Neymar da Silva Santos Júnior (Mogi das Cruzes, 5 de febrero de 1992) es sin duda uno de los nombres del verano en can Barça. Protagonista principal de la Brasil olímpica, ha sido uno de los artífices en el buen hacer de su selección camino del ansiado oro. Cabe recordar que nunca en la historia la pentacampeona Brasil ha logrado la presea más codiciada en unos JJOO. No solo en estos días de canícula, sino ya meses antes de la final del Mundial de Clubes entre Santos y Barcelona, el nombre del joven sudamericano aparece en la agenda azulgrana. Y, en realidad, de cualquiera de los equipos punteros del viejo continente. Neymar es un objeto de deseo llamado a reinar en el panorama futbolístico tras Lionel Messi.

Pensábamos que teníamos más o menos claro que la estrella y máximo referente del Santos se quedaría en Brasil hasta después de su Mundial (2014). Pero su inevitable progresión táctica, unido a que no tiene techo en lo técnico, puede hacer que más pronto que tarde el competitivo Brasileirão se le quede pequeño. Además, el Peixe no pasa por el mejor momento deportivo tras conquistar la Copa de Brasil (2010), la Copa Santander Libertadores (2011) y el Tricampeonato Paulista (2010, 2011 y 2012). En todos ellos Neymar ya ha participado con un rol cada vez más importante. De ahí que surgieran pronto las siempre tan odiosas comparaciones con el mito más grande que ha vestido la camiseta del Santos y Brasil: ‘O Rei’ Pelé. Entre la imagen de Pelé y Neymar conquistando la Libertadores habían pasado nada más y nada menos que 48 años. Tiempo suficiente para que el pueblo, tan necesitado de héroes terrenales, empezara a soñar con que había encontrado al heredero definitivo de su estrella más brillante en el firmamento santista.
En la actualidad, el Santos está más cerca de los puestos de descenso que de las plazas que otorgarían derecho a participar en competición continental en 2013, ya sea Copa Libertadores o Sudamericana. Algo que puede acabar por convencer al Menino da Vila para partir antes de lo previsto a Europa. Sin embargo, más allá de continuos rumores y de su innegable valor mediático, vamos a intentar desgranar la figura de Neymar desde el punto de vista futbolístico.

Principales virtudes:

Neymar es un prodigio técnicamente hablando. Su mejor pierna es la derecha pero estamos ante un jugador prácticamente ambidiestro. Domina cualquier registro con el balón, desde el control a la conducción, todo ello a una velocidad de vértigo sin restarle eficacia, hasta una gran capacidad asociativa mediante el pase. Faceta esta última a resaltar puesto que el habitual efectismo en sus regates y jugadas suele dejar en un segundo plano una excelente visión del juego, sobre todo en el último pase. Su talento innato para el 1×1 le convierte en un futbolista muy difícil de parar. En Neymar cada acción individual tiene el objetivo de generar algo. Posee una inteligencia intuitiva como pocos.
No inventa de cara a la galería aunque pueda llegar a transmitir esa sensaciónSe ve tan dotado para jugar a esto que insiste una y otra vez en sus posibilidades. Confianza y seguridad no le falta.

Físicamente, a pesar de que pueda parecer un tipo más bien liviano, aquí las apariencias más que nunca, engañan. Es un jugador de gran fortaleza y resistencia. Tanto a la hora de recibir y aguantar entradas o choques, como cuando se esfuerza en el repliegue.
Además, su excelente golpeo le convierte en un gran lanzador de penaltis, tiros libres y saques de esquina. Por último destacar que es un más que correcto rematador de cabeza con gran capacidad de salto y anticipación.
A mejorar:
Más que de defectos, me parece más conveniente hablar de aspectos a mejorar. No debemos olvidar que estamos ante un futbolista de apenas 20 años. Con mucho camino por recorrer.
Se ha señalado como Talón de Aquiles su capacidad asociativa. Es algo en lo que va madurando a velocidad de vértigo. No es que no entienda el fútbol combinativo sino que desde muy joven se ha visto muy superior a la mayoría de sus rivales. Ello le invitaba a abusar del 1×1 porque con eso le bastaba. Tomar la mejor decisión en los diferentes escenarios que se plantean a lo largo de un partido es cuestión de tiempo pero a veces ni con eso basta. El fútbol es algo espontáneo que toma un signo u otro en función de la improvisación de talentos como el de Neymar. En cualquier caso, es evidente que puede y debe mejorar en la concepción colectiva del juego.
Defensivamente está trabajando cada vez más. Aumenta el número de robos por partido pero sigue estando en algunos tramos demasiado desconectado. Esperando demasiado su oportunidad para recibir el balón sin intentar provocar directa o indirectamente que el balón le llegue a él. Es tan importante una acción de presión zonal como el robo de un tercer compañero. Una cosa lleva a la otra.

