cientos de parabólicos existentes. Suena a mucho mejor, así nos va.

Dicho esto, si Messi se enchufa con Cesc, artífice del juego culé en estos inicios de temporada, aderezado con los movimientos y desmarques de Alexis y Pedro, mucho tendrá que sudar la zaga colchonera para aguantar el encuentro sin ser sometido, como suelen hacer los blaugrana. El punto más débil en ambos conjuntos: los laterales, el que los gane con toda probabilidad se llevará la eliminatoria.

Si el F.C. Barcelona mece la cuna, mueve la bola como si de balonmano se tratase y le da velocidad esperando el hueco a la espalda de los laterales, tendrá mucho ganado. Por el contrario, si se acelera intentando realizar el mismo juego de choque, pelea, lucha, rápido y de contragolpe que proponen los rojiblancos se confundirá. En la paciencia de ambos contendientes puede estar el quizz del título.

Sin duda uno de los mejores encuentros en nuestro país. Pasen, vean y disfruten.