LA DERECHA TAMBIÉN JUEGA

Tras un primer tramo de temporada prácticamente inédito, Dani Alves está cada vez mejor. Lejos de su mejor versión, sí; pero cada partido que pasa gana en confianza y su juego recuerda al de sus mejores años.


En este último curso su fútbol ha estado en boca de todos: despidió la temporada pasada con mal pie, lesionándose y siendo protagonista en varios hechos extradeportivos. No obstante, se infravalora bastante la  2011-12 de Dani Alves, la más completa de sus cuatro temporadas en el Barcelona y, probablemente, su segunda mejor. 

Empezó la pretemporada con ganas de demostrar que su ciclo en el Barça no había terminado. Tito le dio confianza, y en verano las sensaciones eran muy buenas; mentalmente estaba activado y parecía que sus galones quedaban intactos. Sin embargo, las lesiones musculares le cortaron el ritmo en distintos tramos del primer trimestre del curso y su puesta a punto se alargó. A día de hoy podemos decir que, al fin, el lateral brasileño está preparado de nuevo para entrar en el once titular. 
Recuperar el tono físico le ha permitido el volver a subir y bajar la banda todas las veces que quiera los 90 minutos. Además, ya lleva varios partidos seguidos siendo titular y su influencia en el colectivo va ganando en peso. Su mejoría en su rendimiento ha tenido consecuencias positivas. Por un lado, Pedro finalmente ha abandonado el rol del extremo fijo en banda, lo cual le ha llevado a aparecer en zonas anteriores y a pisar mucha más área que en el primer trimestre del curso. 
El tinerfeño está en su mejor momento y lo demuestra no sólo recuperando el olfato de gol, sino también su generosidad en el esfuerzo y la presión; sus apariciones entre líneas y su desmarque de ruptura, cada vez más largo y con más influencia en los tres carriles de ataque. Que el Barça haya perdido un futbolista que vaya al espacio en pos de otro que juegue al pie para juntar en un mismo equipo a Xavi, Cesc e Iniesta ha sido todo un reto para Pedro, que ha respondido a la perfección y, a día de hoy, es insustituible. 
Pero volviendo al tema que nos ocupa: Dani Alves está recuperando el buen tono en sus apariciones, y su partido ante Osasuna– aunque poco exigido– lo reitera. En un equipo en que su fútbol se vuelca sobre la banda izquierda (Alba-Cesc-Iniesta), el arrastre de Pedro y la ruptura de Alves se antojan muy peligrosas para el equipo rival, gracias a la acumulación de hombres en ataque en fase de basculación. 
La prueba es que, de los últimos tres encuentros, Alves ha dado cuatro asistencias a sus compañeros, tres de ellas a Pedro con pase previo de Xavi. En toda la temporada, el brasileño únicamente había asistido una vez, a Cesc en Mendizorroza ante el Deportivo Alavés (0-3). Recuperar al brasileño, pues, es la mejor noticia para encarar la rueda de clásicos con la máxima comodidad.