ESPECIAL FINAL CHAMPIONS LEAGUE. ECHTE LIEBE

Por Jordi Iglesias, Chopi

Amor verdadero. Es el significado de Echte Liebe en alemán, uno de los lemas más populares del Borussia Dortmund. Una institución que como pocas en el continente logra una comunión total con su numerosa y fiel afición. Que trasciende más allá de resultados, dinámicas y circunstancias. Un club que de la mano de Jürgen Klopp, su histriónico y pasional técnico, ha alcanzado en su quinto año al frente la Final de Champions. Algo prácticamente inimaginable para la comunidad borusser, que no hace tanto tiempo estuvo a punto de ver, sufrir y vivir cómo su equipo desaparecía.  

Los de Jürgen Klopp han llegado a la última parada del viaje dejando muy buenas sensaciones a lo largo de la Champions. Tras quedar primeros en el grupo de mayor dificultad sobre el papel (Real Madrid, City y Ajax) y superar al Shakhtar Donetsk en octavos con un gran partido de vuelta en el Westfalenstadion, tuvieron que verse las caras ante el sólido y aguerrido Málaga de Pellegrini. A pesar de que en La Rosaleda merecieron más, el partido de vuelta se les atragantó y sintieron, por primera vez de verdad, cierta presión a ganar. Es el miedo a sentirse favoritos en una competición que no entiende de romanticismos. Pero después de un final tan imprevisible como sorprendente, el Dortmund acabaría alcanzando las semifinales… ¡Por primera vez en 18 años! Allí aguardaría uno de los principales favoritos, el Real Madrid. La ida en Alemania fue la gran noche de Lewandowski con sus 4 goles para la posteridad y un tremendo roto en la zaga merengue. Uno de los mejores partidos de la era Klopp por intensidad, colocación, velocidad y precisión en uno de los escenarios más importantes ante uno de los rivales más complicados. Sin embargo, a pesar del colchón ganado con merecimiento en su hogar, el Bernabéu y su mística pondrían el resto para añadir emoción hasta los últimos minutos de la eliminatoria. No fue suficiente. El Borussia Dortmund se convertía, con total merecimiento, en finalista. Tendría derecho a intentar lograr su segunda Champions League.
Si bien esta temporada han alcanzado el último escalón, cabe destacar que la andadura del equipo en la Champions 2011/12 fue muy discreta y tremendamente alejada de las expectativas. No pasaron de la fase de grupos. Este año, el conjunto de la Westfalia sí ha alcanzado la madurez competitiva necesaria para rendir en el continente y, además de trabajarlo y hacer méritos sobre el campo, ha contado con la inestimable fuerza de ese azar que es tan necesario para cumplir los sueños. Esos pequeños detalles incontrolables. Aunque no podemos negar que el doble campeón de la Bundesliga, Champions al margen, se quedó pronto a bastante distancia de un Bayern a la postre campeón de la Bundesliga y tampoco pudo reeditar su triunfo en Copa. ¿Adivinen por qué? Sí. El Bayern les eliminó. Unos bávaros que serán el rival a batir el sábado 25 en la Catedral del fútbol británico.
Una vez contextualizado cómo llega el equipo, es tiempo para desgranar línea por línea al actual Borussia Dortmund y ver su personalidad futbolística a grandes rasgos.

Klopp ha construido un equipo a partir de una base de jugadores jóvenes que aún con matices, se organiza a partir de un habitual 1-4-2-3-1/1-4-4-2 con el que es capaz de dominar los partidos llevando la iniciativa con balón o expresarse como un firme y vertical equipo reactivo, que disfruta en transición. En esta última versión el BVB alcanza seguramente su mayor expresión y contundencia. Son capaces de recuperar la pelota rápidamente tras pérdida fruto de una gran presión y despliegue físico. A ello le suman mucha velocidad y movilidad cuando tienen la posesión. Ritmo vertiginoso no exento de precisión. Como demostró ante el Real Madrid en la fase de grupos y posteriormente en semis, puede adaptarse perfectamente a un ritmo de partido muy alto y a un juego muy directo, con una referencia arriba como Lewandowski capaz de bajar balones en condiciones y mezclar apoyos en corto con rupturas que generan espacios para la línea de mediapuntas. El polaco es un gran delantero, muy efectivo y decisivo para el colectivo sin ser un goleador puro -más allá de que las impresionantes cifras inviten a pensar lo contrario-.  Robert es un futbolista que sabe jugar de verdad, referencia para descansar y asociarse. Un delantero que es a día de hoy, en su estado de forma y condiciones, impagable. 

