Hola chicos y chicas. Soy Trouro, gracias a los que seguís tirando del carro. Hoy este blog es lo que es por vosotros. Se han quedado menos, pero los mejores (casi todos) y es más un foro que lo que era, pero yo creo que sea lo que sea, ha quedado en algo muy interesante.


A ver si van apareciendo más aportaciones.

Hoy he visto el primer partido completo del Barça en lo que va de año. Completo y en casa, tranquilo… Un CLÁSICO en diferido, quién me ha visto y quién me ve. Alguien que veía TODO del Barça. Alguien que gozaba con un AZ-PSV o un Rennes- Lens.


Me llama la atención lo que plantea el míster del Madrid. A toro pasado es fácil hablar y tal, está claro. Tenía varias opciones. La primera: Tirarse atrás con el autobús y salir rápido. Podría dar resultado, si deshecha esta opción es por temas ajenos a lo estrictamente futbolístico. Me explico: si sólo importara sacar un buen resultado del Camp Nou, lo habría hecho. En Champions, intentaría eso. O intentará, si se cruzan.

Mou llega para desacomplejar a estos jugadores y a su afición. No puede «ir de equipo pequeño» aunque sea más seguro y confortable, menos arriesgado. Porque eso ya lo hizo Juande con Palanca y Drenthe y casi le sale (como ha querido recordar). Y no sirve.

Sin echarse atrás, la otra opción era presionar arriba, pero no tiene a Pandev, Milito y Samu.Y cambiar a varios de sus titulares es un poco más de lo mismo, asumir el rol de peor equipo.

Ozil, Di María, CR, Benzema… Mucho talento, poco sacrificio.

También podía intentar tener el balón… me da la risa.

Mou intentó tapar líneas de pase mediante el posicionamiento de los suyos. Y no lo hizo nada mal su equipo en un principio. Pero el barça ha estado sublime. Nunca he visto mover el balón tan rápido y en tan poco espacio. La misión era compleja para los blancos, y los goles culés, tempraneros y de dos en dos los 4 primeros, fueron mermando su fé, sacrificio y solidaridad. Los zarpazos merengues desaparecieron, se limitaban a perseguir sombras.

Está claro que no parece lo ideal para frenar a un Barça que mueve la pelota a la velocidad de las máquinas de pinball.

Las sombras se tornaron burlonas y apareció la impotencia.

No se ha terminado, el rival va a ir a mejor, que nadie se confíe, pero que sigamos disfrutando.