En el FCB juega un rosarino, es el mejor jugador de fútbol de la historia. El Barça ficha a la esperanza brasileña de cara a su mundial. Al niño que divierte y se divierte. Al hombre que todos querían. Para asumir un rol necesario y vacante en el equipo y en el club. El matrimonio perfecto, si es que eso existiera.

Y se dedican muchas horas, metros, y megas a discutir sobre la adaptación del gallo al club, a Messi…

Será la idiosincrasia culé, la más añeja. Sus miedos y desconfianzas. Será el fiasco, aún presente en el imaginario colectivo, de un artista sueco que vistió un año de blaugrana y todavía vive despechado. Será “el flaco” y sus declaraciones, más interesadas que influyentes ya en 2013.

Pues yo creo que con Messi y Neymar en el mismo once, lo que debería consumir recursos y promover el debate es todo lo demás. Los otros nueve. Empezando por su compañero en la delantera. Asumiendo como premisas que serán 3 arriba y dos de ellos el gallo y la pulga.

Alexis, Pedro y Tello

Cualquiera de ellos será el jugador menos vigilado de la línea de ataque.

A Tello le pesa su preferencia por la banda izquierda aportando regate, gol y profundidad. Ha llegado un mulato que es todo eso pero unos escalones por encima.

El mejor Pedro es el que aparece en el área y alrededores para disparar con cualquiera de sus piernas. El Pedro de España. No al que le piden ser chincheta. Con cierta libertad pero entendiendo que debe compensar movimientos de Leo podría marcar muchos goles.

Alexis, su perfil, es el que, enfundándonos el chandal y la gorra del entrenador rival, nos resultaría más molesto como tercer delantero. Pudiendo ser 9 si Messi baja, ocupar la derecha, arrastrar, tirar desmarques kilométricos (ojalá Pedro volviera a hacerlos), presionando, picando… Habría que pedirle que en el gesto técnico fuera el Niño Maravilla. Ganar confianza, perder complejos y volver a ser explosivo, que aún no sé porque dejó de serlo para hacerse más liviano y trotón.