RESPUESTAS A TODAS LAS PREGUNTAS

Manuel Pellegrini es un gran entrenador, uno de los mejores de nuestro campeonato. Refrendado por su gran trabajo en el Villarreal, su buena Liga con el Real Madrid y, de momento, su labor en Málaga, tiene el gran mérito de hacer a sus equipos muy reconocibles. Cualquier persona que vea unos pocos partidos de cada uno de esos equipos mencionados y conozca al Ingeniero sabrá al momento que ese equipo está entrenado por él. Ya no solo por la disposición táctica, con ese 4-4-2 suyo tan característico, tan sudamericano, con los volantes de delante del balón muy móviles, creativos, asociativos y con tendencia interior, sino por el objetivo a conseguir que busca siempre. Los equipos de Manuel se caracterizan por el desarrollo ofensivo, salida lateral para converger en el medio en zona de 3/4, mucha creatividad y libertad y un gusto refinado por el juego. Quizás por esto, en más de una ocasión sonó para entrenar al Barcelona a pesar de faltarle algo importantísimo para ello: no es un entrenador de juego de posición, lo que supone una gran diferencia con el “Modelo Barça”. Que le pregunten a Riquelme…

El Málaga es un equipo hecho a imagen y semejanza de su técnico, cumpliendo perfectamente las características descritas en el párrafo anterior. Cocinado a fuego lento desde que el ex de Villarreal y Real Madrid se hiciera con el equipo tras la destitución de Jesualdo Ferreira hace dos temporadas, alcanzó este año su punto máximo de expresión, a pesar de la situación económica e institucional y las bajas ligadas a ello. Además, en la Rosaleda es donde muestra su mayor expresión, entrando en comunión con la grada, lo que le ha llevado a noches mágicas como el 3-0 metido al heptacampeón de Europa en Champions o mas recientemente el 3-2 al Real Madrid en Liga. Por todo este contexto no cabía la duda: era partido grande, a priori, de los más potentes del campeonato en su sentido más competitivo y estético. Y no defraudó. 
Comentábamos en la previa que el equipo de la Costa del Sol tiene dos sistemas que usa indistintamente según la salida y zona de incidencia del equipo contrario. En clave Barça esto se resume en tapar el medio y por lo tanto el juego de combinación catalán y sobre todo a Messi, o parar la potente banda izquierda donde el líder de la Liga está sacando tantos beneficios. Como era de esperar, el Málaga se decidió por la primera opción, pero además otorgó muchos matices a su juego que fueron suponiendo un reto constante para el Barcelona y dio lugar a muchísimos detalles tácticos y técnicos que provocaron una primera parte riquísima.
En el fútbol, simplificándolo mucho, hay dos formas de defender: esperar abajo o presionar arriba, sin embargo el Málaga realizó una forma mixta. Para empezar, los locales salieron con una presión muy adelantada llevada a cabo por 3 de sus 4 hombres mas ofensivos en según que ocasiones, e incluso con los 4 llegado el momento. Pero esto no era acompañado por el resto del equipo sino que el doble pivote formado por Toulalan y Camacho se quedaba esperando. A veces si se descolgaba Camacho, pero el francés casi siempre guardaba la posición, casando con su naturaleza. Esto provocó que el Málaga se volviera un equipo muy largo y espaciado y el Barcelona también. Con esto el encuentro fue muy vertical donde lo importante era la técnica y el talento de los jugadores para poder salir de todas las trabas que los rivales se iban poniendo. Era un plan atrevido por parte de un técnico y que el otro recibió con bastante agrado. Los 22 jugadores están capacitados para ello.
El Barça ante la presión adelantada del Málaga respondió con la fórmula ya conocida de Busquets entre centrales para asegurar el primer pase, pero apenas se sacó beneficio del movimiento. En los dos primeros minutos dos pérdidas de Busi y Xavi le daban la razón al Málaga, pero no hacía que los catalanes se pusieran nerviosos, conscientes de la pradera que había a la espalda de la primera línea de presión aunque fuese por unos breves instantes. Breves instantes porque ahí estaba el segundo plan del Málaga que basándose en la fuerza de Camacho para ir hacia delante, el talento de Toulalan y el ímpetu defensivo de Demichelis y Welinton para salir a anticipar y encimar, planteaba una defensa de guerrillas por parcelas, con varios jugadores presionando al receptor del balón. El acierto técnico y la circulación del balón catalán deberían ser altísimos para poder sobrevivir a esto y así fue, alcanzando niveles máximos.
