Si nos detenemos a reflexionar y enumerar todas las cosas buenas que mostró la Real Sociedad de Montanier la pasada temporada, necesitaríamos un par de semanas de análisis y posts. En el plano individual, casi todos los futbolistas ofrecieron un rendimiento excepcional. Aspecto necesario para un equipo que terminaría en puestos de Champions con un juego excitante, de marcada personalidad y con hazañas competitivas como las del Calderón o Sevilla. Illarramendi, Griezmann, Xabi Prieto o Agirretxe llevaron a los donostiarras al purgatorio europeo. Todos futbolistas de marcado carácter atacante, Illarramendi aparte, al que puede considerarse el futbolista contextual del equipo. Y además, un defensa. Un chaval que cargó a sus espaldas el contexto de muchos partidos que la Real situó en el lugar donde quería y decidió defender.

Tuve la suerte de ver debutar a Iñigo Martínez en Primera División, fue en el Molinón, en agosto de 2011 en la primera jornada de Liga que la Real se llevó por 1-2. Poco después, asombraba al mundo con un golazo desde su campo al Athletic que empataba el derbi vasco y suponía su primer gol con el primer equipo de la Real. Xabi Alonso dijo, al caso, que era “el mejor gol de la historia de Anoeta”. Iñigo descartó que su golpeo ante el Athletic fuese fortuito calcando, incluso mejorando, su gol contra el Betis los último minutos de un partido que agonizaba hacia las tablas (2-3). Los ojos del mundo conocían ya a un chaval que se antoja futuro central de la selección española. Como si de una carta de presentación intencionada se tratase, Iñigo fue escalando en su progresión de manera descarada. Siempre a mejor, asumiendo peso, derrochando calidad.

Cerca de 70 partidos lleva Iñigo en Primera División y más de 50 con el Sanse , donde cabe apuntar que llegó a jugar de MC. Si todo avanza como parece, esta temporada superará los 100 partidos en Primera con 23 años recién cumplidos. Se antoja estar viviendo un central de época. Un futbolista de enorme talento, sobrio y eficaz dominando los espacios defensivos, agresivo, con velocidad y desparpajo. Si añadimos que tiene una buena salida de balón, buen desplazamiento en corto y en largo y un poderoso juego aéreo, además de comenzar a pesar en área contraria y ser zurdo, vislumbramos ese elemento que busca el Barça para dejar de transitar por el desasosegante contexto de la carencia defensiva. Entre tanto elogio y adjetivo futbolístico se nos puede escapar que es un futbolista joven, en formación para la élite y la exigencia que implica jugar en un club como el Barcelona. Esta es tu ciudad Iñigo, es tu club para hacer historia.