Por Jacobo Prado, Cerdido

                                         
Ya es oficial: el equipo al que entrenará Pep Guardiola el año que viene será el Bayern de Munich. La noticia, que a priori puede resultar sorprendente para casi todo el mundo, no deja de demostrar la incapacidad del aficionado para entender a sus ídolos.

Casi todos apostábamos que el mito culé entrenaría en Inglaterra, preferentemente al Manchester City donde están varios de sus amigos, siendo el Chelsea la segunda opción. Sin embargo Pep no se movió nunca en los mismos ritmos que el resto de la gente. De ser así aún entrenaría hoy al Barça y lo haría sin casi ningún problema durante los 20 años siguientes. Lejos de eso siempre buscó lo mejor para el equipo, pero también para él, haciendo renovaciones año a año que se oficializaban cuando él quería y cuando el público menos lo esperase. Paradójicamente estos anuncios siempre se realizaban por estas fechas, por lo que al menos en este sentido no fue una sorpresa. Además la oficialidad de este fichaje no debe interferir con la marcha del que será su próximo equipo ya que su actual entrenador Jupp Heynckes se retirará al final de esta temporada.
Josep siempre fue un paso más. No un paso más que el resto de la gente en su conjunto social, sino para poder vislumbrar su futuro, lo que es lo mejor para él. Como cualquier otro humano es razonable que tenga dudas, pero eso no supone indecisión, sino que siempre llevó su vida y trabajo con paso firme, por muy traumática que fuera su decisión o irracional que pudiera parecer. Esta terquedad conllevó que alguna vez su elección fuera errónea (fichajes, por ejemplo) pero esto no suponía ningún problema para él: se arreglaba el borrón y a continuar. Ahora ha decidido emigrar a Alemania y aunque el impacto e imagen inglés lo tapen todo, es entendible. Hablar de la Bundesliga es hablar de la Liga más profesional del mundo y la más visual en cuanto a infraestructura. Es una competición donde los campos están llenos y cada equipo tiene una fiel masa social ligada a él. Además, en este siglo, por varios motivos, la competición se ha democratizado, siendo el Borussia Dortmund, Werder Bremen,  Stuttgart e incluso Wolfsburgo campeones. No solo eso, sino que en Europa también se han mostrado muy competitivos, con el propio Bayern o el Borussia campeones de la Champions o finalistas (el gigante Bávaro en más de una ocasión, o el Leverkusen). En la Copa de la UEFA aunque no hubo campeones en este siglo, Kaiserlautern, Borussia, Werder Bremen, Hamburgo y el propio Bayern fueron finalistas o semifinalistas. Como vemos, un gran crisol de equipos han rendido muy potentemente lo que ha llevado a la Bundesliga a superar en el ránking europeo al Calcio y tener 4 participantes en cada edición de la Champions. Hoy en día es una competición TOP europea.
Lo paradójico de lo anterior es que esto no se traduce en impacto en el aficionado medio. Aunque bien es cierto que cada vez menos, pero la realidad es que no se termina de considerar a esta Liga tan potente como debería y la coletilla de “Bayern y 17 más” existe, aunque suavizada gracias al buen hacer del Borussia. Esto probablemente sea por el carácter endogámico de la propia competición, con varios de sus cracks pasando toda su carrera ahí en un mismo conjunto o de equipo en equipo alemán, sumado también a la tradición futbolera común que existía allí hasta hace bien poco en cuanto a la tipología de juego se refiere. Por esto el fichaje de Pep Guardiola es una gran noticia para la Bundesliga que en su afán por ganar globalidad y posición preeminente en el continente encontrarán en el catalán a un gran aliado. El impacto mediático que está experimentando en estos momentos la competición germana es buena muestra de lo que pasará en los próximos meses.
