Cuando José Mourinho coge al equipo allá por el verano de 2010, se encuentra con una situación insólita en la historia del Real Madrid. Hablamos de un equipo acomplejado, incapaz de mirar a la cara al máximo rival, atenazado cada vez que se enfrenta a él. El 2-6 y las inferioridad durante toda la era Guardiola permanecen en el imaginario colectivo, sobre todo en el de los jugadores del Real Madrid. Para volver a ser campeones toca cambiar esto.

5-0 mediante, y tras un enorme trabajo del técnico portugués, parecen no existir reminiscencias de aquel agarrotamiento mental, de aquel bloqueo. Primero fue aquella soberbia final de Copa (la mejor ever). Después la liga de los 100 puntos con triunfo incluido en el Camp Nou. Incluso ahora, con un Real en horas bajas y un Barça que lo gana todo en liga, el equipo es capaz de quitarle los únicos dos puntos de toda la primera vuelta a éstos. 
En fin, tras este breve recorrido por la historia relativamente cercana, volvamos al presente, valga la redundancia. Esta temporada las cosas no están yendo demasiado bien, la liga a estas alturas es ya casi una utopía y, lo peor, es complicado elaborar un diagnóstico. De verdad, es complicado de analizar. Francamente, no sé qué ha pasado. Lo que sí pasa es que esto pinta a gran oportunidad para dar un golpe encima de la mesa y dejar claro que ya no nos sentimos inferiores a nadie. Marcar un antes y un después, un punto de inflexión, sobre la temporada y, ante todo, sobre el discurso ganador del Barça respecto a el Madrid, se antoja prioritario.
Agarrándose a la Copa en estos meses sin Champions y sin demasiadas motivaciones en la competición liguera, el equipo parece que recupera sensaciones, sobre todo tras el triple enfrentamiento ante el Valencia y la buena segunda parte contra el Getafe, en el que pudimos ver la versión 2011/2012 de muchos de los jugadores que esta temporada no están a su nivel. 
Hablaba antes del rendimiento de algunos jugadores. Benzema, Nº2 la temporada pasada, sólo parece mostrar su talento a ráfagas, como si el veneno le funcionara cual nitro. Di María, más esquizofrénico que nunca, potencia su capacidad para tomar siempre la decisión mala. Casillas es incapaz de generar un mínimo de seguridad a la zaga. Las bajas de Pepe y Ramos también están siendo determinantes (sobre todo la del primero), a pesar de que Carvalho, Varane y Albiol están rindiendo a buen nivel. Respecto a la campaña anterior, sólo Cristiano Ronaldo y Sami Khedira crecen. 
¿Qué decir de Cristiano? Parece no tener techo, aislado del contexto actual del equipo, es mejor jugador cada día que pasa. Ha rebajado sus cifras goleadoras minimísimamente (aún con todo son escandalosas e inhumanas para cualquier otro que no sea Messi) para dar un paso aún mayor como futbolista. 
Por su parte Sami ha pasado de cumplir un papel secundario a ser el segundo jugador con más impacto en el equipo en lo que llevamos de campaña, al menos en mi opinión. Ha multiplicado su área de influencia y ya deja entrever lo que intuíamos, que es uno de los mejores llegadores del continente. Jugador de 20 goles por temporada si su bota derecha adquiriera algo más de sensibilidad. 
El equipo llega al partido con las bajas de Casillas, Ramos, Pepe, Coentrao y Di María. A esto añadirle jugadores capitales en baja forma, como el caso de Marcelo. Vencer debería inyectar más moral para afrontar la temporada aún si cabe con estos atenuantes.