En portería Weidenfeller es sinónimo de veteranía y una dilatada carrera como profesional. Guardameta de bastantes garantías, es a priori de las piezas menos fiables del equipo en relación al resto. Su Champions está siendo magnífica y apenas ha cometido esos errores que de vez en cuando dejan helado al espectador. Llega pletórico de confianza. En defensa, dos centrales que son la envidia y admiración del viejo continente, Subotic y Hummels se complementan a las mil maravillas. Inteligentes en la colocación y anticipación, con recursos para salir en corto y en largo. Son ambos poderosos en el juego aéreo. El serbio es más expeditivo y contundente aunque bastante correcto con el balón. Su acompañante germano es la elegancia pura, el sabor añejo de un fútbol de otra época. Aunque con tendencia a cometer errores de bulto por su -presumiblemente- exceso de confianza en sí mismo. No es demasiado rápido pero lo suple con inteligencia. Su partido de vuelta ante el Madrid demuestra una grandeza que invita a pensar que estamos ante uno de los mejores centrales de Europa. Su capacidad para batir líneas de presión en conducción o con un bello desplazamiento en largo es pura poesía. Domina ambas piernas y juega de CT zurdo, un perfil que suele escasear en el fútbol actual. En el banquillo tienen para esta posición al brasileño Felipe Santana, que no tiene ni la calidad ni glamour futbolístico de Hummels pero de gran potencial aéreo. También es menos agresivo que Subotic en la marca. En los laterales Piszczek y Schmelzer son muy sólidos, capaces de subir con criterio en ataque, especialmente el polaco, que se asocia a la perfección con su compatriota Blaszczykowski (Kuba). En un equipo que es capaz de transitar mucho y realizar un gran despliegue físico, sus dos laterales son fundamentales tanto para dar apoyos en ataque y ofrecer salida por banda como para frenar a los rivales.  No es extraño verles correr arriba y abajo sin parar. Dos laterales de largo recorrido. No se suelen llevar los adornos y flores pero son valores muy seguros y competitivos.
El Dortmund suele defender muy arriba, mucho más cerca de medio campo que de área propia. Invita al rival a caer en la trampa del fuera de juego y su posicionamiento y lectura es fundamental para tratar de juntar al equipo arriba. Robar en anticipación y encontrar a los centrocampistas/mediapuntas para atacar con vértigo y verticalidad constituye uno de los buques insignia del equipo de Klopp. 
En el centro del campo Gündogan surge como jugador clave. Puro talento en la distribución, es el jugador sobre el que recae la responsabilidad de marcar el tempo cuando tienen el balón. Técnicamente exquisito, va mejorando en capacidad de sacrificio y roba cada vez más balones. Domina las dos piernas, algo que le permite apoyar con facilidad por ambos lados y cambiar de sentido en ataque a su antojo. Su rendimiento ofrece dudas razonables en cuanto a constancia y falta de experiencia pero está ganando enteros semana tras semana. A su lado pueden jugar tanto Kehl, el capitán y jugador que lleva más tiempo en la plantilla y Sven Bender. Ambos serían activos más defensivos que compensarían al alemán de origen turco. La pareja Bender-Gündogan es la que presentaría sobre el papel mayor potencial ya que técnicamente Kehl es inferior a Sven y, además, no tiene ya esa chispa física ni lozanía. Pero sus tablas pueden ser importantes según evolucione la Final. Kuba es un fijo partiendo de la derecha y muchas veces interioriza su posición para dejarle todo el carril libre a Piszczek. Este movimiento, nada baladí, tiene una doble consecuencia: además de permitir al lateral subir y generar amplitud, le permite juntarse bien con la línea de medios (como tercer centrocampista), bien a Reus y Götze. El polaco es un seguro de vida en sacrificio y perseverancia. Martillo pilón. 