Pep y el Bayern

Pero si para alguien ha sido un gran acierto esta contratación es para los implicados: el Bayern de Munich y el Noi de Santpedor. El equipo alemán con este fichaje adquiere el plus competitivo definitivo para recuperar su posición en la Bundesliga, pero sobre todo, para aspirar a por todo en Europa de verdad. Dos finales de Champions League perdidas en tres años, una en su estadio, es demasiado doloroso para un equipo que se ve y se sabe poderoso. Su inclusión oficiosa en el TOP3 europeo queda totalmente confirmada al adquirir a uno de los grandísimos técnicos actuales, a parte de refrendar el camino marcado en los últimos años tras el fichaje de Van Gaal y la irrupción de Joachim Löw en Alemania. Por su parte Guardiola ha tomado una decisión correcta. Correcta por meditada y reflexionada, sopesando todos los pros y contras. Esto hace que de por si esta elección, a pesar de que pueda acabar fracasando, no pueda ser reprochable. Además Pep va a una competición estimulante y a un club que casa perfectamente con su personalidad. El catalán, por encima de etiquetas, poses y poesía es un ganador, un ganador despiadado hasta llevarlo a una perfección obsesiva casi enfermiza. Su nuevo club es igual, por eso es el ogro alemán. Por esto mismo no se engañen, Josep Guardiola no ha elegido su nuevo destino porque espera que ahí puede crecer sin presión: en ningún lugar tendrá más presión que en el club de Baviera.
Los precedentes donde equipo y jugador se unieran en el pasado no pueden ser más paradigmáticos y significativos. Sin llegar a querer explicar que estos hayan sido los motivos de este fichaje (nada mas lejos de la realidad) si que muestran el deslumbramiento que pudo sufrir el uno sobre el otro. El primer antecedente nos remonta a la temporada 1995-1996 en los últimos coletazos del Cruyffismo. Las semifinales fueron entre los, desde hoy, dos equipos de Pep, siendo el partido de ida en Alemania. Ese día eran baja los centrales Nadal y Abelardo así como Sergi, por lo que la decisión de El Profeta no pudo ser más cruyffista: defensa de 3 y Pep central. El experimento resultó ser buenísimo, cuajando los culés un gran partido de fútbol y sacando un 2-2 que debía ser un paso de gigante para disputar la final, algo que no fue así por el 1-2 de la vuelta en el Camp Nou. Sin embargo ese día Guardiola, que ya aprendía a ser entrenador mientras aún era jugador ganó un nuevo matiz para su forma de ver el fútbol. Además, pudo ver la grandeza del Bayern, ese ganador empedernido que nunca se da por muerto.
El otro precedente es mucho mas reciente en el tiempo, con Guardiola ya entrenador (aunque no mito) del Fútbol Club Barcelona. En esta ocasión fueron los culés los que lograron pasar la ronda, sobre todo gracias al 4-0 logrado en la ida en lo que fue uno de los grandes partidos de la Era Pep y una de las derrotas más duras e inolvidables de los bávaros. Pero lo paradójico del caso fue que para la vuelta, y teniendo en cuenta que el equipo ya estaba en la carrera por el triplete, el equipo no rotó. A pesar del resultado de la ida el conjunto catalán salió con todo. Guardiola, que ya conocía al Bayern de Munich de sobra y sabía de lo que era capaz, no se fiaba: el ogro alemán no está muerto hasta el minuto 90. Por cierto, ese día Dani Alves vio una amarilla que a la postre le evitó jugar la final de Roma.
Pep Guardiola entrenador

Llegados a este punto toca pensar e imaginar lo que será Guardiola para el Bayern y lo que será el Bayern con Guardiola. Empezando el análisis por el entrenador es necesario realizar una afirmación: no va a buscar un Barça II. Él sabe que es imposible repetir ese modelo de juego porque le van a faltar dos cosas fundamentales y que además no se pueden fichar: la generación de futbolistas con el mayor acierto técnico de la historia y Leo Messi. Estos dos elementos son imprescindibles para desarrollar un modelo futbolístico como el que él estableció en su anterior club (y que Tito Vilanova ha continuado) por lo que buscar repetir el experimento le condenaría a un fracaso que no va a cometer. Es posible que los medios de comunicación hablen de fichajes españoles o de un mismo corte de juego para el Club pero la realidad no irá por esos derroteros.
