VENIR DEL PASADO PARA SER EL FUTURO: LOS RETOS DE TITO VILANOVA

Tito Vilanova tiene ante sí uno de los mayores retos profesionales de los últimos tiempos en el mundo del fútbol. El técnico ampurdanés tomó el relevo de Pep Guardiola en un contexto muy particular que justificó todas y cada una de sus decisiones. Para él, que no pasaba de ser el segundo entrenador de Pep, tomar según qué medidas, era imposible mandar sin antes conseguir algo de jerarquía y fuerza dentro del club. Era el entrenador, pero no pasaba de ser realmente un desconocido al que le había caído ese equipo sin experiencia previa alguna ni legado propio dónde agarrarse (Pep entrenó al filial y su figura trascendía ya del novato entrenador, fue capitán y santo y seña del club a lo largo de los 90 y principios del S. XXI). Así que ser conservador y conseguir la aprobación del vestuario era el único camino posible si quería sobrevivir como entrenador más de una temporada.

Una vez contextualizado brevemente la situación de Vilanova analizamos las primeras decisiones del entrenador en la temporada de su debut. Muchas de ellas quien escribe no las comparte, pero la gran mayoría no solo tienen una razón de ser, sino que en su contexto son acertadas.

Por partes:

Tito sabía que Xavi 2012 fue el principio de la decadencia lógica del egarense. En el fútbol como en la vida la edad no perdona, y el tótem del fútbol control de can Barça empezó a languidecer, haciendo peor a su equipo futbolísticamente. Su figura es exponencial, el representante de una manera de ver el juego y quien encabezó el mejor Barça de la historia. Echarle a un lado no era posible. Pep no se atrevió ni quiso, menos podía hacerlo el heredero.

La primera medida fue darle importancia en el equipo. Seguía siendo su equipo. En líneas generales el once tipo era parecido al de la temporada anterior, con la presencia de Cesc como falso 9, Alba como carrilero izquierdo y Mascherano como acompañante de Piqué en los muchos partidos que Puyol no estaba.

Pero a un equipo con serios problemas en transición defensiva y con un Cesc que no terminaba de hacerse en el equipo Tito demostró en el día que se ganó la Liga qué él era entrenador. Song fue un parche como central con las bajas de Puyol y Piqué en una buena parte de la primera vuelta y fue un absoluto desastre. Song, por si a Zubi le quedaba alguna duda, no era central ni era posible situarle allí si se quería competir. Tito entonces se la jugó por el experimentado Adriano. Lateral con velocidad y experiencia con un grave problema, es de los mejores amigos del personal sanitario del club. Ante Mourinho y ante el Madrid fue una decisión muy acertada. Sorprendió a todos y sus piernas corregían y corregían los desaguisados propios de una defensa sin centrales y con 3 laterales en el once.

Como decíamos y contextualizamos. Tito fue conservador, en caso de duda la experiencia y la jerarquía de los pesos pesados se apoderaba. Alves titular aunque no estuviera en buen estado, Xavi titular, Mascherano titular a pesar de los errores…

Tras el 2-2 ante el Madrid y con la Liga semiganada Tito se atrevió a dar forma al que se intuía era su equipo. Cesc en la base, Iniesta en la izquierda y Xavi expulsado de la base. Nacía el Barça vertical, el de las transiciones. Correr riesgos para atacar y generar más e imponer su calidad arriba. Tener a Messi permite al entrenador hacer cosas que de otra manera ni se contemplarían.

Vimos al mejor Cesc en Can Barça, se explotó lo mejor de Alba y Xavi, con menos peso futbolístico, podía seguir aportando sus destellos en una zona más avanzada.

Llegó diciembre, llegó la recaída en la enfermedad de Tito y cayó todo hasta dónde todos sabemos.

En el camino Montoya y Bartra tenían pocas oportunidades en beneficio de los pesos pesados. Thiago no progresaba un ápice ni disponía de los minutos qué él creía merecer y se volvió a la idea original. Xavi en la base, Cesc fuera del equipo si no era como falso 9 y a intentar recuperar las esencias del 2011.

Los resultados ahí están, una Liga de récord con dos meses de gran juego y la demostración que Tito cuando entrenó sin tener en la cabeza otra cosa que el fútbol tenía ideas.

Pero esto es el Barcelona y lo que le sirvió nada más llegar ahora seguramente ya no.

En este camino la botella ancha que dejó Pep para unir el Mini estadi del Camp Nou se ha ido cerrando. Con Tito no debutó ningún canterano en partido oficial y las jóvenes promesas no tuvieron apenas oportunidades para demostrar su valía. La gestión con estos chicos es importante. Uno de los legados de Pep fue el mensaje potente que transmitía el club cuando debutaba y asentaba a un chico del filial en el primer equipo. Si Tito no quiere ir perdiendo este mensaje tiene ante sí un gran reto. Y es, entendiendo su conservadurismo, abrir la puerta para que vayan entrando.

Xavi Hernández tiene 33 años, serán ya dos años en decadencia y los últimos resultados nos indican que él ya no es lo que fue. Su figura en el club es poderosa. Echarle ni es una opción ni sería la solución. Los grandes, aunque estén mal, siguen teniendo grandeza.

La carta Neymar

Integrar a Neymar y adaptarse, en parte, a él. El brasileño es la puerta de par en par para tomar decisiones. El principal reto de Vilanova será adaptarle y potenciarlo junto a Messi, y conseguir que los demás bailen a su ritmo. No es fácil, juntar dos egos de estas características no es sencillo. Y en el equipo de Messi renunciar a Neymar potenciado para evitar problemas es una decisión muy fácil de tomar. Tito no puede no hacer nada. Es demasiado bueno y el potencial demasiado alto para no buscar sinergias.

Competir. Se ganó la Liga pero se dejó de competir en los partidos grandes. El reto principal para él estará en recuperar el respeto y la competitividad. No puede ser excusa el nivel físico de la plantilla ni la presencia o ausencia de un jugador. Cuando se maneja la plantilla que se maneja las excusas son eso, excusas. Si cuando empezó ser conservador era lógico, comprensible y acertado para empezar con fuerza y poco a poco adquirir jerarquía mientras se aseguraba la Liga este año no. Y para ello deberá adquirir otro reto. Activar a toda la plantilla para todas las competiciones. Hay demasiado potencial y talento para que siempre jueguen los mismos.

Y el último y el, para mí, gran reto. Tito ante la opinión pública no es nadie. Es el entrenador, pero no transmite liderazgo ni carisma. Si quiere preparar un equipo de cara al futuro también deberá trabajar esta parcela. No será nunca Pep, eso es imposible, pero puede ser más que un Serra Ferrer de la vida. Y ante sí la oportunidad única e irrepetible. Ser alguien a tener en cuenta en la historia del Barcelona. Con Neymar tiene una oportunidad para darle una vuelta de tuerca al equipo. En noviembre demostró que podía hacerlo, ahora debe confirmarlo y asentarlo. No será fácil ni seguramente sea el entrenador ideal para hacerlo ¿existe el ideal sin Pep? En realidad esta pregunta no tiene respuesta, pero es el turno de Tito y debe hacerlo.