NO TE PUEDO ESPERAR


Pepe Mel es de esos entrenadores que cuando enfrenta a los grandes, opina que lo peor que te puede pasar es caer goleados y llevarte 0 puntos, es decir el mismo botín que perder por la mínima. Y contra el FC Barcelona lo ha cumplido a rajatabla, incluso cuando jugando en 2ª División, la Copa del Rey lo cruzó en el camino de aquel equipo deslumbrante comandado por Pep Guardiola.

No me gustan los ejercicios adivinatorios y menos caer en esos análisis tan habituales en los que parece que hasta cualquier leve suceso parece programado por el entrenador, por esa manía nuestra de encontrar causalidad en la casualidad, y señalar cualquier mínimo hecho, como la clave del encuentro, por aquello del ‘efecto mariposa’ y nuestro recurrente ‘ya lo dije yo’.
Pero si algo se desprende de la etapa de Pepe Mel en el banquillo bético es del conocimiento de los límites de su plantilla, y lo que puede aportar cada una de las características de los jugadores de los que dispone. Y no imaginando, sino analizando envites pasados se desprende que el Real Betis, no va a esperar al Barça, y no por un ataque de valentía, sino porque no está preparado para defender cerca de su área al equipo blaugrana. El eje central helipolitano nunca sostuvo a Leo Messi en campo propio y los laterales han sufrido siempre a sus espaldas cuando el Barça en una de sus habituales maniobras de distracción, te amenaza por dentro para matarte por fuera. 
Sin embargo, los verdiblancos siempre han hecho pasar malos ratos tanto a los de Pep como a los de Tito, son de esos equipos, que cuando los buscan arriba los convierten en discontinuos, porque no sólo roban sino que alargan los ataques y acaban ‘picando’. Y eso que les alarguen los ataques al Barça no le gusta, es como herir su orgullo donde más le duele. 
Aquí es donde andará la disyuntiva de Mel, el Real Betis es un equipo que ha ido mutando desde la temporada del ascenso, un juego altamente asociativo, ha ido dejando paso a una verticalidad extrema, que desemboca en partidos muy abiertos, por la imposibilidad de juntar efectivos a tan alta velocidad. El técnico madrileño, está llegando a juntar hasta 4 jugadores por delante de los medios con clara vocación por coger el camino más corto hacia la portería, Pabón, Castro, Juankar, Campbell o Vadillo, suelen ser últimamente los elegidos para completar a la habitual pareja Cañas-Beñat; velocidad, verticalidad y riesgo, ante un Barça que en el intercambio de golpes seguramente salga vencedor, no sólo contra el Betis, sino contra casi cualquiera que encuentre por delante.
¿DONDE QUEDAMOS?
¿Donde encontrará el Betis la pausa? ¿Cómo conseguir evitar un continuo ir y venir tan poco deseado?
Haciendo un símil, seguramente la ‘salida’ ideal será tomarse la primera en casa de Beñat y terminar la fiesta en casa del que hasta ahora no hemos nombrado, y debe ser hombre importante en el envite, Jorge Molina.
En estas temporadas en Sevilla, la delantera bética ha tenido un nombre propio, Rubén Castro, jugador excepcional, excelso en la definición y con una sensibilidad para elegir el desmarque correcto de primer nivel. Pero siempre tuvo un gran aliado y no siempre fue reconocido, y este es el delantero alicantino. Jorge ponía la casa para el guateque, aunque el que se ‘ligaba al pibón’ era el canario.
Y me gustaría detenerme en este punto. La pausa, si el Betis quiere tener opciones de puntuar en Can Barça la necesita, y Beñat-Molina tienen la capacidad para ser las paradas. Tomarse la primera en casa del vasco (asegurar primer pase, juntar Barcelonistas y llevar el balón a zonas descargadas) y acabar la fiesta en casa del alicantino (asentarse en la frontal, esperar compañeros y juntarse para la pérdida y poder presionar tras ella, evitando el intercambio de golpes), y ahí, Molina es uno de estos 9 que por esto de las modas de copiar al ganador casi nos cargamos, y que espero que Falcao, Lewandowsky u otros grandes nos hagan recordar, que no hay mejor moda que juntar a los buenos, así como a los que se hacen mejores entre ellos.
Jorge recibe de espaldas, retrasa la línea defensiva rival, domina la disputa aérea, atrae defensores para liberar compañeros de cara y los junta a todos en su ‘casa’ como buen anfitrión. 
Mis preferencias quedan claras, veremos la apuesta de Mel, noche de carreras y adrenalina con los bólidos de Pabón, Campbell y compañia, o noche tranquila en casa de Jorge.