SUFRIR ANTES DE SAN SIRO

El partido de ayer se presumía complicado. El Granada, con la llegada de Lucas Alcaraz, había logrado enlazar dos victorias consecutivas contra Deportivo y Real Madrid que le alejaban del descenso. Con poco que perder, el planteamiento inicial fue cerrar los pasillos interiores para entorpecer la circulación de la pelota del Barça.

Pese a unos minutos iniciales un poco flojos, Messi cogió el mando e interpretó a la perfección lo que demandaba el partido: atraer por el medio para lanzar hacia fuera. La aparición de los laterales generó ventajas, pero la imprecisión en el último pase impidió generar ocasiones de peligro, aunque el dominio azulgrana se hacía extensible a los centros de Alves y las llegadas a línea de fondo de Adriano.
El Granada, no obstante, salió valiente y, con un Aranda estelar, supo aprovechar sus ocasiones. Un centro al segundo palo del mismo ex jugador del Zaragoza lo pilló Nolito que, aprovechando que Alves cerró en exceso hacia el centro, dio la asistencia a Ighalo para rematar al fondo de las mallas.
El gol no varió el plan inicial del Barça, que funcionaba y le hacía seguir viviendo cerca de la frontal, con posesiones largas y sensación de peligro. Pero el equipo de Jordi Roura pagó en exceso no materializar sus ocasiones y el partido se fue al descanso con un 1-0 a favor de los locales.
La segunda parte empezó intensa para el Barça, que puso una marcha más, pero fue igual de impreciso. El Granada cerraba bien por dentro y el Barça lo intentó desde fuera del área. El primer remate, de Cesc, lo rechazó Toño a los pies de Messi, que aprovechó para marcar a placer su gol número 300 de toda su carrera, que se dice poco. El segundo, de Pedro, tocó el palo y no fue gol por muy poco.
Roura echó mano del banquillo y entraron Tello e Iniesta por un Alexis fallón y un Pedro desaparecido. Justamente tras la entrada de Andrés, Messi marcó el segundo en un magistral lanzamiento de falta. El Granada, entonces, aprovechó que el Barça ya no tenía a dos delanteros que atacaran al espacio y, con el resultado en contra, avanzó líneas en busca del empate.
Y la verdad es que no le salió nada mal, porque el Barça– que en esos momentos pensaba más en San Siro que en Los Cármenes– sufrió de lo lindo para llevarse los tres puntos. Valdés y el palo evitaron el susto y todo acabó en un aviso. El miércoles empieza lo bueno de verdad.