París siempre tendrá una atmósfera especial. Para cualquier viajero, es difícil resistirse a su inmenso patrimonio cultural y arquitectónico, y su evidente belleza. Allí, en París, a orillas del Seine, con la Torre Eiffel alzándose al cielo, se construye la historia del Paris Saint-Germain desde 1970. La capital parisina no siempre ha sido una ciudad dominante en el fútbol francés. De hecho, el palmarés del PSG es reducido, comparado con otros grandes como OM o Saint-Etienne, pese a tener una masa social e importancia bastante similar. Únicamente cuenta con dos Ligue 1, más allá de 8 Coupe de France, 3 Coupe de la Ligue y, sobre todo, el gran éxito del PSG a nivel de títulos, en los años 90, su mejor época. La Recopa 1995/96. Al año siguiente, el PSG volvió a plantarse en la final de la Recopa, donde perdió ante el Barça. 

Los últimos años son de clara depresión para el PSG. Los ‘parisiens’ bajaron el nivel, y dejaron de luchar por los títulos, no entraron en Champions League, e incluso, llegaron a coquetear con el descenso a Ligue 2 (estando desde 1974, ininterrumpidamente en la élite). Pero la llegada del grupo de inversión catarí, con el ‘sheikh’ Nasser Al-Khelaïfi a la cabeza, cambia radicalmente la situación. Los ‘petrodólares’ han permitido a los parisinos firmar a jugadores de la talla de Thiago Silva, Lavezzi, Pastore, o el jugador insignia, Zlatan Ibrahimovic. El PSG vuelve a ser un club puntero, ha despertado un gran interés y está llamado a dominar el fútbol galo en los próximos años. 

Actualmente, el PSG lidera con sobriedad la Ligue 1, con 61 puntos, 7 más que el archirrival, el Olympique de Marseille, y 8 sobre el Olympique de Lyon. Salvo que se produzca una hecatombe, cosa que visto lo visto parece que no ocurrirá (y más, con la inconstancia de OM, Lyon y Saint-Etienne), tiene pie y medio como campeón. No fue fácil el inicio de temporada para el megaproyecto. El equipo dejaba dudas, por su irregularidad, pese a ser muy superior a la media en L1, y los malos resultados, que provocaron que el PSG perdiera el liderato y cayera eliminado de la Coupe de la Ligue por el Saint-Etienne. Es más, Ancelotti llegó a estar cuestionado. El tiempo dio la razón al técnico italiano, que logró reconducir la situación. Los parisinos aún no son un equipo que parta como candidato real a la Champions, ni es su objetivo. En próximas temporadas, se da por descontado que así será. Deberá intentar ser un ‘outsider’ y llegar lejos. Todo lo que sea pasar la eliminatoria de cuartos, ante un equipo como el Barça, será un regalo caído del cielo para ellos.  
En general, el PSG es un equipo que se siente más cómodo cuando el ritmo es enrarecido, lento. No está construido para dominar, y por eso, ante rivales inferiores en el campeonato francés, sufre. Buenos ejemplos son partidos como los que le enfrentaron a Sochaux, Nancy o Reims. Con el Barça delante, podrá ejecutar su plan ideal de partido. Repliegue, robo y contragolpe. Una de sus mayores virtudes es el juego a la contra, con espacios a la espalda de la defensa rival. Ancelotti ha logrado un sistema defensivo bastante sólido para un equipo en construcción. Y el juego aéreo, con cabeceadores como Alex, Thiago Silva o Ibrahimovic, es otro gran peligro.
El 4-4-2 es el sistema más habitual empleado por Carletto. El entrenador italiano comenzó a usarlo tras la derrota en Niza, y es el que mejor le ha funcionado a este PSG 12/13. Ha logrado darle mayor empaque al colectivo, con el doble pivote, y más comodidad y espacios a Ibrahimovic, con Pastore ‘exiliado’ en la banda izquierda. 
Sirigu es fijo en la portería. Uno de los mejores porteros de la Ligue 1, por no decir el mejor, el cual será una pieza clave para las opciones del PSG de pasar la eliminatoria. El lateral derecho estará, a priori, ocupado por Jallet. Lateral muy completo, profundo en ataque, intenso en defensa, muy de la confianza de Ancelotti por su importancia para el equipo. Es cierto que no ha sido titular en los tres últimos partidos de Ligue 1, pero curiosamente (o no tan curiosamente), sus ausencias han coincidido con algunos de los peores partidos de los parisinos. En cualquier caso, Jallet no es del todo convincente para el más alto nivel europeo. El ‘tulipán’ Van der Wiel compite por un puesto, pero es difícil pensar que pueda ser titular, por su falta de rigor y fiabilidad defensiva. La pareja de centrales, otro de los puntos fuertes del PSG. Thiago Silva es, probablemente, el mejor central de Europa en área propia. Despeja, corta, manda, lidera, saca el balón… El gran pilar defensivo ‘parisien’. A su lado, Alex, central potente físicamente y en el juego aéreo, habitual acompañante. La tercera opción es Sakho, muy dependiente de su poderoso físico y necesitado de contexto ideal para sentirse cómodo. En el lateral izquierdo, el exazulgrana Maxwell, que ofrece un rendimiento más que correcto, será titular (no tiene competencia, más allá del defenestrado Siaka Tiené). Se puede decir que el PSG es un equipo sólido en defensa, por su coherencia táctica y trabajo. Los laterales, eso sí, se presentan como un punto débil a explotar por el Barça.
