Victoria trabajada y al final sufrida en la Costa del Sol ante un rival que poco se parecía al que apenas unos meses atrás estuvo a centímetros de jugar unas semifinales de Champions League. El nuevo Málaga llegaba con aires de renovación obligada y dirigido por un viejo conocido como Bernd Schuster, único entrenador de los 20 actuales de Primera que ya sabe lo que es ganar una Liga. Ante el Barça, el alemán optó por salir con un 1-4-5-1 ortodoxo donde primaba la disciplina y el orden entre las dos líneas, juntando a 9 jugadores más portero en campo propio y dejando aislado a Santa Cruz, quien terminaba también defendiendo en su campo. Los jóvenes y tiernos Fabrice -izquierda- y Pawlowski -derecha- tenían unas funciones claramente defensivas, vigilando la incorporación de los laterales blaugranas. Habrá que seguir la evolución de ambos. Sin embargo, al mucho trabajo y sacrificio los locales no unieron eficacia alguna con balón. Ni utilizaron a Santa Cruz en largo como sí había hecho Pellegrini el año pasado, ni buscaron salida por los costados. Al Málaga le faltaron ideas, claridad y, fundamentalmente, calidad. Y todo ello ante un Barça que estuvo sobre todo más ordenado y sobrio en la primera parte.

Martino decidió salir con un cambio por línea respecto a la Supercopa, uno de ellos obligado por la ausencia de Messi (Cesc). Las otras dos novedades fueron Adriano en el lateral derecho y Song como mediocentro. El equipo mostró personalidad en conjunto aunque fue de más a menos y le costó llegar a rematar.

Me gustaría destacar los siguientes detalles de un partido que al final deja un sabor algo agridulce:

Intención de saltarse escalones en la creación. Poco peso del mediocentro en la gestación de la jugada

Hoy Song, como Busquets antes, ha pasado durante muchas fases del partido desapercibido, casi sin saber dónde y cómo colocarse. Llegando incluso a estar a una altura superior que Xavi en no pocas ocasiones. Un Xavi que recela de la mediapunta -su lugar ideal en este punto de su carrera- y sigue enamorado de la horizontalidad. Algo que parece ir en contra de lo que va a necesitar el equipo de cara al futuro. Un futuro que es ya. En cualquier caso, volviendo a lo citado al inicio, el equipo busca con más ahínco los desplazamientos en largo a banda, con no pocos cambios de orientación y hoy, especialmente en la primera parte, el equipo cargaba algo más por izquierda para luego cambiar hacia un Alexis que no dejó de insistir y encarar a pesar de que le faltó la brillantez de pasadas noches. Especialmente importantes en los cambios de orientación y desplazamientos en largo los dos centrales. Tanto Masche como Piqué activan mucho al equipo en el inicio de la jugada. Este rasgo de no dar mucha responsabilidad al mediocentro en la gestación de las jugadas era propio por ejemplo del Newell’s del ‘Tata’. Cerrando por el nombre propio con el que empezamos este punto, a Song parece que le cuesta asimilar parte del lenguaje blaugrana básico y como se suele decir, permítanme la expresión, «la cabra tira al monte». Soy de la opinión que debe haber a la larga un equilibrio entre lo que es la filosofía colectiva y la naturaleza del jugador. Así se beneficiarán ambas partes. El camerunés no debe ser una excepción aunque hoy por hoy, muestre síntomas de pereza y alienación.

Cesc y el falso 9

Sin Messi la posición de falso 9 (incluso en ciertos partidos con él), está bajo sospecha. Hoy Cesc ha vuelto a estar de dulce y se está ganando a base de grandes actuaciones la titularidad. Hoy ha creado todo el peligro del equipo, que no ha sido mucho, hasta que un tal Neymar entró al verde tapiz. Pero con todo, partiendo de falso 9 y con Xavi e Iniesta recelando de «mediapuntear», el de Arenys se veía obligado a multiplicarse y hacer de todo. Le hemos visto filtrarse entre líneas para buscar la diagonal del extremo, gracias a su privilegiada visión, asociarse con Alexis en derecha para facilitar la creación de superioridades, romper en el 1×1 con verticalidad y echar la defensa hacia atrás… Hoy Cesc, cuando ha participado, no solo lo ha hecho con sentido sino que ha dado, repito, sensación de peligro. Ha marcado diferencias. Sin embargo, el equipo ha adolecido de falta de remate. Se tenía el control y dominaba con relativa comodidad, pero no se traducía en ocasiones claras. Cesc ha hecho méritos para ser titular y, además, queremos verlo de interior. Todo parece indicar que a la larga la clave será poder encajar a Cesc, Neymar, Messi e Iniesta juntos. Martino lo sabe.