Además, Guardiola no es un fundamentalista del fútbol, sino que es un hombre en continua evolución, como ya demostró en su periplo como entrenador profesional. En el Barça, en su primera temporada empezó con un desarrollo que podemos definirlo así: garantía defensiva atrás con 3 cerrando (Abidal se quedaba, Alves subía) y un hombre ancla (Yaya Touré). Además los centrales preferiblemente deberían tener salida de balón. Los interiores deberían recibir a la espalda de la línea contraria para hacer daño y vivir mas cerca de la frontal, por lo que los extremos (Henry en la izquierda, Alves de falso extremo en la derecha) debían ser muy abiertos y no era necesario que fueran demasiado relacionados con el juego. Para la temporada siguiente ya hubo cambios a pesar del triplete. El fundamental fue que Ibrahimovic aterrizaría en Can Barça por un motivo clarísimo: Guardiola quería un delantero que pudiera relacionarse mucho con el juego y a poder ser que fuera alto, poderoso físicamente. Sin ir mas lejos la temporada pasada ya había intentado traerse a Adebayor por Eto’o. Este no fue el único cambio, sino que con Messi ya definitivamente en el carril central y con el equipo con problemas de profundidad varió el sistema a una especie de 4-2-3-1 pero con un doble pivote muy asimétrico, tanto que solo lo podemos llamar de este modo por denominarlo de una forma, ya que en la práctica no era así. Pero esto influyó también en el cambio de un interior (Xavi) que dejaba de castigar con continuidad a la espalda contraria de los centrocampistas para relacionarse más con la base (donde estaba el fluido y fino Búsquets en lugar de la Roca Touré), mientras que el otro interior Iniesta, estaba tieso por lo que Keita jugaba antes que él. Una forma de jugar con muchos matices distintos respecto a la anterior. A Guardiola le gustaba menos, pero no le dolía demasiado, era una máquina de ganar: el Barça invencible de los 99 puntos y 0 goles en contra en enfrentamientos con el Real Madrid. Ah, aún seguía insistiendo con dos centrales con salida, pero Chygrynsky no cuajó.

La temporada siguiente fue la de mejor juego de Pep y donde confirmó que era invencible. Recuperaba a los dos interiores en posición  y nombre del primer año pero el equipo ya era distinto. Del vértigo y ritmo del 09 pasamos a la horizontalidad y 0 ocasiones en contra de este año, el Xavisistema. Los dos extremos ya no eran abiertos, sino profundos y punzantes y los centrales no tenían porque ser los dos talentosos sacando el balón: Puyol era el titular y Mascherano su suplente. Por último el año pasado, donde hubo cambio de sistema a un 3-4-3 y la mayor sublimación de un estilo y de una forma de jugar única e irrepetible con los siete centrocampistas en la histórica final del Mundial de Clubes. Con todo esto visto, ¿cómo alguien puede asegurar que Pep va a buscar repetir una fórmula de jugar o solo va a aspirar a un tipo de jugador? Guardiola, el ganador empedernido buscará ganar, llevando a su equipo a su máximo potencial sin buscar repetir ningún patrón. Es más, es probable que pueda poner en práctica algunas premisas que ni siquiera intentó en su anterior club debido a que el mundo de las ideas le pareció menos efectivo y potente que el mundo real.
