1×1: LEO MESSI Y ABIDAL


Leo Messi

Leo Messi ha sido la personificación de su propio equipo: el F.C. Messi. Ese es el resumen más acertado para calificar lo que ha sido la temporada del argentino y su ascendencia sobre el juego: lo ha sido todo, aunque de forma diferente. Empezó el año siendo el eje central del equipo, con extremos abiertos que le limpiasen marcas y esfuerzos y pudiendo bajar a iniciar juego siempre que quisiera.

Según evolucionó el equipo su rol se modificó y pasó a jugar con un 9 delante que le diera metros a los centrales y alejándose algo de la iniciación del juego. Pero sea como fuere, el resultado era siempre el mismo: que el todo fuese la suma de una parte, la del argentino. El invento dijo basta a la vez que su bíceps femoral, pero le dio tiempo para sumar una Liga histórica.

El asunto es que a pesar de esto, ha sido el primer año de Messi, tanto futbolista como Dios que no ha mejorado. La frenética evolución que había mostrado el argentino hasta la fecha se interrumpió este año, como si fuera una continuación masticada de lo visto por Pep un curso antes. Exigido por sus compañeros, entrenador y rivales, su perfección bajó un puntito, solo un puntito, pero que fue suficiente para que el resto de sus compañeros no dieran lo suficiente: sin la ventaja que Messi da por si solo, se vieron las costuras al resto. Por eso, a pesar de que su temporada fue estratosférica, no fue suficiente para pelear por todo, que es a lo que se debe aspirar cuando tienes al mejor.

Eric Abidal

Valorar la temporada de Abidal va mas allá que analizar estadísticas, disponibilidad, momentos de forma o cualquier variable que utilizaríamos en el análisis de cualquier otro jugador.
Porque Abidal es único. Cuando hace un año sufrió un trasplante de hígado muchos creían que la carrera profesional de Abidal tocaba a su fin pero tras luchar primero por su vida y salir airoso del envite, Abidal se empecinó en volver a pisar el verde del Camp Nou. Y aquí vienen las palabras que traspasan cualquier análisis: LO CONSIGUIÓ. Lo escribo con mayúsculas porque no veo otra manera de mostrar mi admiración por el trabajo, empeño, sacrificio, esfuerzo y amor a su profesión que ha demostrado Abidal. El “22” volvió a jugar el 7 de Abril cuando entró al campo en el minuto 69 del partido Barça-Mallorca. Desde ese día Abidal jugó 192 minutos repartidos en 5 partidos en los que jugó bien y se le vio seguro, aunque no le hayan servido para ganarse una renovación que parecía hecha, al final las dudas sobre su estado físico pesaron mas que el componente emocional en un hombre que está convencido de que puede seguir jugando y recuperar su nivel. Yo le creo, Abi me ha demostrado tantas cosas a lo largo de su carrera  que me es difícil no confiar en él.
Abidal se ha convertido en leyenda gracias al tesón de un hombre que ha luchado contra su destino y que siempre estará en el corazón de todos los barcelonistas. Sin más sólo me queda decir: MERCI ABI.