Reus y Götze, dos de las Joyas de la Corona del fútbol continental, son como Zipi y Zape: imprevisibles, traviesos y temibles cuando se asocian y mezclan. El primero suele partir desde la izquierda mientras que al otro se le deja la mediapunta. El intercambio de posiciones ahí arriba fruto de la movilidad de ambos es una de las claves para entender muchas de las ventajas que genera el equipo de la Renania del Norte-Westfalia. Götze es el jugón por antonomasia, la magia y el talento. El 10 que se mueve como pez en el agua entre lineas. Tiene la pausa de los elegidos y una visión de último pase prodigiosa. Su presencia ante el Bayern -su próximo equipo, por cierto- está en duda debido a la lesión que sufrió en semifinales. Si no llega a tiempo y en condiciones, le sustituiría Grosskreutz, todo pundonor y corazón pero lejos de la exquisitez técnica de Mario. El equipo perdería capacidad de sorpresa, improvisación y calidad ofensiva pero ganaría mayor empaque defensivo y tendría a un jugador que ayudaría mucho en izquierda a Schmelzer, ejerciendo en no pocas ocasiones y en la práctica de doble lateral. Algo que ya ha empleado Klopp estas temporadas en algunos partidos. La posible baja de Götze, además, desplazaría a Reus de la izquierda a la mediapunta. Un Reus que es rapidísimo, pura verticalidad e imparable con espacios. Cuando tiene unos metros por delante sin ningún rival demasiado cerca, acelera con la portería como destino para bien terminar definiendo, bien asociarse con sus compañeros. Un apartado el de la asociación en el que progresa cada vez más. No es un jugador nada egoísta y muchas veces podría él mismo rematar las jugadas. El principal ‘pero’ que observamos en él es su carácter, algo frío y que le hace en ocasiones irse de los partidos y pasar demasiado desapercibido para la calidad que atesora. Con o sin Götze, es un futbolista vital para agujerear zagas contrarias. 
Y volvemos al futbolista por el que empezamos. Robert Lewandowski. La referencia más adelantada será el termómetro ofensivo de un equipo que ha hecho de la valentía y el descaro dos marcas registradas. 
El Dortmund es, por tanto, un equipo muy joven y peligroso en tanto que domina casi todos los registros y por el talento que atesora en todas las líneas. Superada la incógnita de saber si competirían a la altura de lo exigido en las rondas más crueles y definitivas de la Champions, ya solo les queda el último paso. Y no partirán como favoritos. En términos generales es una plantilla que echa en falta algo más de experiencia y sustitutos de mayor calidad pero a un solo partido, todo es más factible. El mejor XI titular posible del Borussia es una maravilla que se articula a partir de una preciosa columna vertebral formada por Hummels-Gündogan-Götze-Lewandowski. 
Jürgen Klopp, el artífice de esta obra durante el actual quinquenio, ha irradiado mucha personalidad y confianza a cada uno de sus jugadores. Creen en él. Cree en ellos. El técnico alemán expresa a menudo que quiere sentir además de ganar. Un tipo para el que el fútbol es algo más. Pasión y juego. Su lectura de partidos y eliminatorias está siendo muy notable y su valor cotiza al alza en Europa. No podríamos entender a este Borussia Dortmund sin el carácter ni ideas de Klopp, que ha sabido reinventar y matizar al equipo a pesar de las bajas año tras año. Una evolución cocinada con delicadeza, dedicación y cariño que les ha llevado hasta el mágico templo de Wembley. 
Ilusión, además de fútbol, no le faltará a un equipo que se sentirá más que arropado por una de las mejores aficiones de todo el continente. Un equipo que dentro y fuera de sus fronteras ha logrado trascender, transmitir, entusiasmar y llegar a nuestros corazones. Pase lo que pase. Que llevará Die Gelbe Wand (el ‘Muro Amarillo’ de la única y famosa Südtribüne) hasta Londres.

Echte Liebe. Amor verdadero.

Y recordad que hoy publicamos dos posts más de cara a la final de la UCL:

-ESPECIAL FINAL CHAMPIONS LEAGUE. RECUPERAMOS: EL ÚLTIMO REGALO DE VAN GAAL 

-ESPECIAL FINAL CHAMPIONS LEAGUE. MARIO GÖTZE: LEER ENTRE LÍNEAS