Hubo goles, pero no fueron punto de inflexión. No al menos los tres primeros, la idea seguía inalterable. En el Camp Nou estaba un Barça parecido, pero diferente. Un conjunto que desarrolló un plan de juego en el que la cifra reflejada en el marcador no tenía trascendencia. Algo, que en honor a la verdad, también estaba presente en la Real Sociedad, la cual jugó, o intentó jugar, como se esperaba. Su problema fue que el rival que tuvo enfrente realizó un partido soberbio, sobre todo si miramos la fecha del calendario.

El Fútbol Club Barcelona completó un partido de alto nivel. De altísimo nivel. De un impacto visual muy grande gracias a la circulación de balón que alcanzó el equipo. Esto es lo mas llamativo, algo muy difícil de conseguir a estas alturas, y que no podemos justificarlo en el aspecto físico, que también, sino en la brillantísima ejecución técnica de los jugadores y en los automatismos que desarrollaron que permitieron una fluidez en el juego de posición y posesión culés de altísimo nivel.
Para conseguir esto, Tito Vilanova le añadió al equipo ciertos matices. Para empezar, recuperó el antiguo sistema de éxito del conjunto blaugrana: el 4-3-3. Esto no es explicativo de nada, no hay ningún sistema que garantice el éxito propio ni la desactivación del contrario, pero es importante mencionarlo para entender las variantes. Para empezar, el juego por bandas. El Barça desarrollo dos bandas potentes y de igual preponderancia, donde en fase ofensiva realizaban un 2×1 al lateral contrario. Esto hizo que el conjunto culé fuera muy ancho y ocupase mucho campo, con el objetivo de crear la superioridad donde hace daño realmente, por dentro. Ahí estaba la fiesta.
Por dentro el Barça fue una explosión, un conjunto muy dinámico apoyado en diversos movimientos que es necesario explicar. Para empezar, Tito hizo lo que era una obviedad, tomar una decisión con Xavi. Lo realizado aquí no fue novedoso: lateralizó la posición de Busquets y retrasó la del Noi de Terrasa para realizar una salida a dos. Como digo, no fue novedoso ya que Pep ya lo usó la temporada pasada, aunque con poco éxito. Hoy fue distinto, el equipo se encontró con mucha frescura y los jugadores encontraron en todo momento un inicio de jugada muy cómodo que hizo que el Barça sometiera al contrario en todas las fases de su juego ofensivo.
La otra variante va unida a esta, y fue un Cesc mas libre, con mucha participación a lo ancho y largo del campo. Realizó jugadas de permuta con Xavi cuando este salía de la base para acercarse al área, ocupando su rol, pero también él mismo llegó a posiciones adelantadas, asociándose con Messi e incluso tirando sus ya conocidos en Can Barça, desmarques de ruptura. Quizá, el gran detalle que nos deja el partido es que podemos estar ante el inicio del “Barça de Cesc”.
Por último, para culminar esta sinfonía, Messi. Volvió a presentar una incidencia en el equipo ya conocida, pero cambiando matices en su juego. Nada destacable, quizá producto del ahorro físico, pero no vimos a Messi-Slalom. En su lugar vimos al jugador argentino siendo dos focos de atracción: uno en salida de balón a la contra, en una posición muy retrasada para lanzar, teniendo referencias por delante, generalmente Pedro y Tello que centraban su posición. El otro foco era ya en ataque posicional o estático, tras larga posesión, donde él era la referencia, el hombre mas adelantado encargado a realizar la jugada o el pase definitivo.
No todo fueron buenas noticias. El equipo mostró carencias en la transición defensiva. Esto es debido a la altura de la (pre)temporada en la que estamos y a estos ajustes que Tito ha incorporado. El ejemplo es el gol de la Real donde Busquets no está y los centrales no terminan de salir lo que provoca el agujero en la zona Alves.
Como hemos visto, muchas cositas, casi todas buenas, y algún lunar. Sin embargo, hay que destacar, que como ya avisábamos en la previa, hoy solo veríamos detalles. Algo que pudimos comprobar en el mismo partido. Con la entrada de Villa el desarrollo de la banda izquierda cambió, pasando de ser chincheta a ser continuamente una diagonal fuera-dentro.
Como decimos, estamos aún en pretemporada, el equipo aún ha de terminar de coger los nuevos automatismos y los nuevos roles. Lo de hoy ha sido esperanzador, una grandísima noticia, pero es posible que no vuelva a repetirse. El Barça “no va a volver a jugar así”. Pero Tito Vilanova ya ha dicho esta boca es mía.