La lesión de Xavi (rotura fibrilar en el bíceps de la pierna derecha), en plena vorágine de un debate razonable sobre si el Barça debería matizar su juego en algunas circunstancias o partidos, ha abierto una puerta en forma de alternativa: Thiago.

En principio, el de Terrassa estará de baja unos 15 días así que todo parece indicar que se perderá los encuentros de Getafe en el Camp Nou y Granada en Los Cármenes. Llegaría justo a la cita de la Champions en San Siro (miércoles 20) pero conociendo antecedentes y viendo que se trata de Xavi, se hará todo lo posible para contar con él en tan esperada cita. Para los dos citados partidos de Liga, Thiago se presenta como alternativa más que probable para reemplazarlo en el XI además de ser una gran oportunidad para ver a “Thiago de Xavi”.
En algunos experimentos anteriores, Thiago ha naufragado, especialmente junto a Xavi en la alineación (vs Osasuna en Camp Nou), ya que ambos tienden a querer monopolizar la base y el veterano no se acaba de fiar de entregar las llaves al joven heredero. Un debate paralelo que aquí surge, inevitablemente, es si Xavi debe seguir jugando cerca de la base o asentarse en la media punta. Sin embargo, centrándonos en Thiago, al margen de aparente incompatibilidades a día de hoy, lo cierto es que no está a un gran nivel. El que posee uno de los gestos técnicos más brillantes de la Primera División está teniendo dificultades esta temporada -lesión inicial al margen- en reconocerse a sí mismo. Su partido ante Iturra y el Málaga en la ida de cuartos de Copa sería una acertada alegoría de su temporada actual. 
Pero…Es Thiago. Personalidad y talento no le faltan. Sabemos de su calidad, descaro y amor por el riesgo. Pocos jugadores orientan el pie derecho como él -algo en lo que me recuerda a Ronaldinho-, con esa elegancia. Aunque con la estética no es suficiente. Debe ofrecer apoyos en la salida -algo en lo que tiene que mejorar mucho-, pesar en la gestación de la jugada, dar continuidad al ataque, además de llegar con suficiencia a posiciones de remate cerca de la frontal. Debe, puede y sabe hacerlo. También hay algo importante y que en ocasiones se obvia: su capacidad defensiva, bastante notable sobre todo en el robo. Por eso muchos, entre los que me incluyo, vemos en él a un jugador llamado a hacer cosas especiales en el mundo del fútbol.
Tras el parón por amistosos FIFA, Cesc o Iniesta llegarán con kilómetros y menos días de descanso al encuentro mañanero del domingo. Por ello no es descabellado que uno de ellos acompañe al hispano-brasileño en la formación titular y que Roura/Tito opte por un 1-4-3-3 más estándar -aunque los propios Alexis o Villa también vendrán con carga física en el cuerpo, dejando entrar a Tello en la teórica ecuación-. Tanto con el de Fuentealbilla como con el de Arenys, hay argumentos para pensar que Thiago puede mezclar muy bien.
A sus 21 años ya cuenta con 50 partidos en Liga a sus espaldas, 10 de ellos en la presente temporada. Paciencia, toda la del mundo. Conscientes además de que el propio Xavi o Iniesta se fueron cociendo a fuego lento hasta convertirse en lo que son hoy, madurando semana tras semana, pero a base de ir aumentando su protagonismo. Ese debe ser el camino a seguir para Thiago, que tiene ante sí -si así lo deciden los técnicos- una oportunidad de decir: “aquí estoy”.