El mantra de la presión

Parece casi obligatorio hablar de este tema tras cada partido. Lo cierto es que el equipo muestra una iniciativa importante a la hora de recuperar el balón tras pérdida, siendo especialmente importantes los esfuerzos de los jugadores más cercanos a la zona donde se pierde la posesión. Es habitual ya ver esfuerzos individuales en carrera bastante prolongados. Podemos hablar de una intención colectiva a la hora de la presión, en lo que tenemos que subrayar y resaltar el factor anímico y emocional que lleva de manera inherente, y una ejecución todavía no muy ordenada. Brilla más la presión individual que cierto trabajo o mecanismos colectivos. Hoy el equipo recuperaba rápido y en posiciones muchas ocasiones de clara ventaja para armar el ataque pero no hemos de dejar de lado la escasa calidad del Málaga en salida. Lo importante: la predisposición y actitud que desprenden los jugadores cuando no se tiene el balón. Y aquí quiero añadir que un jugador como Mascherano, que está a gran nivel, es impagable. Hoy Mascherano ha vuelto a ser de los más destacados junto a Cesc, Adriano, Neymar y… ¡Valdés!

Víctor Valdés

Hay que disfrutar cada partido que Valdés juega en el Barça como si fuera el último. De hecho, cada vez quedará menos para que esto último suceda. En un partido en el que el dominio y control eran claros, la diferencia estuvo en un detalle que en el fútbol no es trivial: la portería. Si bien Willy no estuvo del todo acertado ante el sorprendente pero no nuevo disparo de Adriano desde fuera del área en el 0-1 -¿el único que prueba de lejos en el equipo?-, Valdés fue clave con sus intervenciones. Modo salvador. Lo que creció aquella noche en París. Valdés es, con el permiso de Antoni Ramallets, el mejor portero de la historia del Barça y, en estos momentos, el mejor portero del país. Los del ‘Tata’ terminaron cediendo espacios en la segunda parte y, con el partido mucho más abierto, vieron como el empate del Málaga estuvo muy cerca. Pero Víctor estaba ahí para evitarlo y, junto a Mascherano, dar varios toques de atención a un Jordi Alba que se dispersa mucho desde el punto de vista defensivo. Nada nuevo, por cierto, pero sobre lo que se debe trabajar.

Sustituciones

Martino se vio obligado en el descanso a reemplazar a Adriano, nuevamente con molestias. Si no fuera por estos recurrentes problemas de lesiones, sería titular fijo. Cuando juega, hace méritos de sobra. Entró Alves para gozar en un rol de carrilero y tratar de asentar el equipo algo más por derecha. Incluso vimos a Alexis y Pedro intercambiados de banda. El canario, discreto e insulso, sería sustituido por Neymar, la principal atracción del Barça en la segunda parte. Con Iniesta activándose a cuentagotas -no era difícil superar lo del Calderón- y un Xavi intrascendente en el juego, Neymar buscó y consiguió asociarse y sobre todo generar ventajas gracias a sus vertiginosas conducciones. Si todo fluye como hasta ahora, el brasileño batirá el récord de faltas recibidas por minuto jugado. Hasta en dos ocasiones tuvo el gol cerca, incluida una falta que el capitán Xavi le «cedió». Cada vez que Neymar toca la pelota los niños sonríen. Desprende el halo de los grandes. Es un jugador muy especial. Y sobre el brasileño quería añadir que me parece perfecta la gestión de Martino, aunque comprendo que algunos piensen que no hay que ser tan pacientes y deba ser titular ya. Lo será más tarde o temprano, pero recién llegado, con todas las expectativas que genera y tras dos temporadas en Brasil sin apenas vacaciones ni descanso, unido a su físico -todavía en crecimiento y lejos de la forma ideal-, esta incorporación al equipo de manera gradual me parece fantástica.

Por parte del Málaga, Schuster encontró en Eliseu aire fresco y, circunstancial o no -yo creo que más bien el Barça se dejó llevar hasta completar una muy discreta segunda parte-, el equipo del sur comenzó a salir y pisar área contraria. Eliseu se colocó en izquierda mientras que Fabrice pasó a la derecha hasta que el técnico germano decidió la entrada de Morales y Seba Fernández para abrir más el partido y buscar el empate. Hasta ese momento de la segunda parte el Málaga había sido un equipo como decíamos al principio ordenado y disciplinado, pero incapaz de salir. Con tres medios (trivote en toda regla, para entendernos) como Camacho, Tissone y Darder. No podía aquello resultar en la quintaesencia de la creatividad. Tras los cambios y con los blaugrana cediendo metros a su espalda, el partido se convirtió en un ida y vuelta constante.

Con Neymar como único argumento válido al final y gracias a la maestría de Valdés, los 3 puntos viajarían a Barcelona. Sergi Roberto jugó los últimos 10′ en sustitución de Iniesta, pero apenas pudo tener protagonismo.

El Málaga debe ir poco a poco hacia arriba y pese a las dos primeras derrotas, tiene mimbres sobre los que trabajar. Pero les costará. Un año muy distinto al pasado para ellos.

Con la imagen ofrecida en la segunda parte y las ocasiones al final concedidas, la nota global del partido del Barça bajaría sensiblemente, pero es importante haber sumado los 3 puntos. Por pragmatismo puro y duro y por sumar confianza. Técnico nuevo, asimilación de nuevas ideas, se viene de una pretemporada muy particular, algunos jugadores importantes están o directamente no están (o están pero no están, en efecto)… Se han visto algunos detalles para alimentar la ilusión pero hay que ser paciente. El miércoles un nuevo examen ante un genio como el ‘Cholo’ Simeone y su Atleti. Hay que seguir creciendo y trabajando.