ARGENTINA, ¿A QUÉ JUGÁS?

FRANCISCO RUIZ BELTRÁN


Este es año de Mundial y hoy, 19 de Noviembre ya están todas las selecciones que participarán en el campeonato futbolístico más importante del mundo. Estará Portugal, estará Francia y estará Argentina, tres grandes selecciones que han pasado muchísimos problemas para estar en la élite del fútbol a pesar de que todos sus jugadores tienen un nivel top muy superior a combinados como Irlanda, Bosnia o Ecuador que seguramente han merecido estar tanto o más que ellos.

Y lo increible es como selecciones con jugadores como Messi, Henry, Benzema, Ronaldo o Tévez se han podido quedar fuera con la evidente calidad futbolística de cada uno. Muy sencillo y positivo; una demostración más de que el «todo» es más que la suma de sus partes y es que, un equipo siempre es mejor que un jugador y un jugador siempre es mejor cuanto mejor sea su equipo.Es evidente que Messi es mejor que Messi y que Messi es peor que Messi aunque parezca no tener sentido, pero todos sabemos que el argentino es mejor en Barcelona que con su selección y eso es algo sencillo de explicar; Messi es mejor cuando mejor sea su equipo y Argentina no es un equipo.

Hacer un equipo – esto es mucho más que tener una plantilla y escoger un once – es el objetivo de todo entrenador y para ello hay unos pasos que no se pueden obviar ni saltar, algo, que por cierto, hace un porcentaje altísimo de técnicos. Hablan del físico, de que el fútbol es de los jugadores, que lo importante es la psicología, bla bla bla… Si todo esto es así, ¿Por qué Guddy era mejor en el Chelsea que en el Barça o Alonso no juega en el Madrid como en la selección? La respuesta, como siempre, sencilla. El jugador necesita un equipo, un equipo con un modelo de juego y que ese modelo de juego se adapte a sus características. Por esa razón no tenía sentido que el Madrid fichara a Huntelaar, killer del area con gran remate de primeras, cuando el objetivo era el contragolpe, repliegue intensivo y transición defensa ataque rápida sin juego por bandas. Para tal modelo, mejor un jugador como Zárate o el propio Higuain, con velocidad en carrera y algo de desborde. Y eso, no significa que ellos sean mejores que el holandés, es más, si el Manchester tuviera que elegir a uno de los tres, la mejor opción sería la peor en el anterior caso. Sí, Huntelaar, un devorador de área que sería delantero crack en un equipo que presione arriba, juegue cerca de la portería rival y entre por bandas para finalizar por dentro. Ahí donde Higuain se ahogaría por la falta de espacios, Huntelaar sería el cazador que todos conociamos en el Ajax.
Hemos hablado de jugadores que encajan en modelos de juegos, pero para saber si un jugador encaja o no, primero se necesita un modelo de juego. Sin él, no se puede ser equipo porque no hay unos objetivos en el aprendizaje como equipo, no hay un plan, hay once jugadores con once cerebros distintos y cada uno resolverá las situaciones según decidan en el momento, dependiendo de la inspiración y la calidad de cada uno. A más calidad, más sencillo será sobrevivir, pero sobrevivir no es lo mismo que jugar. En España ya es fácil reconocer la importancia de este tipo de cosas porque tenemos un ejemplo en forma de selección y uno similar en forma de club que tiene las ideas claras, sabe a que juega, ficha según las necesidades… y luego tenemos otro que lleva años fichando parches, tanques cuando hay que jugar a la contra, laterales defensivos y a pierna cambiada cuando quieren jugar sin extremos, pero dar amplitu… No hace faltan nombres.