Josep Guardiola es probable que en algún momento de su formación como entrenador fuese bielsista. La admiración que muestra siempre que habla de él y las charlas que tuvieron en el pasado así dan fe. Sin embargo nunca lo hemos visto en ningún momento de su carrera. Quizá si en los inicios de la primera temporada donde buscaba ese vértigo y correr hacia delante, pero siempre desde un control y desde un pragmatismo que se lo permitía. Por eso Guardiola es un ganador y Bielsa no pasa de técnico fetiche. Lo que si es Pep es VanGaalista, admirador de su Ajax ’95 y su pupilo (además de aprendiz) en el Barça. Seguro que en estas últimas semanas han mantenido más de una conversación y de dos, por lo que, a pesar de los muchos matices, pensar en el Bayern de Louis que acarició el triplete (sin tener nivel para tanto) es un buen referente para empezar a pensar en el Bayern de Pep.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta para imaginar lo que será su próximo equipo es el propio gusto de Guardiola. Entrenador de características ofensivas que construye a sus equipos de tal forma, tiene una “idea de seguridad” que no va a perder nunca: la posesión como instrumento para la victoria. Esta frase hay que explicarla para que no se confunda porque puede llevar a la confusión errónea de querer repetir ese Barça II que ya hemos dicho que no. Pep no va a volver a buscar construir un equipo que se base en el 80% de posesión porque no tiene al jugador idóneo para ello ni nunca más lo tendrá. Pero esto no es nada nuevo, el año pasado “tampoco lo tenía” y por eso buscó un equipo mas agresivo y directo además de irle quitando peso a Xavi. Pero el míster catalán se siente seguro desde la posesión, ya sea para atacar, para tener el partido donde lo quisiera o para que el rival se adapte a ti mas que tu a él. O incluso como elemento defensivo o conservador, como ya ha hecho alguna vez, y como dijo Cruyff, otro de sus maestros: “Si tú tienes el balón no te pueden marcar porque solo se juega con un balón”. Eso sí, si le es posible, y en el equipo de Baviera le debería ser, buscará ser alegres, por eso ama tanto a Brasil, o a futbolistas como Paul Scholes. Por eso él, como jugador, era así.
Para poder tener el balón, a parte de ese “Scholes” hay otro elemento que Guardiola querrá tener siempre. Quería que fueran dos, pero en realidad lo que quiere es ganar, por lo que si solo puede tener uno que sea uno, pero un central que saque el balón es “escuela Pep Guardiola”. Con estos elementos el equipo del catalán debe ser capaz de establecer un dominio sostenido desde atrás, lo que además irá ligado al orden. Esto es innegociable para Josep, el mayor exponente del juego de posición con cariz ofensivo que existe en la actualidad. El ogro alemán con Guardiola va a ser muy ordenado, racional, con la ocupación de espacios bien distribuida que ayude al juego coral que buscan tanto equipo como entrenador y a poder someter al rival en campo contrario. Este punto es el otro objetivo de Pep que además, siendo entrenador de quien fue y de quien va a ser es obligatorio. Para conseguirlo, el gusto del de Santpedor está claro: al control de atrás se suma el vértigo y peligro ofensivo y la importancia de los extremos. Sobre el primer punto, el Guardiola genuino era más del 2009 que del 2011. La idea es que el balón coja velocidad por dentro, con los centrocampistas, para poder dominar el partido con un sentido vertical, buscando la portería contraria. Además los quiere con dinamismo, que no partan al equipo quedándose atrás sino que acompañen la jugada, que puedan llegar y dominar ¾ e incluso puedan pisar área y tener disparo a puerta con frecuencia. Por eso no extraña que Gerrard y Lampard fueran de sus jugadores favoritos, igual que tampoco sorprende la mencionada disposición que le dio a sus interiores nada mas llegar.
Sobre los extremos también tenía un gusto muy característico que en Can Barça no terminó de explotar. Para él debían ser fijos, abrir campo (recordad primer Henry) y cuya relación con el juego fuese para facilitárselo a los demás más que para desarrollarlo ellos mismos. Además esta continua situación fija permitiría al equipo tener referencias continuas en campo contrario. Encontrar siempre una línea de pase, una vía de escape, un hombre libre, ese era la idea de Pep que también se relaciona con otro pensamiento cruyffista: “si tú abres el campo y llevas el balón muy rápido los rivales llegarán un metro y un segundo tarde y aparecerán los espacios”. Sin embargo es justo decir que el fútbol desde que Johan entrenaba y Pep jugaba evolucionó y hoy en día los laterales tienen esa función muchas veces. El mito barcelonista lo sabe y no es una función que le vaya a exigir nunca de partida a un hombre externo hoy en día. Pero la idea hay que tenerla presente.