Perfil táctico:
Neymar se ha adaptado perfectamente a dos sistemas base (1-4-2-3-1 y 1-4-4-2), si bien debido a su gran movilidad, está en progresión de emular a Leo Messi como paradigma posicional. Tiempo al tiempo, pero el brasileño acabará moviéndose con total libertad entre líneas reinando a su antojo. Creando y facilitando el camino a sus compañeros hasta el punto de decidir cuándo definir o cuándo seguir generando. 
Neymar ha jugado la mayoría de veces bajo las órdenes de Muricy Ramalho en el Santos como segundo delantero. Ha acompañando por ejemplo a Zé Eduardo, Borges o Kardec en los últimos tiempos en un peculiar 1-4-2-2-2 en el que bien se escoraba a banda izquierda para recibir cómodamente en la mayoría de ocasiones o bajaba entre líneas para intentar paliar el déficit creativo en la base. Ahí su entendimiento con Ganso resultaba devastador para los rivales.
Es el esquema ideal para Mano Menezes, técnico actual de Brasil. En él, Neymar parte de la mediapunta izquierda con total libertad de movimientos. Importante aquí su inevitable tendencia natural de ir hacia dentro tanto en busca del disparo con su pierna derecha como para generar juego entre el delantero y la zona de 3/4. Es una posición ideal para él que recuerda en el lado opuesto al Messi de la primera temporada con Guardiola. La analogía Alves-Messi y Marcelo-Neymar como ejes sobre los que se vertebra casi todo el peligro de sus equipos es, salvando las distancias, algo casi incontestable.
Es un sistema que le permite mucha libertad con y sin balón, a lo que ayuda el resto del engranaje colectivo, en especial los dos mediocentros más bien posicionales y rígidos de la ‘canarinha’. Además de un Neymar más asociativo que nunca capaz de filtrarse entre líneas para controlar un balón y brindarnos con una asistencia de gol, está desempeñando más labores defensivas que nunca, materializándose en mayor número de robos y coberturas a su lateral (Marcelo). Sin embargo, si hay algo que llama aún más la atención de su rol en Brasil es la jerarquía, pese a su temprana edad, que desprende cada vez que baja a recibir a la altura del medio campo para crear juego. Brasil lo va a necesitar cada vez más por dentro aunque parta desde el costado. Por ello, la evolución de Neymar puede ser un poco á la Messi. Aunque es precipitado aventurarse en cábalas de este tipo.

Ejemplo reciente de Neymar con la selección: 1/4 final JJOO

La duda en clave blaugrana

¿Se adaptaría Neymar al Barça actual?

Es el gran interrogante que muchos nos preguntamos. Y solo habría una forma de saberlo: que vistiera más pronto que tarde la camiseta azulgrana.
Teóricamente ocuparía la posición de extremo izquierdo en el habitual 1-4-3-3 que utiliza el Barça desde sus categorías inferiores. O quizás podría ejercer junto a Messi como delantero flotante/mentiroso/falso 9. Son las dos posibilidades que se me ocurren. El actual Barça es una maquinaria precisa y casi perfecta en la que Messi es principio y fin. El contexto. Para un jugador de la dimensión de Neymar, a pesar de su juventud e inexperiencia en Europa, asumir un rol presumiblemente de escudero, genera más bien incertidumbre y dudas. Algo razonable.
En cualquier caso, cuenta con lo esencial para poder llegar a triunfar en el Barça: técnicamente es excelso y desde el punto de vista asociativo está ya en una fase muy madura. En el Barcelona encontraría un marco competitivo ideal para progresar aún más a todos los niveles y satisfacer todas sus necesidades futbolísticas.
Conclusión

Por todo lo anterior, estaríamos hablando de un jugador potencialmente dominante y decisivo a nivel mundial. Capaz de alternar a la perfección el sentido horizontal y vertical del juego. Un jugador prácticamente imparable con y sin balón al que la evolución natural en su juego va a llevarle no solo a ejercer la tiranía desde el 1×1 sino a partir de la asociación con sus compañeros. Desprende ese halo especial del que esperas cualquier cosa en el mejor de los sentidos.
Su sentido de la responsabilidad y liderazgo están fuera de toda duda ya que a sus 20 años ya ha liderado al Santos a casi todos los títulos excepto el siempre complicado Brasileirão y es, hoy por hoy, la gran esperanza para Brasil en su Mundial. Palabras mayores en un país donde el fútbol es algo más que un deporte. La expresión del carácter de todo un pueblo.
El mundo del balompié y los equilibrios –o más bien desequilibrios- que en él existen, pueden depender de en qué equipo acabe jugando Neymar.
¿Y tú, lo ficharías? ¿Este verano, esperarías al siguiente o al Mundial de 2014? ¿Crees que se adaptaría al Barça?

*Neymar termina contrato con el Santos en verano de 2014 y está tasado en 30.000.000 € según Transfermarkt.