Por Jacobo Prado, Cerdido

El ser humano, desde siempre, ha buscado saber cómo sería su destino. Esta vieja aspiración que conllevó la aparición de guías espirituales, de gurús y chamanes, de Nostradamus y en la actualidad de astrólogas de 906 siempre estuvo presente en los designios de los grandes pueblos. Incluso los irreductibles galos estuvieron a punto de ser derrotados bajo la manipulación de un adivino. Todas las grandes batallas de los más poderosos ejércitos vienen acompañadas de un buen augurio, algo que pueda elevar la moral de la tropa.

El Barça también sabe donde encontrar la profecía que le diga si la temporada va a ser buena o no. No es en las entrañas de ningún animal pero sí es en un estadio cuyo nombre evoca al tema que estamos tratando: Reyno de Navarra. No estamos ante ninguna licencia poética para con el estadio que acogió el partido de hoy, es la realidad. En una época en la que los estadios ya no ganan partidos, el campo del Osasuna sí sigue pesando. Por ello, es la gran prueba de algodón que siempre se encontró el Barça, sobre todo en los últimos tiempos. En el primer año de Pep el conjunto catalán saco un 2-3 con todas las señas de identidad que mostraría en el año del triplete: verticalidad, agresividad, presión, ambición, Eto’o, Messi. Dos años mas tarde, un 0-3 que se produjo justo en el ciclo de partidos donde el Barça alcanzó su máximo nivel futbolístico histórico. Sin embargo, el año pasado los culés fueron superados en un 3-2 que a la postre sería definitivo para perder el campeonato liguero, amén de mostrar otras cosas como que Tello y Cuenca eran, efectivamente, jugadores aprovechables para la primera plantilla, pero que aún serían insuficientes para conseguir los objetivos marcados.

Visto esto solo nos queda preguntarnos ¿qué hemos visto del Barça de hoy? para empezar a entender mas globalmente lo que va a ser esta temporada. Varios detalles buenos y también varios preocupantes que describiremos a continuación.
Para empezar hemos visto que de momento las bandas siguen siendo para Tito incuestionables. Sin matizaciones, Tello y Alexis muy abiertos, con muchísima tendencia exterior, para fijar y soltar atrás. La idea se mantiene tan invariable que fue Iniesta quien abandonó el campo mientras Tello aún dispuso de algunos minutos más. Fue una decisión genuinamente vilanoviana. Por el contrario, hemos visto que por dentro el plan es Xavi Hernández, sin él, la cosa es distinta. Hoy, recibiendo descanso el de Terrassa hemos visto a un Busquets que fue más participativo, siendo él la base, iniciando por lo tanto mas atrás. Por otro lado, el siguiente hombre en tener responsabilidades en el inicio de la jugada fue…Messi. El argentino quiere base, ya lo hemos debatido anteriormente, y sin el jugador con mas partidos en la historia del Barça parece que así será. Porque Cesc ocupó su sitio, que no su rol, y la verdad es que las sensaciones no pudieron ser mas preocupantes. Así bien, ya sabemos que sin Xavi el Barça será mas Busquets en la salida, Messi… y mas vertigo y transición ofensiva que control.

Eso fue lo que fue el Barça, transición ofensiva muy potente por el carril central con las conducciones de Messi que hicieron muchísimo daño y que hicieron que el Barcelona mereciese ir al descanso ganando, a pesar del buen partido de los rojillos, sobre todo en presión y faceta defensiva.

El deje fue otra vez la transición defensiva y hoy una salida de balón desde el primer nivel que muchas veces no daba superado limpiamente la presión avanzada rojilla. Osasuna entendió bien el partido y fue a hacer daño a los culés en todos los sectores del campo. En la segunda parte entendieron mejor el paso del tiempo que un Barça que por momentos sintió una angustia inapropiada para ser la segunda jornada liguera. Una angustia que resolvió con un aclarado brutal y que Messi decida.
Muchas cosas a seguir trabajando en un Tito que sigue moviendo piezas, que demuestra que su idea no es inalterable y que según los hombres que ponga probará cosas distintas. Y probará muchos hombres, estamos viendo a un Barça camaleónico ante los rivales que tiene enfrente.