ESPECIAL FINAL CHAMPIONS LEAGUE. JÜRGEN KLOPP: PASIÓN

Por Jacobo Cerdido

Cuando por fin se alcanza lo que durante tanto tiempo se ha soñado, solo se puede vivir con la máxima intensidad posible. Saboreando cada instante, siendo consciente de la enorme suerte que tienes por disfrutarlo, paladeando los momentos buenos y acortando los momentos malos. Esto es lo que hace Klopp desde que el destino, y su propio trabajo, le han llevado a uno de los históricos de Alemania para participar de una gloria que antes solo podía rozar con la punta de los dedos comentando el Mundial del 2006 para ZDF.


Auténtico Pater Familias del colectivo, su manejo del mismo trasciende a las labores de un entrenador. Es la personificación del club y el faro de unos jugadores a los que le gusta verlos tan juntos en el terreno de juego como fuera del mismo. Y como guía, su pasión y modo de ver el fútbol lo ha trasladado a su plantilla. “Es un juego” suele repetir, aliviando las cargas de sus jóvenes e incipientes estrellas. Esa es la clave del éxito borussier: la confianza que muestran por la pasión de su entrenador; la motivación que les hace creer que pueden ganar, porque en un juego siempre ha de haber un vencedor.
¿Y la táctica? Tácticamente Klopp es uno de los punteros. Partiendo de su móvil 4-2-3-1 maneja recursos suficientes como para contragolpear con una cadena de pases al primer toque y mucha intensidad, para dominar en ataque estático, plantar su defensa a medio campo o saber sufrir en un repliegue mas cercano al área. Sabe cuando debe ser superior y cuando es consciente de que su equipo debe adaptar más cosas para enfrentarse a un rival de más nivel. Pero en la Final de la Champions, antes que la táctica hay muchos aspectos, y Jürgen los maneja casi todos. Puede no ganar, pero no va a perder.