Pero la consecuencia directa de todo esto era que el partido carecía de dominador, lo que personificándolo significa que el partido pasó por encima de Xavi. Al de Terrassa se le vio bien físicamente, ofreciéndose por distintas zonas a lo ancho del campo para dar continuidad a la jugada, para intentar desahogar, pero no lo pudo conseguir. Y es que a estas alturas el hoy capitán blaugrana ya estaba entendiendo mal el partido. Con Busquets tan atrasado en salida el también se retrasó, olvidándose de la zona de mediapuntas donde hoy por hoy debe vivir y buscó establecer un dominio que el partido no quería tener y que él no podía conseguir. No era el partido del control, sino del vértigo. Por eso el Barça encontró otra respuesta en Cesc que si lo entendió todo, ofreciendo un repertorio futbolístico formado por continuaciones rápidas en el centro del campo, capacidad para tener el balón en la frontal, entendimiento con Iniesta y buscar activar el costado derecho con cambios de juego para escapar de la presión. Junto con él también emergió Messi que sin llegar a cuajar un partido de superioridad constante si retrasó muchas veces su posición para poder sacar el balón con continuidad de donde Xavi no podía. Esto se acompañaba con otra variante: Pedro situándose de 9 y dando profundidad con desmarques continuos cuando el balón se encontraba en posiciones lejanas. Además es necesario pararse en este jugador ya que gracias a un gran Alves pudo verse liberado. Es probable que hoy hayamos visto por fin el plan completo de Tito y este viene ligado al 2 brasileño, cuya superioridad física y técnica es imprescindible para poder liberar al extremo derecho. Pedro no solo se situó de 9 cuando Messi se retrasaba, sino que también fluía, se relacionaba con jugadores interiores y con posesiones, participando mucho más en el juego y olvidándose de ser una chincheta a favor de un colectivo. Vilanova le hizo el mejor regalo por la efeméride de los 5 años desde su debút: dejarle jugar al fútbol tan particular de los culés.
El Málaga por su parte también tenía su plan ofensivo. Apoyado en posesiones más o menos largas gracias a las conducciones de sus jugadores más hábiles (Isco y Joaquín) fue donde buscó hacer mas daño. La disposición en ataque posicional formada por el lateral mas el interior mas la caída del delantero a esa banda apenas se produjo porque casi nunca tuvo la oportunidad de establecer esos ataques posicionales, siendo en la izquierda la banda en la que alguna vez si lo intento. La clave eran los mediapuntas, fluidos y alternando posiciones, sobre todo los dos mencionados ya que Eliseu se mantuvo más fijo. Gracias a ellos el equipo consiguió llegar varias veces a la frontal, donde Roque hizo daño relativo obligando a Piqué a volver a hacer otro muy buen partido.
Si la primera parte fue un período de igualdad, de detalles, sin dominio, de respuestas continuas entre los dos equipos a los retos que proponía el rival, la segunda no tuvo historia. Todo empezó con un movimiento ganador de Tito: Iniesta al medio, Cesc a la delantera. El cambio de posición de los dos jugadores fue muy inteligente, ya que por un lado el equipo ganó en control de balón y por el otro Cesc podía machacar a la espalda de la defensa rival con ese desmarque corto tan potente suyo. El plan funcionó muy rápido y el partido ahí se acabó dando lugar a una segunda parte de exhibición culé. Posesiones larguísimas, triangulaciones donde participaban los 10 jugadores de campo y sensación de partido cerrado. Además el equipo ahí ya pudo vivir en campo contrario sin ningún problema y Busquets que ya había hecho una primera parte buenísima aligerando la presión malagueña y en recuperación se coronó definitivamente en la segunda parte. Hoy por hoy es el mejor mediocentro del mundo. El Málaga por su parte notó el bajón físico ligado a la figura de Toulalán y que no podía ni oler la pelota, por eso entraron Iturra y Buonanotte pero ya no había oportunidad de cambiar la inercia y meterse en el partido.
El líder de la Liga ganó un partido muy importante en un campo dificilísimo y con ello cerró la mejor primera vuelta de la historia de la Liga. A partir de ahora vendrán más retos, sobre todo en las otras dos competiciones. Empezando por la Copa el rival volverá a ser el de hoy, el Málaga por lo que la victoria del Barça cobra mas valor aún si cabe. El que golpea primero, golpea dos veces.