Es curioso de ver que el Córdoba sea de los equipos más admirados en Segunda por como concibe el juego. Dentro de la idea que tenemos de Segunda, el Córdoba desde hace un año y medio ha roto con la tradición. Es un equipo que se ordena a través del balón. Le gusta y quiere someter al contrario a través de monopolizar la posesión, aspecto que en Segunda muy pocos equipos utilizan a excepción del filial blaugrana, Las Palmas y Sabadell.

Para entender a este Córdoba hay que fijarse en el año anterior. Todo comienza de la mano de Paco Jémez, el actual entrenador del Rayo. Alguno lo llaman suicida por como ve el fútbol. Todo es legítimo y Paco quiere el espectáculo. Llevó al Córdoba a las palabras de los aficionados por el juego que desplegaban. Centrales abiertos en salida de balón, laterales convertidos en extremos, extremos que aparecían por dentro para generar la superioridad y todo ello con el balón como protagonista. Tenía de actores a un Javi Hervás que Paco le dio el timón del equipo. Mejor centrocampista de Segunda para el cordobés que con su zurda movía a un conjunto que protagonizaba un juego muy bello para los espectadores. El Córdoba había apostado por un cambio radical en su filosofía de juego. Después de pérdida, una presión agobiante que ayudaba a una recuperación rápida y cercana a la meta rival.
Esta temporada con Rafa Berges, aquel lateral izquierdo campeón olímpico en Barcelona’92, ha apostado por continuar con este modelo de juego. Este año faltan dos actores fundamentales del año pasado como son Javi Hervás y Borja. El segundo se convirtió en el máximo goleador cordobesista. Ante la ausencia de ambos, el conjunto cordobés no ha encontrado la regularidad en su juego para estar más arriba en Liga, al contrario que en Copa donde la ilusión saca lo mejor del equipo.
El Córdoba del miércoles será diferente al que su modelo de juego quiere implantar y es por el rival que tiene enfrente. Ya lo dice Lillo «el Barça te modifica la manera de jugar». La posesión no será igual y tendrá que jugar más sin balón que con él. Intuyo un Córdoba que en determinados momentos vaya arriba a buscar al Barça, pero no creo que sea una constante, porque este juego ante el Barça exige un desgaste enorme, además de ser la ida de la eliminatoria. Incomodará en medio campo y buscará el robo sobre los centrocampistas blaugranas. Tendrá línea adelantada y que se juegue en un espacio muy reducido para robar y salir rápido en transición ofensiva. Berges puede apostar por Caballero y Abel Gómez como compañeros de López Garai para ganar más presencia en medio campo y aguantar y dar oxígeno cuando recuperen balón. Caballero es el motor de juego este año. Sucede a Hervás y el madrileño está cuajando una gran temporada. Dulce en todas sus acciones, siempre lo hace todo fácil. Con gran visión de juego será la brújula para orientar a su equipo.
La recuperación de López Silva será otro aspecto clave. El onubense es vital porque genera mucho cuando aparece por dentro. Sus movimientos entrelineas es un caudal de juego para el Córdoba. Es rápido en la conducción y tiene un gran último pase.
En la delantera, todas las papeletas las tiene Rennella. El francoitaliano es el ‘9’ más completo de este Córdoba. Además es un delantero incómodo para los centrales blaugranas. Muy alto, mucha envergadura que va muy bien por arriba, baja los balones, los aguanta para esperar y descargar sobre la segunda línea. A eso hay que añadirle que técnicamente tiene una gran zurda con un disparo muy bueno. Delanteros muy fuertes que siempre incomodan al Barça porque ofrece a sus compañeros segundas jugadas de manera continua.
No tendrá prueba fácil el Barça. El Córdoba cuando tenga el balón no renunciará a mantenerlo y optar por posesiones largas. No lo tendrá como lo tiene en Segunda, pero lo buscará tener y hacer daño con el porque tiene muchas más armas con balón que sin él para generar peligro.