A nivel de selecciones todos hablan de Maradona y cuando nombras Argentina se piensa en el «que la chupen, que la chupen», en el mal rendimiento de Messi o en los ya habituales catastróficos resultados, pero hay algo mucho peor y es que Argentina no es un mal equipo, sencillamente, no es un equipo. La variedad de jugadores mata a Diego porque tiene mucho y muy diferente donde elegir y siempre es víctima del resultado. Si algo sale bien, sigue. Si se empata o se pierde, vuelta a empezar de nuevo. Un día con enganche, un día sin enganche y ni el portero es indiscutible restando seguridad y confianza tanto a la zaga como al arquero que sabe que si falla está fuera.
El fútbol no es ciencia y ni siquiera es tan complicado. Lo difícil es convertir la idea en realidad, pensar un modelo de juego y preparar entrenamientos de calidad para que los jugadores asimilen conceptos y los desarrollen en los partidos, pero tener una idea o saber que tener la idea es fundamental, eso está a la vista de todos. Hay que elegir un modelo de juego y ese es el primer paso. Argentina debe apostar por algo, ya sea la Riquelmedependecia, el juego de toque, el repliegue y contragolpe… se aceptan todas, pero solo una puede ser la elegida y aquí todos han ganado de todas las formas posibles, solo hay que mirar los dos últimos campeones de Europe (Grecia y España) tan distintos, pero tan iguales. Al menos los dos sabían a que jugaban, igual que Brasil con su juego poco fluido y su defensa numantina. Esperar el 0-0, crear espacios arriba gracias al repliegue intensivo y esperar que jugadores del tamaño de Kaká, Robinho o Luis Fabiano decidan. No te quiero ni contar si el «gordo» resucitara.

Un modelo de juego requiere un equipo y un equipo no lo pueden formar 50 jugadores de los cuales van de veinte en veinte viéndose cada dos meses si es que repites en la convocatoria. Se necesita un bloque, jugadores que se adapten al estilo y apostar por ellos, darles confianza, motivarlos, que sepan que son los elegidos y que pierdan o ganen, fracasen o triunfen, la responsabilidad es de ellos y de nadie más. En lo malo o en lo bueno. Aragonés sabe de lo que hablo y seguro que Raúl también. El malestar de la prensa y el rendimiento por momentos de Raúl dieron que hablar, en alguna convocatoria mereció estar, pero ya no tenía cabida, no se quería su influencia y no encajaba en el estilo de juego pausado y eléctrico a la vez de la España de Luis.
Argentina necesita un cambio generacional, Heinze, Schiavi, Verón o Palermo ya no tienen sitio, su generación pasó. No puede ser que un día el titular sea Martín y al otro jugar con Tevez, Pipita y Messi, ‘tres pequeños’. Lo de la defensa y la portería, catastrófico. Cada día una, si fallas, al banco, sino… puede que también.
Sería atrevido por mi parte proponerle un modelo de juego y un once a Maradona, pero sí me siento capacitado para reflexionar y por lo menos comentar una evidencia tran grande como que para ganar hay que ser un equipo y para ser un equipo hay que saber a qué juegas y morir con tus ideas. A lo mejor, Grecia no hubiera sido campeona de Europa si Kaká, Xabi y Messi hubieran estado en sus filas, a lo mejor entonces el entrenador hubiera pensado que había que llevar la iniciativa del juego, jugar al ritmo de Xavi, surtir de balones constantemente a Kaká y acercar al área al argentino. Parece descabellado… si fueron campeones, ¿Cómo no lo iban a ser con mejores jugadores? A lo mejor su «todo» hubiera sido peor. Por eso Francia no juega a nada, por eso Argentina no es un equipo y por eso Queiroz tiene que usar cortinas de humo en forma de Ronaldo para que nadie piense que Bosnia o Dinamarca son ahora más selección que los suyos. Grecia, con sus buenos jugadores, prácticamente no tenía donde elegir, destacaban pocos y muchos eran defensas como Dellas y otros delanteros tanques como Charisteas. Catenaccio, estrategia, unión interna… y campeonato. Un campeonato que, también a lo mejor, nunca gana Ronaldo con compañeros como Simao, Quaresma, Nani o Pepe. Qué curioso… o no.