La lesión muscular de Jordi Alba el pasado Gamper contra la Roma deja a Luis Enrique sin uno de sus titulares para el mes de agosto, que incluye dos finales de Supercopa y tres partidos de Liga. Casi nada para arrancar un nuevo curso. La peculiar -por llamarla de alguna manera- configuración en los laterales en cuanto a hombres y variantes se refiere nos hace preguntarnos cómo solucionará Lucho este inconveniente de medio-largo recorrido. Dos son los hombres llamados a cubrir el lateral izquierdo culé: Adriano Correia y Jeremy Mathieu, dos perfiles totalmente opuestos en cuanto al encaje en el sistema blaugrana.

Dejemos claro desde un inicio que este texto sería sensiblemente más corto estando Neymar en el equipo. La tendencia del 11 a salirse de la banda requiere de un lateral profundo, capaz de llegar a ocupar el espacio que queda liberado y con mucho recorrido -de ida y sobretodo de vuelta-, puesto que ni Ney ni Iniesta serían quienes acudan en auxilio de su espalda. En este teórico escenario, el jugador más similar a Alba y con un encaje más natural sería el francés. Además, estando disponible Vermaelen como hombre a sumar en el sector del central zurdo -siendo él o Mascherano de la partida-, Mathieu queda liberado para ocupar la banda.

Unas paperas no nos permitirán ver a Los Nucleares de nuevo y el míster deberá encontrar un acompañante para Leo y Suárez. Sea quien sea, bien Pedro -el más lógico-, Sandro u otra apuesta más “centrocampista” -Rafinha-, el contexto de banda izquierda cambia radicalmente. Ahora ya no es necesario un lateral tan exterior ya que cualquiera de los tres nombres anteriormente citados aguantan mucho más abiertos, permitiendo mayor presencia en el carril interior del defensa. Pero eso choca con lo que le gusta a Iniesta cuando transmuta a superguerrero en el sector izquierdo de ataque. Andrés conduce, maneja, decide y requiere de espacio con hombres por delante de él -a sus costados y frente- para manejar las líneas de pase pero no que le acompañen a su misma altura. Él decide el camino, es el general de la escaramuza, no forma parte de un escuadrón de ataque.

Nos hemos centrado en el ecosistema ofensivo de banda izquierda, la banda débil de ataque que acaba siendo la finalizadora, pero en el Barça de Lucho, si a algo hay que adaptarse es a Leo Messi, el hacedor de -todas- las cosas. ¿Qué necesita del lateral izquierdo el 10? Pues un llegador para su comba, un receptor, un wide receiver para su pase de touchdown de más de 40 yardas. Y ahí Mathieu es infinitamente superior a Adriano. No solo físicamente -capacidad de repetición y velocidad de ejecución-, sino por lectura de espacios y timing con los regalos de Leo. Solo por esto, a pesar de la ausencia de Neymar, el francés debería ser de la partida.

Y si nos faltara algún argumento más solo tenemos que revisar los partidos de pretemporada. El Barça, en el curso pasado, pasó de tener un problema endémico con el balón parado a dominar estas situaciones, incluso utilizando como recurso defensivo el conceder córners en contra, como sucedió en la final de UCL. Añadir un hombre de más de 1’90cm al sistema -5 marcaje individual y dos zonales- ayudaría a mitigar algunos errores individuales ocurridos los últimos partidos preparatorios ante centros laterales.

Un central reconvertido que dijo preferir no volver a jugar en banda frente a un polivalente exterior que la temporada pasada no rindió a un gran nivel al que su salida del club parece cada vez más cercana. Si, como suponemos, lo que nos propondrá Lucho será más de lo mismo respecto al año pasado, Jeremy debería ser el antiguo 3 hoy en Tbilisi para intentar levantar el primer trofeo de la 15/16. Que así sea.