DESPUÉS DE LA ESPAÑA DE XAVI Y XABI

Aunque hoy regresen los reproches, es difícilmente discutible que el trabajo de Vicente Del Bosque al frente de la selección española ha sido extraordinario. De principio a fin. No entró bien y algunas decisiones ha costado asimilarlas, pero si no se entiende el nacimiento de esta generación inolvidable sin Luís Aragonés, tampoco se puede entender que el ciclo se haya prolongado durante, por el momento, seis años, sin la figura de Del Bosque . Hermanado con el Barça de Guardiola, aunque con demasiada y molesta frecuencia se intente defender lo contrario, lo cierto es que el proyecto de Vicente ha sobrevivido al ciclo de Pep. «Perdió» antes el Barça que la selección.

Del Bosque se adelantó al declive de Xavi, y seguramente lo hizo sin saberlo. Al seleccionado le va el doble pivote. Le ha ido siempre. Y ante la oportunidad de alinear juntos al azulgrana Busquets y al madridista Xabi Alonso, dudó muy poco. La primera consecuencia fue que Xavi adelantó una línea, perdiendo peso en la base, enfocándose más al último tercio y, muy importante, con un hombre más a su espalda para sostener la transición defensiva de un equipo al que se le abría la posibilidad de perder el balón. Así ganó Mundial y Eurocopa.

A esta Copa Confederaciones llegaba sin el mediocentro madridista y con el mismo Xavi. Sin otro Xabi Alonso -porque Javi Martínez con balón es otra cosa- Del Bosque le dio una vuelta al invento. El estreno no pudo ser mejor. Impresionó ante Uruguay con una de las mejores actuaciones en la historia del combinado. A Xavi se le siguió negando la base y el ritmo, otorgándole un rol tan secundario que seguro que al egarense le duele. La base fue para Iniesta y el ritmo el de Cesc.

Hasta que unas molestias hicieron parar a Fábregas. Xavi quiso volver a mandar y el seleccionador le dejó, creyendo, seguramente, que sin ser la mejor solución no tenía otra. Y atención, porque si bien es cierto que el futuro parece pasar por que Cesc se imponga a Xavi, los problemas físicos suelen visitar al de Arenys mientras el de Terrassa es un especialista de los 60 partidos al año. Xavi no se rinde.