UN NIÑO CON ZAPATOS NUEVOS

Ronaldinho nos hizo felices a todos. Llegó en una depresión alarmante, en una crisis de todo. Y lo lideró hasta lo más alto. Con sonrisas donde nadie reía y siendo mucho más feo que Beckham, el hombre prometido que finalmente fue galáctico.

Con fantasía ilusionó, encandiló y reinó. Podía levantar al (poco impresionable) aficionado culé de su letargo; acariciando en cualquier parte del campo el balón con cualquier parte del cuerpo. En ocasiones fuera del terreno sin estar el esférico en juego… Levantó a los madridistas más señores en el Bernabéu. Los que cuando pierde da la mano y sin envidias ni rencores. Los que he admirado y respetado desde niño. Una afición que sabe aplaudir al rival cuando lo merece… yo creo que eso es el deporte.

Pero Ronnie se bajó del trono antes de salir del Barça. El proceso fue duro. Cuando entendimos que no volvería nos enfadamos con él, luego nos entristecimos y por último le deseamos lo mejor. Y todos hemos deseado irracionalmente que volviera; aquí o en cualquier lugar. Sólo por el placer de verlo y que nos pusiera en pie de nuevo.

Y desde entonces no se ficharon magos, si es que los hubiese. Zlatan lo tenía, pero llegó a Barcelona sin ganas ni chistera. Villa o Henry eran otra cosa. Al Mago lo vas a ver para que te sorprenda, te entretenga y haga cosas imposibles que jamás has visto hacer antes. Y eso es Neymar Jr. Ese “ooooh” exclamado unánimemente por la grada en pie del Camp Nou es un reconocimiento: vuelve a haber un mago de blaugrana. Fantasía, sorpresa y clase. Un futbolista especial. Ilusiona como ningún otro por su mera presencia en el once, una hora antes del pitido inicial.

Eso y más. Porque para ser mago ¡y tan joven! pierde pocos balones tanto en pase como en regate. Además los pierde donde y cuando toca casi siempre. Roba, presiona, se asocia, pelea balones aéreos, asiste, marca y se desmarca. Y esto va a mas porque llegó flojo tras un año durísimo y una precaria pretemporada. Sus cifras y sus producción incontable son impresionantes. Pero este post no va por ahí.

Hablamos de sensaciones. Y Ney se divierte como un niño con y sin balón, regateando o recuperando. Sin embargo cuando toca es un veterano serio y responsable que lidera los ataques asumiendo roles insostenibles por cracks consagrados.

Como los que votaron al político ganador que irremediablemente les defraudó, solo era cuestión de tiempo… Los contrarios al fichaje del Gallo están en peligro de extinción. Divo, niñato, físico frágil, fiestero, piscinero, pendenciero, inadaptable… se escucha menos ya. Que le acusen de no marcar más goles y el tiempo volverá a desnudarlos.

El 11 del Barça disfruta con Cesc que es otro niño mientras se gana el respeto del papa Messi. Pronto serán los 2 la sociedad más desequilibrante del fútbol. Messi es un arma de destrucción masiva. Neymar no tiene su potencial devastador. ¿Y qué? Ni él, ni CR, ni Ronaldo, ni Pelé ni Maradona…

Sorprendente lo rápido que se ha instalado y la personalidad para hacerlo. No se revuelve en las ruedas de prensa ni después de cada embestida del rival: “levantarse, poner la pelota en el piso y seguir jugando” decía el Tata… ¡Y esto sólo acaba de empezar!