Llorente no es sueco

Escrito por Cerdido

El Fútbol Club Barcelona en el verano previo a la temporada 2009-2010 fichó a Zlatan Ibrahimovic. La entidad consideró que tenía que realizar una serie de ajustes en su dispositivo atacante para mejorar el gran nivel mostrado en la temporada anterior y apostó por el genio sueco. Se buscaba con él, lo que Messí te ofrecía, en el sentido de participación en el juego del equipo, continuidad de la jugada en ¾, distribución de balón… y Messí seguiría en el extremo para poder mantener la banda derecha más potente del fútbol, formada por él y Alves, además de tener 1 para 1 contra el lateral rival y seguir cerca de Xavi.

Sin embargo, Ibracadabra, a pesar de haber anotado un número aceptable de goles, y alguno de ellos muy importante, fracasó en su primera y única temporada en el equipo de la Ciudad Condal. Varios fueron los aspectos (personales a parte) que le condenaron. Y es que Ibra tiene una serie de limitaciones que merman muchísimo su capacidad como delantero y por ende, el nivel de su equipo. Por algo, a pesar de ser un jugador de talla mundial, sus actuaciones decisivas en el torneo de torneos, la Champions League, se cuentan con los dedos de una mano. Es un delantero centro que no lleva dentro el desmarque de ruptura (el único gran partido donde si lo exhibió fue en el Emirates contra el Arsenal, en el que a la vez fue el mejor partido del equipo ese curso) ni la ocupación del área, y esto no es baladí al hablar de la demarcación de la que hablamos. Esto provocó que el equipo careciese de profundidad y que el desarrollo colectivo ofensivo del Barça fuera un embudo y se atascara.

Este aspecto, detectado muy pronto por Pep Guardiola, fue solucionado, en parte, con un cambio de sistema. Se tiró de soluciones individuales para arreglar el problema colectivo y el conjunto catalán pasó a jugar con un 4-2-3-1 con Messi de “mediapunta”, en un movimiento que sirvió para que el Barça ganase esa profundidad perdida y desarrollo ofensivo colectivo. Sin embargo, el fracaso del sueco ya era patente, como quedó reflejado en la eliminatoria contra el Inter de Milan y en aquel final liguero donde fue relegado al banquillo.

Precisamente, este movimiento de Messi también explica lo erróneo de aquel fichaje en su momento. La evolución del crack argentino, y la del propio equipo, ya pedían su posicionamiento definitivo en el centro, para poder tener mucha mas influencia en el juego del equipo, influir en todos los carriles del campo y ganar en determinación. Por eso mismo, esa misma temporada ya quedó definitivamente en el carril central y tras la caída en desgracia de Zlatan, ocupó el puesto de 9, en el que ya se había desenvuelto en sus dos mejores partidos hasta ese momento, el 2-6 y la final de Roma.

Tras este movimiento, historia conocida: Messi se convierte en el mejor jugador de la historia del Barça, en el más determinante de la historia del fútbol y el Barça en el mejor equipo de la historia moderna. Pero también se produjo otro efecto, y es que los equipos rivales, con Mourinho a la vanguardia, empezaron a contrarrestar, o mejor dicho, a minimizar, los daños que Messi provocaba.

Por eso mismo, a las puertas del verano previo a la temporada 2012-2013, el Fútbol Club Barcelona se vuelve a plantear una serie de ajustes en la faceta ofensiva que hagan que el equipo cambie algunos funcionamientos para contrarrestar los dispositivos defensivos de los rivales. Ese planteamiento vuelve por recuperar la figura del 9. Y en ese planteamiento hay un nombre que le gusta mucho a Tito Vilanova y que al equipo le vendría como anillo al dedo: Fernando Llorente.

El planteamiento mas usado por los rivales para minimizar los efectos de Messi en la frontal, fue centrales muy encima de él, que no le dejasen girarse, quitándole espacio y limitando su influencia. El mejor ejemplo de esto es el Real Madrid de Mourinho. Para contrarrestarlo, Pep, en su enésimo movimiento, reubicó a Alexis de 9 y fue precisamente contra los blancos donde el chileno jugó sus mejores partidos esta temporada. Sin embargo, él no es eso.

Por lo tanto, la propia evolución del equipo en el sentido táctico, y de un Messi que cada vez arranca desde más atrás piden la aparición de un 9, además con unas características muy especiales. Con las características del león del Athletic. El próximo 9 no debe aparecer, sino estar. Un jugador con movilidad y excesiva lateralidad cayendo a banda no libraría a Messi del acoso y encimamiento de los centrales. El próximo 9 ha de luchar contra ellos, centrando toda la atención. El ejemplo mas claro, es el daño que le hizo un jugador de características similares como Mario Gómez en la reciente eliminatoria.
Pero además, el fútbol de Llorente implicaría mas cosas. No solo sería la libertad espacial a Messi. Ser el foco de atención directo de los principales permitiría espacio para movimientos lejanos que ataquen al área, bien sea el desmarque fuera-dentro de Alexis Sánchez, o la llegada en segunda línea de Cesc Fàbregas.

Por otro lado, no supone un cambio de estilo si no que permite potenciarlo, recuperando los, en casos concretos necesarios, desplazamientos en largo desde la defensa. Llorente es muy poderoso en el eje vertical y haría oro esos balones, bien sea bajando hasta posición de ¾ a ganar un balón, con un desmarque de ruptura hacia portería en batalla con los centrales para hacer profundo al propio equipo, o incluso bajando balones en la frontal para Messi, Cesc, Alexis o Iniesta. Puede hacer lo que quiera con esos balones largos, porque simplemente, ahí es imparable.

Además, sin llegar a un nivel excelso, si se puede asegurar que presenta técnica con el balón en los pies (sin llegar, por supuesto, al súper nivel que presentaba el otro 9 mencionado en este artículo. Y precisamente al tener esto, combinado con su físico ganador que le permite tan bien proteger el balón, sería el socio perfecto en la frontal para la jugada favorita de Messi: pase del argentino a un compañero que está de espaldas al arco, este le devuelve la pared orientada para su pierna izquierda, y tiro de este que casi siempre es gol.

Con Fernando, el equipo ganaría en otros roles, sin tener que hablar de un plan b. Sería una amenaza real dentro del funcionamiento del equipo, en aspectos que ahora los equipos rivales no tienen ni que plantearse defender, porque simplemente no existen. Sus 195 centímetros dentro de un área donde se desenvuelve fantásticamente también serían solución en caso de que el Barça se atasque y no tenga forma de meter mano al equipo con su desarrollo de siempre.

En definitiva la evolución táctica del equipo para el año que viene tiene un objetivo: darle espacio a Messi. En este sentido, 9 del Athletic es el hombre. Posiblemente, en caso de producirse, el fichaje del panorama europeo.