Yo no lo sé, parece que él tampoco, ni nadie del Levante esta noche… Lo que era un problema desde que Fábregas fichó por el FCB aparentó hoy ser uno de los secretos del Tata. Participó decisivamente en los goles y apareció dónde hizo falta, cada vez que era necesario. Regaló fluidez y espacios a un Barça que acumula y atrae futbolistas en parcelas limitadas de terreno.

Antes de seguir sembrando mis impresiones al aire me gustaría contextualizar. El Barça hoy no ha ganado la liga ni al campeón de Europa. Pero ha hecho muchas cosas bien, de otra manera, no se juega ni se golea en 45 minutos como lo hicieron. Y no fue el mejor partido del Levante, pero es difícil valorar, y más en el primer encuentro de la temporada, hasta donde llegan los méritos de unos y los deméritos de otros.

Cómo iba a esperarse nuestro invitado de lujo Ximo Caparrós un Messi robabalones, un Cesc multiplicado, tanto crack hambriento, un gol más que tempranero… Y si lo imaginó, ¿cómo contrarrestarlo? Es complicado cuando en la zona de mediapuntas se juntan Xavi, Cesc, Messi, Alexis y Pedro y el balón no para… y los blaugranas tampoco. A todo esto Alba, Iniesta y Neymar trotando con un peto por la banda.

Brotan paulatinamente novedades y por ahí voy a explorar.

Los de arriba presionan los de atrás achican, todos se ofrecen en corto y en largo y se carga el área. Mucho de todo esto es actitud. La presión dista de ser perfecta todavía, pero Mascherano y Piqué, soberbios esta noche, la agradecen jugando donde ningún otro central sonreiría. Defendiendo hacia arriba, anticipando y todo ello lejos del área propia. En los laterales y defendiendo, parece que el izquierdo ayudará más a Gerard y Machete mientras que Alves apoyará más a Busi y la segunda jugada.

Con Cesc repartiendo balones y metros Pedro pareció el de España y Alexis quiere ser con Martino “del Chile de Bielsa”. Profundidad y cierta libertad para no ser sólo banda. Del ya pichichi aún no hemos hablado. No es casual. Hoy el Barça fue un equipo en el que Leo fue la guinda. No fue el todo. Con menos espacios que hace un año, pero más alternativas y señuelos. Cuando el míster lo consideró oportuno, lo mandó a la ducha.

En la salida de balón se arriesga poco, y mejor siempre por banda. Se ve que el que disfruta robando protege celosamente lo suyo. Si mi sello es la presión no me expongo fácilmente.