CUESTIÓN DE INTERPRETACIÓN

Por Jacobo Prado, Cerdido

El espectador no ha tenido la sensación de ver una historia lineal. Ni siquiera completa. No disfrutó de una batalla donde los héroes se imponen al final de un duro asalto, tras un duro intercambio de golpes, o incluso caen derrotados. Acabó el espectáculo, cada vez menos espaciado en el tiempo, y no sabía qué sentir. Tal vez solo esperar y confiar en que su construcción mental quede completa en menos de una semana.

Lo que el aficionado al fútbol pudo ver hoy fue un equipo, el Fútbol Club Barcelona, con un plan, jugar contra otro equipo, el Real Madrid, con medio plan y un asterisco. Esto quedó plenamente reflejado en el campo. A pesar de eso la realidad es que queda un ligero poso de incertidumbre, veamos…
El Real Madrid saltó hoy al Camp Nou con ciertas limitaciones que mediatizaron su fútbol, o el fútbol que su entrenador quiso que plasmaran en el campo. Consciente de cómo llegaba su plantilla a afrontar el reto, de la importancia del torneo y de la fecha del calendario, el conjunto blanco saltó al templo catalán a esperar. Renunció a la posibilidad de salir desde atrás, a una transición defensiva real, lo que hizo que el Barça se encontrara muy cómodo sobre el campo, ocupándolo y administrándolo a su gusto. Las pocas transiciones que encadenó el conjunto de Chamartin se produjeron debido a la calidad de su propio plantel. Es inevitable, imposible reducirlas a 0. Pero no importaban, no cambiaban el sino del encuentro. El objetivo era un repliegue en campo propio y cortar lineas de pase con un doble pivote que jugó un buen encuentro en ese sentido. Un 4+2 muy protectivo. Un medio plan, solo esperar.
El Barcelona salió con el plan entero, dominar desde el principio desde el balón, con las señas de identidad ya mostradas claramente: extremos abiertos, rapidísima circulación de balón y mucha verticalidad. Las diferencias con el otro día las podemos resumir en dos: una ausencia y una variación. La ausencia fue Cesc, quien fue relegado al banquillo por el peso de la jerarquía. Iniesta completó un gran partido, pero es eje vertical, conducción hacia el área y conexión en ¾. Sin embargo, el movimiento hacia el hueco dejado por Xavi cuando este subía a la frontal no lo tiene Andrés. No pasa nada, no es un indicativo de mejor o de peor fútbol, pero si es una diferencia. La otra fue Messi, quien partió de una posición mas escorada a la derecha en zona de interiores, con el objetivo de girar a Alonso, quedarse fuera de su zona de influencia, en un movimiento de acierto que garantizó fluidez al conjunto catalán. Además, se garantizaba así que el argentino quedase orientado para el pase o el slalom hacia portería en su perfil bueno.
Fluidez, intensidad y brillantez. Eso fue lo que alcanzó el Barça tras los minutos de tanteo. A partir de ahí se inició un ejercicio de superioridad del conjunto catalán en zona de medios que le permitía llegar a la frontal tranquilamente. El plan entero catalán estaba derrotando al medio plan blanco y solo el no poder encadenar ocasiones con continuidad evitó que el partido se decantara. Además, esto se tradujo en los mejores minutos de Xavi en mucho tiempo con su club, donde, dentro del reparto a dos que sigue manteniendo Tito, fue el rey de la base, para luego descolgarse hasta el área y tener jugadas de peligro.
La segunda parte la idea se mantuvo inalterable, solo alimentada en pasión por el intercambio de golpes que hizo que las mentes volasen más que las pesadas piernas y la aún no rodada estrategia. 5 goles en una sola parte repartidos en dos equipos solo se pueden explicar desde esa postura, solo son posibles a estas alturas de campaña y entre dos equipos de este poder. El resultado no define nada, no cambió nada, el plan siguió inalterable para ambos, excepto cuando Mourinho introdujo los cambios para jugar el partido completo: Pipa y Di María. El soporte físico y la cuota de gol que aportaban, amén del momento del partido, valían para justificar este cambio en el planteamiento.
Pero, volviendo al principio… ¿por qué las dudas? Muy sencillo: por el asterisco. Al medio planteamiento del Real Madrid le faltaba el jugador que por si solo lo argumenta: Pepe. El conjunto blanco, que comenzó el partido con un repliegue medio en su propio campo, poco a poco fue cediendo la iniciativa, los metros, y lo que es peor, la frontal, a su rival, a pesar de saber que ese es un movimiento suicida. No tenía el corrector, el hombre que por si solo permite una defensa a 25 metros de su área. Esto fue lo que permitió al Barcelona llegar hasta donde le apetecía, pero a pesar de eso, a pesar de llegar y establecerse, la realidad es que la producción de jugadas realmente definitivas fue bastante exigua, contrapesándose con el recuperado tiro de media distancia. La sensación que queda es que el Barça alcanzó un nivel que cuando llegue el tapón es posible que no alcance, y aún así no encontró esa luz cara el gol. En definitiva, que cuajó un gran encuentro, pero mas efectista que efectivo.
Hoy fue un gran choque, de un nivel mas alto al vivido hace un año, donde solo existió un equipo y aún así no le dio para derrotar a un jugador. Un choque que nos ha dejado muchas noticias, pero aún no sabemos como interpretarlas.