VÍCTOR, EL HOMBRE QUE HUMANIZÓ A HENRY

Avanzaba el segundo minuto de la final de Copa de Europa entre el Barça de Ronaldinho y el Arsenal de Thierry Henry en París. Fàbregas abre la pelota para Eboué que conduce y mete un centro raso al área, Henry se anticipa a Márquez en un territorio absolutamente conocido y masticado por el francés, encara con ventaja la puerta del Barça, con esa tranquilidad habitual de quien se sabe tu verdugo. Pero Víctor dominó su espacio, encaró con valentía el mano a mano ante un futbolista que esa temporada había sido absolutamente determinante y despejó la pelota a corner. Ahí, en ese instante, comenzó a ganarse esa final.
Hubo más, en ese mismo partido incluso, muchas más a lo largo de estos casi 11 años desde que debutara ante el Legia en una previa de Champions, allá por agosto de 2002. Pero ahí supimos que estaba él, y estaba para hacer grande al Barça.

Víctor no quería ser portero, cuentan que lloraba desconsoladamente en su primera estancia en la Masía, no quería asumir el peso de ser el último responsable de los goles encajados por su equipo. Guardameta de carácter adusto, de semblante seguro y desafío elegante. Superdotada fortaleza mental, gigante bajo palos, el más grande en el blocaje y excelente en el mano a mano. Y lo mejor, lo que le hace diferente, incomparable con los pies. Un futbolista de posición, desahogo constante y un alarde de inteligencia y precisión en el pase (elección y ejecución). Nos hemos cansado de admirar la ‘salida limpia’ como búsqueda y recurso constante del Barça y no debemos concebir un portero sin comprensión del juego. Único, marcará un punto de referencia en lo que debe buscar el Barça en sus porteros.
“La imagen perfecta de cómo ha respondido el equipo es que Victor Valdés después del gol ha seguido jugando el balón. Esta es la demostración de su fortaleza y la de este equipo” Pep Guardiola (10 de Diciembre de 2011 tras ganar 1-3 en el Santiago Bernabéu
En Valdés comienza todo. No se si es el mejor portero del mundo, si no lo es está muy cerca, pero lo que tenemos claro es que es el mejor portero posible para el Barcelona. Pensar en un Barça sin Valdés es como pensar en un Barça sin Messi, sin Xavi o sin Busquets. Se ha pasado media vida el club discutiendo con sus adentros, con cada inquilino del área propia. Hasta que llegó Víctor, negó dos veces a Van Gaal y saltó la valla hacia el éxito. Lo ha ganado todo con el Barça, ha saboreado cada relato de la historia más bonita de su club. Ha compartido plenitud deportiva y humana con la mejor generación de futbolistas que ha tenido la institución. Víctor se lo merece todo, es simplemente, el mejor portero de la historia del Fútbol Club Barcelona.