Esta pasada noche ha dado comienzo una nueva edición de la Champions League, que se prevé más abierta que nunca. Casi todos los grandes favoritos estrenan técnico, los que no, han perdido a Götze, y sólo la Juve mantiene equipo y banquillo. También se estrena el Cholo.

El Barça, por su parte, empezará enfrentándose al Ajax en un duelo especial para ambas entidades y que, curiosamente, nunca hasta ahora se había dado en la máxima competición europea. La relación entre catalanes y holandeses no la vamos a descubrir ahora. Desde la semilla de Rinus Michels a la revolución de Cruyff, del gol de Koeman a los títulos de Van Gaal o Rijkaard. En lo más reciente, no obstante, parece que la dirección del intercambio ha cambiado. El Barça es el hermano grande, el dueño del modelo, y milagros como aquel maravilloso Ajax de Van Gaal -muchas de las piezas del cual recalaron después en Barcelona-, hoy en día son imposibles. La Ley Bosman no los permite. Ahora es el club de Amsterdam el que incorpora a su equipo futbolistas formados en la cantera azulgrana. Primero fue Isaac Cuenca, que llegó en busca de minutos que le permitieran recuperar la forma tras una grave lesión, y ahora es el turno de Bojan, que llega a Amsterdam persiguiendo algo más esquivo.

Testigos del cambio, como no podía ser de otra forma, dos hombres con pasado azulgrana: Marc Overmars en los despachos y Frank de Boer en el banquillo. Hay que estar atentos al trabajo del ex-central y ahora técnico, porque se intuye un entrenador más que interesante. No lo tiene fácil. Cierto que la liga holandesa es lo que es, pero también que a sus equipos los jugadores que destacan les duran menos que un suspiro. En el Ajax, los últimos, y además con la temporada ya en marcha para que la herida sea más dolorosa, Christian Eriksen y el central Toby Alderweireld, seguramente -seguro- los dos argumentos competitivos más sólidos del equipo. Uno era el desequilibrio en tres cuartos, el otro el central de más nivel. Ambas salidas tienen un relevo complicado.

En defensa, el hasta ahora pareja de Alderweireld, Moisander, se convierte en el nuevo líder. Es un central zurdo, serio, de cabeza levantada, más eficaz cuando construye que cuando le toca destruir y con un comportamiento gestual que a buen seguro le hace recordar a su entrenador sus años mozos. Le tocará dar un paso al frente, y dada su experiencia, seguramente lo dé con éxito. Más incógnitas despierta su compañero en el centro de la zaga. De hecho, de momento, no está claro quien será. No ha llegado un fichaje de última hora para sustituir a Toby, y las posibilidades que ofrece la plantilla pasan por los jóvenes Veltman, Van der Hoorn o Denswil. Incluso de Boer puede barajar la idea de retrasar a Poulsen a la zaga. En los laterales, Van Rhijn y Blind, ofensivo, técnico y de más nivel el primero, el segundo se conforma con cerrar su perfil aunque al extremo de su banda le haría mucho bien su compañía arriba. Nos dejábamos al portero, Vermeer, uno de los peores de la Champions, y es una lástima teniendo en cuenta tan distinguido apellido. Ni se coloca bien, ni domina el área, ni manda en el juego aéreo… sí tiene buenos reflejos y agilidad, y eso ante el Barça lo puede salvar, pero a esta hora tiene todos los números de salir retratado en más de una.

Si en lo referente a la defensa hemos empezado hablando de la baja de Alderweireld, en la media toca hacer lo propio con la de Eriksen. Al danés, sorprendentemente, normalmente se le considera un cerebro, un hombre de juego por detrás del balón y director del tiempo, pero es más bien desequilibrio y juego en tres cuartos. En su lugar y en su papel, el Ajax ha incorporado este verano a Lerin Duarte (23 años) procedente del Heracles. Aunque la siguiente afirmación pueda ser polémica, el verdadero hombre fuerte en el mediocampo del Ajax es y era Siem de Jong, que tampoco estará, a causa de una afección pulmonar. Sin él ni Eriksen, el déficit de creatividad en esta línea es notorio. A la espera de ver como responde Duarte, el otro interior, Schøne, es más de robo que de pase, un jugador de muchos kilómetros, con cierto peligro llegando o disparando pero no alguien alrededor del cual estructurar la posesión.

Así las cosas, a la delantera se le viene trabajo extra. Desde los extremos, tanto a Fischer como Bojan, al menos hasta que De Jong pueda volver, les tocará ponérselo fácil a los hombres que juegan por detrás. Ya sabemos que al catalán no le es extraña la mediapunta, el desmarque de apoyo, la pared o la devolución atrás, y Fischer, el nombre propio de este Ajax, poco a poco lo va incorporando a su fútbol. El joven extremo danés pinta a jugador importante. Caído a banda izquierda, es más punta que hombre de cal. Tiene potencia y desborde para salir por fuera, pero lo que le llama está dentro. Hasta esta temporada, concretamente, en el área. Empezó como punta, así que el punto de penalty le seduce, y entrando al segundo palo es siempre puntual. Este curso, sin embargo, está empezando a sumar juego en tres cuartos. Salvando todas las distancias -que hay muchas- por mapa de calor y ciertos aspectos físicos, puede recordar a Neymar. Muy a la europea, claro.

Como decíamos más arriba, si Blind se proyectara más a menudo le haría un favor, pues la cal es para él sólo posición de partida. Contra el Barça, eso sí, sus desmarques desde ahí a la espalda de Alves pueden ser el recurso principal de los visitantes para llevar peligro a la portería de Valdés. En la derecha, Bojan mira con mejores ojos a su lateral. Van Rhijn sube, bastante y bastante bien, lo que permite al de Linyola recordar que un día fue nueve. Ahora se conforma con la banda, porque en su equipo el nueve es el gigantón Sigþórsson. Un punta que es lo que parece. Jugador de área, rematador, una amenaza contante por arriba y un balón de oxigeno para su equipo en el juego directo. Con Piqué, suponemos, atendiendo a la presencia de Fischer a la espalda de Alves, será interesante ver cómo resuelve Mascherano su duelo con el delantero islandés. Y como entre nórdicos anda el juego, seguramente también tenga minutos el sueco Tobias Sana, que corriendo a campo abierto puede ser un recurso en cualquiera de los dos extremos.