Por último en el “universo Pep” está el delantero al que si que intentó fichar y utilizar en Barcelona aunque con poco éxito. Su idea de delantero es un hombre poderoso físicamente, pero relacionado con el juego. Esto puede ser de varias maneras, siendo el trato del balón, el tocar mucho esférico y así ayudar al equipo, creando juego, una de ellas. Pero la otra será con su propio físico, peinando balones, bajándolos, aguantándolos, para ayudar a que el equipo se junte. Un delantero de Guardiola no puede ser un islote sino un elemento más en el juego que permite que su grupo coral se mantenga junto y armónico una vez se lanza al ataque, lo que también permitirá un mejor ordenamiento de las piezas y por tanto una mayor disposición defensiva en caso de pérdida.
El Bayern de Munich, el destino ideal
El gigante bávaro no sería en todas las épocas el destino ideal para un hombre como Pep Guardiola. Para empezar estamos hablando de un club bastante endogámico, de tradición, siempre muy ligado a Alemania y a la selección alemana. Una entidad con una cultura ahondada y profunda bastante inmovilista y donde entrenadores extranjeros que no llegaron a entender la cultura de la entidad fracasaron. De 4-4-2 clásico aunque matizado por los jugadores formados (a veces mas técnicos en el medio o mas rocosos, la disposición de los volantes externos, la tipología de los puntas…) el juego del Bayern siempre fue fácilmente reconocido. El ogro bávaro cumplía a la perfección el simil del elefante y la justicia: es lento pero siempre te atrapa.
Esta situación fue la que acabó superando a Van Gaal pero que no podrá con Guardiola. Veamos por qué. Louis llegó a Alemania rehabilitado para el fútbol tras su gran periplo en el AZ y no lo hizo nada mal en su primera temporada donde ganó un doblete y llegó a la final de la Champions, pero nunca casó con el club ni con la afición. De hecho ni acabará la temporada siguiente. ¿Por qué tan poca empatía con un entrenador que ganó en tan poco tiempo? Para empezar hay que decir que estamos hablando de un hombre de nacionalidad holandesa, lo que es seguro que tuvo presente al menos cierta parte de la afición, pero obviamente no fue el desencadenante. Ahí hubo más motivos que ya recuerdan más a Pep Guardiola. Uno es la fuerte personalidad y metodología que tenía Van Gaal y que estaba dispuesto a imponer por encima de la cultura del Bayern. Su personalidad chocó con Hoeness (y varios pesos pesados del equipo) y su metodología de juego de posición, fútbol más masticado, triángulos… chocó con la cultura del Bayern. Esto mismo le podría pasar a Pep pero no será así, primero porque es de esperar que Hoeness y el Bayern se plieguen a una personalidad tan arrolladora como es la del nuevo técnico y que incluso tenga potestad para dar bajas por muy dolorosas que sean llegado el caso. En cuanto a la metodología y desarrollo de juego que se llevó por delante a Van Gaal no será así porque el Bayern y Alemania han cambiado mucho. La Bundesliga y el club más poderoso de la misma, tienen la pretensión de alcanzar globalidad, de aspirar a ser reconocida la mejor liga y el mejor equipo del mundo, por lo que están abiertos a nuevos paladares. Eso queda muy bien representado en la “revolución Löw” y su nueva selección alemana desde el Mundial 2010. Se puede asegurar que lo ocurrido en la Mannschaft tiene eco en la competición doméstica y en los equipos y esto juega a favor de Pep. Por otro lado, Van Gaal también abrió el camino al ser el primer entrenador alemán del Bayern desde 1996 (solo dos fueron extranjeros en los últimos 20 años). Por esto el gigante Bávaro hoy es un destino perfecto para Guardiola con las barreras culturales mucho mas accesibles que hace solo una década.
