Fue el himno de la excelencia. La arenga más exitosa jamás entonada y la banda sonora del éxito. Es la canción del Pepteam y así ha pasado a la historia. Evocadora como el más potente perfume o el aroma de aquella primera novia. Rememora imágenes de los momentos más triunfales para el  blaugrana. De goles, de alzamientos de trofeos, de sonrisas y de abrazos, de sentirse superiores… de “cuando fuimos los mejores” que decía el otro.

Años después la escucho, por casualidad, escabechinada por algún DJ sin escrúpulos. Pero reconocible al fin y al cabo. Uno cierra los ojos ¡o no! y visualiza todo aquello …y sonríe. Dependiendo de lo que uno esté haciendo en el momento en el que le atropelle “Viva la vida” tarda más o menos en volver a la realidad. La cruda realidad. Las dos derrotas seguidas, la pobre imagen ofrecida por el equipo, la crisis de identidad, el miedo que regresa ¿somos humanos? … y lo que te rondaré.

Y es que el tema de Coldplay nos suena, decíamos, como la banda sonora del éxito. Pero suena a pasado. ¿Quizá necesitemos otra canción? Yo creo que no y esta parte es la más cruel, no es un post con happy ending. Porque la letra es terriblemente actual. Y muy pesimista. Aquello que escuchábamos celebrando todos los títulos que se pueden ganar, y mucho más que eso, guardaba un mensaje en el que no todos reparamos. Avisados estábamos, así comenzaba:

 

Yo solía gobernar el mundo

los mares se alzaban cuando yo lo ordenaba,

ahora en la mañana yo barro solo;

barro las calles que solía poseer.

 

Yo solía tirar el dado

sentir el miedo en los ojos de mi enemigo

escuchaba como la gente cantaba:

ahora el viejo rey está muerto, ¡larga vida al rey!»