Ayer la final de Copa aportó, fútbol aparte, muchas lecturas interesantes. Nos recuerda que el fútbol es un deporte. Existe la victoria y la derrota. Y ambas se pueden dar en una final. Hay que saber gestionar ambas y recuperarse en seguida después de cualquiera de ellas.


Nos recuerda también que el Barça sólo es un equipo (el mejor, pero un equipo) y que también puede perder. Eso puede hacer que algunos valoren más todo lo que ha ganado y el momento histórico que vivimos.

Recordamos, que el Madrid es un equipazo, que Pepe es buenísimo (ayer de interior, en el último derbi temo que acabe jugando de 9, cuidado Valdés ), que el mejor equipo del mundo para ganar tiene que estar muy bien y que Mou es un competidor excepcional.

Jugaron como debían, hicieron lo que tenían que hacer. Más allá de lo que algunos llaman «jugar bonito» que no es más que jugar con Xavi en el equipo, a lo que sólo se puede jugar con él. Que no es mejor que otro juego obligatoriamente, pero está de moda.

Hoy hay que dar la enhorabuena a los merengues. Lo merecen.

Y los culés pueden recordar todo lo bueno que tiene este equipo, lo que ha hecho y lo que va a hacer. Esta puede ser una temporada expectacular. Y como mínimo, buenísima: liga, final de copa y semis de Champions de momento.

Que esta Copa vale más ganada por el Madrid, también es verdad.

De todo lo que he leído hoy, lo que más me ha gustado ha sido de Ecos: «El secreto de Mou no es la ocurrencia. Es el don para dotar a sus colectivos de una riqueza táctica inusual sin caer en la despersonalización, capacitándose a sí mismo para, con algún ajuste, adecuar al equipo, sin fisuras, a un plan específico.«

Chicos, qué ganas de Champions, de que estos jugadores quieran jugar de nuevo para poder redimirse y de otra noche mágica de Leo en el Camp Nou. Pronto.