Como entidad estamos ante un conjunto profesionalizado y moderno, con buen cuidado de la cantera y de jóvenes jugadores que ayudan a reafirmar la cultura de Club. Fuerte económicamente, funciona como una empresa rentable que permite generar proyectos estables a largo plazo siempre que no haya lucha de egos. Esto ha permitido que la plantilla en los últimos 5 años haya ganado en calidad hasta llegar al TOP3 europeo actual con varios de los mejores jugadores nacionales así como fichajes europeos estratégicos muy sorprendes. Como muestra un ejemplo: hace años fueron muy llamativos los fichajes de Ribèry o Luca Toni sin ser primera línea mundial. Hoy Pep, uno de los mas grandes entrenadores del mundo, ficha por su conjunto y si no era esperado es por los amigos que se le presuponían en la zona azul de Manchester, no por el nivel de su nuevo club.
Por último, la plantilla que tendrá Josep Guardiola a disposición es, a día de hoy, la soñada por él, la que mejor casa con sus gustos. De haber fichado por el Manchester City debería haber fichado al menos un central competitivo y con salida aireada de balón; un gran jugador para la base y otro que cree líneas de pase por delante del balón (amén de retocar otras posiciones débiles del conjunto). En el Chelsea debería hacer competitivo como central a David Luiz o fichar a otro de esas características; traer a uno o dos hombres para la base; un delantero centro y acometer una renovación generacional y jerárquica importante. En los conjuntos italianos como Milan o Inter analizar todo lo que debería fichar es alargarnos demasiado. En el Bayern de Munich esto no es así. Es mas, los fichajes de este año ya parecen con el sello de Pep: un central con salida de balón (Dante), un jugador para la base creativo además de culturalmente bien relacionado con el Bayern (Javi Martínez); un extremo que le ayude a vivir en campo contrario (Shaquiri); y un delantero dominante muy del gusto Pep (Mandzukic).
Metiéndonos en profundidad en la plantilla alemana parece fácil adivinar que Pep Guardiola continuará con el 4-2-3-1 que lleva ya un tiempo asentado y funcionando en el club bávaro y lo que hará será matizarlo, irle dando su refinado toque poco a poco. Es cierto que Neuer no es excesivamente “un portero Pep” aunque en su beneficio hay que decir que ha mejorado bastante en gestión del área desde que está en el club de Baviera y que aunque su salida de balón no pese si se atreve a darle con las dos piernas si es necesario lo que siempre es una relativa ventaja. En la defensa tiene dos laterales (una vez Alaba ya parece quedarse definitivamente ahí) que le permiten proyección ofensiva, establecerse en campo contrario y colaborar activamente en la salida del balón. Además la profundidad de ellos permitirá soltarse a los interiores hacia dentro y relacionarse con la pelota, creando triángulos y mayores combinaciones en el carril central.
Los centrales bien podrían ser Dante y Badstuber,a  pesar de las reservas que hay siempre con dos centrales zurdos. El primero, con un aire un tanto freak, es bastante poderoso en las dos áreas y tiene una salida de balón en conducción bastante vistosa. El segundo la presenta en largo (su envío con la zurda era habitual para Robben en fechas pasadas). El problema de los dos (aparte de su mismo perfil) es que no terminan de ser una seguridad constante, sobre todo Badstuber a pesar de su buena Euro, y ya sabemos como se las gasta Pep. Para eso el año que viene llegará Jan Kirchhoff aunque habrá que ver como evoluciona en estos niveles, y Javi Martínez siempre podría ser retrasado a la zaga en un movimiento que seguro que le gusta más al entrenador que al jugador. Sea como fuere los centrales participaran en una salida idem donde luego aparecerá el doble pivote. Esta disposición nunca le gustó a Guardiola ni cuando jugaba (“no me gusta jugar con un compañero al lado con el que repartirme el campo, es como si me taparan un ojo”) ni cuando entrenaba, pero esto era si el doble pivote era rígido y repartido. En el formado por Schweinsteiger y Javitxu (o Luiz Gustavo) esto no sería así. El alemán una vez recuperado de su lesión debe volver a ser el pivote dominante y súpertalentoso de épocas pasadas como el Mundial 2010 y ahí no hay duda que valga. La salida de balón es para él, y el otro pivote podría saltar hacia delante a ocupar la frontal o bien acompañando la jugada. ¿Qué la salida va por el otro pivote, que también tienen capacidad? No hay problema, ya que Bastian podrá volar hacia delante a cargar la frontal o ejecutar su característica diagonal dentro-fuera que tanto le gustaba.