El doble pivote lo formarían Matuidi y Verratti. El francés, un auténtico portento físico. Su poderío le permite abarcar mucho campo, prácticamente sosteniendo por él sólo al equipo, y a ello le suma una buena capacidad de llegada al área rival cuando se suelta. En cambio, Verratti es un perfil diferente. El jugador con más criterio para la creación desde la posesión, en posicional, del conjunto  parisino. Perfil de ‘regista’ en su Italia natal, Ancelotti le dosifica para no sobrecargarlo. Llamado a ser el sustituto de Pirlo. Recibe, suelta, gira, apoya, distribuye, crea y también tiene cierta capacidad para filtrar pases al espacio. En la presión es intenso y tiene una gran lectura del juego de posición, con lo que suple su falta de físico en fase defensiva. Pareja que se complementa bien, como ya demostraron ante el Valencia. Motta es baja por lesión. 
En las bandas, aparecen jugadores de talento. Partiendo desde la izquierda, pero apoyando siempre en el centro del campo y tirando hacia zonas interiores para aprovechar su talento para ofrecer pases definitivos, el argentino Pastore. Empezó por dentro en los anteriores sistemas de Ancelotti (4-3-3 y 4-2-3-1), pero ahí pisaba la zona de mayor influencia de Ibrahimovic, por lo que no funcionó. Acabó en la izquierda, destino habitual de ‘dieces’ exiliados. Es extremadamente irregular, su gran defecto, frío e inconstante en el partido, aparece a cuentagotas. Si tiene el día, es diferencial, pero es difícil saber qué versión de Pastore se verá ante el Barça. Además, el contexto no le favorece, porque el PSG tendrá poco el balón. En repliegue tendrá que esforzarse para ayudar a Maxwell, siendo un jugador más bien holgazán en tareas defensivas. Por la derecha, un jugador que se acerca más al perfil de banda, recurso en profundidad. Lucas Moura, una de las sensaciones de la Ligue 1 desde su llegada en enero, más explosivo, cuenta con una gran capacidad de desborde, es incisivo por banda y también pone precisos centros. El brasileño llega de lesión y es duda, pero parece que jugará. Ménez, un veloz extremo, que no pasa por su mejor momento, podría ser revulsivo en la segunda mitad, si está Lucas Moura, aunque no es totalmente descartable su titularidad. 
Y en punta, el jugador estrella del PSG. Zlatan Ibrahimovic, que finalmente jugará también la ida tras ser “indultado” por la UEFA. El futbolista que le da sentido a la transición ofensiva parisina. Es activo en muchos metros, retrasa su posición hasta influir cerca de la base, donde recibe y aprovecha su juego de espaldas para mover al equipo. Pastore le ayuda en corto, Lucas Moura es recurso de profundidad, Lavezzi le ofrece infinitas rupturas por delante. Y por supuesto, es habitualmente el condicionante diferencial en los partidos del PSG. Mantiene su conocida capacidad goleadora, que ha decantado muchos encuentros, el talento y la técnica. Seguramente, querrá redimirse de su fracaso en el Barça. A su lado, el argentino ex-Napoli, Ezequiel Lavezzi, un peligro constante por su velocidad al espacio, siempre ofreciendo rupturas y desmarques por delante. Gameiro, delantero con buenos movimientos en área, muy intuitivo, que aprovecha muy bien los pocos minutos de los que dispone, es posible relevo con resultado adverso o partido avanzado.
Posible XI PSG (4-4-2): Sirigu; Jallet, Alex, Thiago Silva, Maxwell; Verratti, Matuidi, Lucas Moura, Pastore; Ibrahimovic, Lavezzi
Ancelotti podría regresar al 4-3-3, que ya utilizó durante algún tiempo esta temporada, para cerrar el centro del campo, tener más seguridad en el repliegue y salir al contragolpe. La defensa se mantendría igual, con Sirigu en la portería, Jallet en el lateral derecho, Alex-Thiago Silva en el centro de la zaga, y Maxwell como lateral derecho. 
En el centro del campo, un trivote, formado por un pivote posicional y dos interiores de perfiles y funciones diferentes. Tanto Verratti, por lectura táctica, como Matuidi, por capacidad física, podrían asumir el rol de ‘5’. Parece más indicado para Verratti, ya que es su posición natural. El joven italiano tendría que asumir ahí máxima responsabilidad defensiva, en la zona de mayor talento del Barça. Su inteligencia posicional y lectura táctica el avalan. A sus costados, dos interiores. Matuidi estará sí o sí. Su físico le permite ejercer funciones de ‘box-to-box’, morder en la zona de creación rival, contener en el medio y pisar área rival si se le presenta la oportunidad de liberarse. En el otro interior, por sorprendente que parezca, podría jugar Beckham. El inglés, por su precisión en los pases largos y brillantez técnica, es un complemento ideal para aportar criterio con la posesión y ser el lanzador de los contraataques. Chantôme, interior trabajador, con mayor aportación ofensiva que defensiva, también útil con balón, es otra opción. Incluso Pastore tiene posibilidades (remotas) de entrar en este sistema, en el centro del campo, posición en la que ya jugó en su momento y en la que nunca se acomodó.
Por delante, un tridente de ataque. El principal problema que plantea es que se tendría que caer una de las estrellas de arriba. Es decir, Pastore, Lavezzi o Lucas Moura. Si el brasileño está al 100%, el que más opciones tendría de ser el ausente en el once es Pastore, que no termina de cuajar en el PSG. Lavezzi desde banda izquierda, Lucas Moura desde la derecha, e Ibrahimovic en punta de ataque. Ménez tiene bastantes más opciones de ser titular en el 4-3-3, por ser el perfil más adecuado para actuar de extremo y aprovechar espacios al contraataque.
Posible XI PSG (4-3-3): Sirigu; Jallet, Alex, Thiago Silva, Maxwell; Verratti, Matuidi, Beckham; Lavezzi, Lucas Moura, Ibrahimovic