“Cuando Koeman tiró la falta esa, mientras el balón iba por el aire, me pasaron todas esas ideas por la cabeza. Eso es lo más grande de ser feliz: La Copa de Europa

J (Los Planetas)

Tres meses y quince días cumplía Neymar da Silva Santos Júnior cuando Ronald Koeman traspasaba la línea de la primera vez. Seguro que buena parte de los más de 300.000 habitantes de Mogi das Cruzes vivieron el momento como un hecho poco más allá de lo anecdótico. Quizás alguno pensaba en jugar un día en el equipo que había revolucionado el fútbol. El Dream Team de Cruyff golpeaba, por aquél entonces, los asientos más puristas del balompié.

Veintiún años después aquél niño que tomaba sus primeras bocanadas de aire ha decidido que quiere jugar aquí, con los mejores, con quien le apetece. Viene para hacerse grande entre los grandes. Lo tiene todo –como efectivo individual- para ser una leyenda, ahora lo tendrá todo –como efectivo plural- para unirse a los que ya han conseguido serlo. Si Neymar entiende que con ellos -sobre todo con él- puede subir a lo más alto, pocas dudas quedan de lo que puede ocurrir.

Él, Leo Messi, el futbolista más grande que hemos vivido muchos con consciencia y continuidad, ha dado al FC Barcelona los mejores momentos de su historia. Son muchos los que pusieron su talento y sacrificio para que el rosarino llegase a ser lo que es, el mejor futbolista del planeta. Rijkaard, Ronaldinho, Guardiola, Xavi, Iniesta han proporcionado a Leo su magia, su esencia y su mejor fútbol y este ha sabido recogerlo y aprovecharlo. Mezclado, ha quedado lo que hemos vivido estos últimos años. Ahora le toca a Neymar absorber de su entorno para darnos lo que nos queda por vivir.

Comienza una nueva etapa, comienza una nueva era, transitamos por la antesala de lo que puede ser un éxtasis futbolístico. Dicen algunos que el fútbol es una cuestión de fe, que se resume en un estado de ánimo. Neymar y Messi, Messi y Neymar son hoy más que una cuestión de fe. Son el presente desgarrador de un deporte que traspasa la lógica y desata los sentimientos más viscerales del ser humano. Quédense para verlo, quizá el próximo mayo en Mogi das Cruzes, un gol en la final de la Copa de Europa no se quede en una simple anécdota y pase a ser lo más grande de ser feliz.