Una vez más, un post de Beltrán. Para no dejar pasar ningún detalle:


España salía sin sorpresas, con la defensa habitual, Busquets y Alonso en un doble pivote antinatural que entremezcla momentos en el que juegan completamente en paralelo y otros en los que no están escalonados sino que uno de ellos se mete como un interior más para formar un 4-1-4-1 y arriba Xavi, Iniesta, Silva y Villa.

El planteamiento de Suiza tampoco era ninguna sorpresa. Repliegue intensivo, 4-4-1-1, un delantero cerrando salida con Piqué, el otro haciendo de mediapunta en fase defensiva para cerrar a Busquets. Dos líneas de cuatro muy cerca de la portería con dos objetivos: El primero que sus defensas no sufrieran jugando lejos de la portería y el segundo, dominar el área regalando las bandas para que España tuviera que finalizar buscando centro y remate.
España tardó poco en dominar el balón y sin embargo nunca dominó el juego. Posesiones y más posesiones, pases repetidos, horizontalidad manifiesta y pocas ocasiones de gol. El peligro llegaba cuando Suiza salía un poco a campo español. La ocasión más clara de la primera parte nace de un corner en contra.

Partido perfecto para aprender. Si España hubiera roto el marcador pronto y se encontrase un partido fácil contra Honduras, llegarían los octavos sin haber pasado una prueba de fuego y en caso de 0-0 ó 0-1 contra Portugal o Brasil, España hubiera caído en los mismos errores que cayó contra Suiza. En primer lugar, tener como objetivo recuperar para tener la posesión y no para hacer daño en transición. Segundo, no saber cómo crear el peligro y tercero la elección de los cambios.

Ya hablamos en el último artículo del problema de las transiciones. España tiene el balón y cuando lo pierde, busca robar y volver a iniciar. El equipo recupera en zona defensiva, nunca en tres cuartos de campo y por tanto, cuando se inicia el juego, ya se inicia con todo el rival por detrás de balón.

Es evidente que España se ha quedado con el 50% de la lección que dimos en la Eurocopa. El ‘tiki taka’ fue la gran mentira, España ganaba y sentenciaba a la contra y la posesión era un recurso para defender el resultado. Además, a marcador a favor, el rival tiene que presionar delante y con espacios, la selección es imbatible. En caso de 0-0, el rival cierra filas en torno a la portería, una marca al jugador encargado de sacar el balón y el empate como gran objetivo hasta que llegue el contragolpe.

Otro tema a parte, los cambios. Juegas contra unos centrales de 1,90 y das entrada a Navas y Pedro para abrir las bandas y buscar la lateral cuando tu delantero es David Villa. Si te la juegas por fuera, Llorente por Villa y Piqué delantero centro como recurso. España estaba dividida completamente, 60 minutos jugando de una manera y 30 en los que el entrenador demostraba con sus cambios que la fórmula anterior no era válida. La nueva propuesta, aun peor.

Ver los problemas es mucho más sencillo que solucionarlos, pero hay conclusiones evidentes y no habría que repetir errores. Las bandas no son la solución, el rival defiende demasiado atrás, no tenemos grandes rematadores y no sabemos usarlas. Los extremos juegan estáticos, el balón llega horizontal, tienen que controlar, conducir, encarar y centrar. Muchas cosas mientras los defensores sólo tienen que juntarse en el área para interceptar el posible centro. Recurso el de las bandas en España sólo utilizado para finalizar jugada, por lo que pierdes el factor sorpresa del lateral que no tiene tiempo para doblar ni por dentro ni por fuera. El problema ya no es jugar con extremos, es no saber utilizarlos.
Sorprendente también la suplencia de Cesc durante todo el partido, cuando la segunda línea no producía fútbol, jugaba horizontal y no llegaba a zona de finalización. Producción, verticalidad y gol pueden definir perfectamente a la estrella de los ‘gunners’. Un jugador mucho más natural en nuestro modelo de juego que Pedro o Navas.

España no haría mal en regalar el balón por momentos, replegar en campo propio dejando la salida libre por los laterales para que estos se desplegaran y tras robo, Torres y Villa ocupando los espacios vacíos, precisión en el pasador asegurada (ya sea Cesc, Iniesta, Xavi) y verticalidad buscando situaciones de uno contra uno hacia dentro. Es primordial que sea el centro del campo la línea que robe balones para no dar tiempo al adversario a replegar. Si es Puyol quien inicia jugada, el ataque es estático y el rival acumula jugadores detrás de balón. Y así es imposible acumular victorias.

Esto acaba de empezar, quedan dos partidos donde partimos como favoritos. Honduras inferior a Suiza, Chile una maravilla que busca el fútbol ofensivo. Si se despliegan y hay partido de tú a tú, tenemos las de ganar, si optan por la fórmula suiza, la anti naturalidad correrá a cargo de ellos.

Trouro: sigo de vacaciones.Pero recuerdo que os he djado la entrevista a Perarnau (post anterior), muy completita. Antes, estaba el artículo sobre las dos Españas, escrito por Beltrán y que tras el partido de Suiza es una lectura muy recomendable. Saludos a todos!