“¡Chuta! ¡Pero quieres chutar de una vez!” “Ante esta defensa nadie prueba el disparo desde fuera del área.” “¿Queremos llegar con la pelota en el pie hasta dentro de la portería?” “Aunque estén cerrados, si la pegamos de lejos, igual con algún rebote…”

¿Cuántas veces hemos oído -e incluso repetido hasta la saciedad- alguna de estas frases durante bastantes partidos? Y siempre vienen seguidas de recuerdos tales como el gol de Iniesta o la “punterita” de Dinho en Stamford Bridge, la habilidad de Deco en sus tiros “de billar de carambolas” e incluso el 3-1 de Villa en la final de la UCL en Wembley.

Enmarquemos primero el concepto tiro de larga distancia. Nos olvidamos por completo del balón parado y fijamos nuestra atención en los golpeos desde fuera el área de penalty dirigidos a portería. Así pues, podemos establecer varias situaciones diferenciadas:

Como recurso de ordenación defensiva: Ya sea tras balón parado con los centrales en zona de remate o tras pérdida, si se produce una recuperación con el equipo descolocado, el disparo a portería permite recuperar el orden defensivo aún perdiendo la posesión de la pelota. Así que no prima la capacidad del golpeo del jugador -calidad del tiro- sino la re-ordenación táctica. Dicho recurso es utilizado en pocas ocasiones por el FCB que prefiere a toda costa seguir con la posesión a pesar del riesgo a generar pérdidas peligrosas. Quizá el jugador más proclive al disparo tras despeje rival a balón parado sea Dani Alves siempre en zona de rechace al borde del área.

Como amenaza: Ante ofensivas de larga duración, con varios cambios de zona de ataque, problemas en la generación de ventajas y defensas cerradas al borde del área, disponer de un “pateador” efectivo desde fuera del área contribuye a añadir una nueva preocupación a la defensa rival. Esa amenaza obliga a los jugadores rivales a salir de su zona defensiva de “confort”, logra modificar las distancias entre ellos y que tanto las basculaciones del bloque como las ayudas sean menos efectivas. Pero ese peligro viene dado por el hombre que tiene el esférico, no por la decisión conjunta de un equipo de probar de lejos al guardameta. El defensor debe decidir cuando intuye que un rival quiere disparar a portería y su reacción vendrá dada por el “histórico” de dicho jugador. Saldrá si enfrente tiene a un Cristiano Ronaldo, Steven Gerrard o Sinisa Mihajlovic y muy probablemente flotará -quedará guardando su posición- si no es un especialista. En clave Barça, la plantilla actual no tiene ese perfil de jugador ni tampoco ha sido buscado por la secretaría técnica. Y sí, llegarán partidos igualados en que echaremos de menos disponer de esa opción. No es que te asegure nada, pero a todos nos viene a la memoria equipos como Chelsea, Inter de Milán …

Como recurso ofensivo individual: Resulta complicado intentar explicar de una manera genérica este punto. Depende de las características de cada jugador, su estado de confianza, las circunstancias del juego… Así que nos detendremos en varios jugadores del conjunto azulgrana.
En la línea defensiva destaca sobre el resto Adriano Correia, autor los últimos años de varios goles importantes. En cualquiera de las dos bandas y con uno o dos defensores delante decide conducir hacia el interior. Al ser ambidextro, esa salida hacia dentro le permite golpear de interior hacia el palo largo con gran precisión. Quizá sea dentro de la plantilla el máximo exponente de efectividad en golpeos desde fuera del área.

Otro que se ha unido recientemente al club es Marc Bartra. Su conducción desde atrás batiendo líneas se ha convertido en un recurso más en salida de balón del FCB. Dichos avances le han permitido llegar varias veces al borde del área y no ha tenido ningún tipo de rubor a probar el disparo generando cierto peligro en la portería contraria.

En la línea medular prácticamente todos lo han intentado alguna vez ya que se ubican en la zona más “caliente”. Por centrarnos en 3 nombres, Andrés Iniesta sería el más “cañonero” por cantidad de intentos. Sus conducciones por banda izquierda sin acompañante más abierto desmarcado suelen acabar de esta manera, si bien su ratio de acierto entre los tres palos es muy bajo.

El segundo es Xavi Hernández que con el paso de los años cada vez es más proclive a resolver de esta manera algunas situaciones de ataque. El suyo es un golpeo de balón cuando la situación de disparo es ventajosa y más de un gol ha logrado de esa manera.

El último es Cesc Fábregas. Muy poco lo ha intentado en su etapa barcelonista. Posiblemente tenga que ver con su ubicación dentro del campo y sus funciones, ya que muchas veces recibe de espaldas a la portería. Recordamos en sus años gunners goles desde más allá del balcón del área. ¿Los veremos aquí?

Y ya para finalizar, la línea de ataque en la que hablaremos de todos sus componentes. El golpeo de Cristian Tello con rosca cuando recorta hacia dentro, el disparo más seco de Pedro Rodríguez en contadas ocasiones y la sorpresa de Alexis Sánchez la pasada jornada contra el Real Valladolid se convierten en meras anécdotas sobre el tema que tratamos. Eso sí, posiblemente sea Tello de los mejores jugadores de la plantilla en potencia de golpeo de balón, aunque lo utilice poco.

Seguimos con Leo Messi, que como hace de todo y bien, nunca sale mal parado en cualquier análisis. Desde secos a colocados, variando alturas y golpeándole de rosca o empeine. El disparo acaba siendo una forma muy usual de finalización de sus cabalgadas por zona central si no dispone de compañeros libres abiertos en banda. La decisión sobre si golpear o continuar el slalom siempre viene marcada por la ubicación del portero. Si ve hueco, allá que va. Siempre mira, aunque sea con el rabillo del ojo.
¿Y Neymar? Pues el brasileño es una incógnita. Todavía no hemos podido valorar su capacidad en este aspecto. Ante mi desconocimiento de su etapa en el Santos, me abstengo de opinar nada. Supongo que nos quedan muchos años por delante para averiguar si esta es otra de sus cualidades más destacadas.