La siguiente línea de los mediapuntas tiene en la izquierda a un viejo amigo, que estuvo a punto de traer para el Barça: Ribèry. El francés es el interior soñado por Pep, sin paños calientes. Da amplitud si es necesario pero también tiene mucha tendencia interior y asociativa (en este caso Alaba le dobla siendo el que genera amplitud). Técnicamente es muy bueno, tiene regate por lo que bate líneas y supera rivales con facilidad, es profundo y tiene gol. Por el lado derecho no está tan claro quien puede jugar. A priori Müller debería ser el titular por la gran incidencia que tiene desde la banda en el colectivo y su capacidad para dibujar líneas de pase, pero de no ser él Shaquiri también es un hombre a priori muy del gusto de Pep. Si fuera el suizo el elegido en la mediapunta podría entrar Thomas por Kroos aunque este es un jugador que debe estar alegrándose por la llegada de su nuevo técnico. A este chico el talento se le conoce y sobre todo la técnica, pero aún no realizó la explosión definitiva en su juego ni con el Bayern ni con Alemania. Sin embargo las semifinales del año pasado están en la memoria de todos y de él el primero y el destrozo que le hizo al Real Madrid gestionando la mediapunta y bajando hasta zona de medios fue de los que valen millones. Kroos debe ser el gran jugador mejorado de Guardiola en el Bayern de Munich y el que le permita variantes creativas y talentosas durante el desarrollo de los partidos. Por último el delantero donde no hay demasiado que añadir ya que tanto Mario Gómez como Mandzukic son muy del gusto de Pep. Dos jugadores potentes, de los que condicionan rivales y juntan a sus compañeros. Delanteros al servicio del equipo, que juegan con los demás pero que luego dentro del área garantizan una cuota elevadísima de goles. Ahí Guardiola está muy servido.
Por lo tanto el Bayern de Munich tiene la plantilla soñada por Guardiola (fuera del Barça). Una plantilla que le debe permitir jugar un fútbol muy coral donde el balón pase por todos, asociándose, buscando terceros hombres y no tenga problemas para realizar ataques posicionales largos, para someter al rival. Esa es la idea de Pep Guardiola y por ahí es por donde estaba yendo el Bayern en los últimos tiempos. Además, si quiere salir a la contra y concluir en pocos toques el conjunto bávaro también es perfecto para ello lo que aún le da una mayor gama de colores al nuevo proyecto del míster catalán. De hecho, donde no sorprendería que ajustase más es en defensa, parcela que el ogro alemán ha ido descuidando en estos últimos años. Ha medida que fue adquiriendo conocimientos nuevos fue olvidándose de algunos de los antiguos y eso se notó principalmente ahí. Pero Pep, que en cuanto afianzó el Barça llevó a cabo el proyecto del “portería a 0”es de esperar que en esta ocasión vuelva a realizar un importante trabajo de ajustes en la zona defensiva.
Los únicos problemas a priori que tendrá en su sitio soñado son dos y no son insalvables: el primero, el idioma, parece que lo lleva arreglando desde los últimos meses. El segundo es un nombre que no ha salido en el análisis: Robben. El otrora crack holandés hoy en día no casa con Pep ni por su personalidad (individualista y tendente al fracaso) ni por su tipología de juego. Si no hay rescate por parte del entrenador (banda izquierda, e igual ni así) es posible que sea el gran damnificado del proyecto. Por lo demás, dinero, jugadores, entorno y afición estarán a disposición de Guardiola para que rompa la maldición del Bayern de Munich.